Recuerdos fotográficos: 2016. Cuando la calle Córdoba casi se “tragó” un ómnibus

En este espacio de “Recuerdos” LA GACETA busca revivir el pasado a través de imágenes que se encuentran guardadas en ese tesoro que es el Archivo de LA GACETA. Esperamos que a ustedes, lectores, los haga reencontrarse con el pasado y que puedan retroalimentar con sus propios recuerdos esta nueva sección.

Recuerdos fotográficos: 2016. Cuando la calle Córdoba casi se “tragó” un ómnibus

El 17 de junio de 2016 a las 9.30 se abrió un enorme agujero de 4 metros en el pavimento de la calle Córdoba al 400, entre Laprida y 25 de Mayo, y casi se “tragó” un ómnibus de la línea 8 que estaba detenido para ascenso y descenso de pasajeros. Fue un susto, sin personas golpeadas o heridas.

Había cedido el material que rodea el caño maestro de cloaca. El agujero tenía tres metros de profundidad. “Se sabe que por toda la calle Córdoba corre un río subterráneo... es necesario investigar. Lo que nos preguntamos es a dónde se fue el suelo... no hay suelo ¡Es hueco!” dijo en un primer momento el entonces gerente de Obras de la SAT, Augusto Guraiib.

Ya la calle Córdoba tenía antecedentes de hundimientos. En febrero de 2003, apenas se habían inaugurado carriles exclusivos para colectivos hubo que cortarla durante varios meses luego de que LA GACETA advirtiera que había un hundimiento en Muñecas y Córdoba. La empresa Obras Sanitarias dijo que había serios problemas con el colector cloacal, a seis metros y medio de profundidad, que los hundimientos eran cada vez más pronunciados y no se descartó la posibilidad de que se produjera un hundimiento masivo. La entonces concejal Ana Mónica Beverina dijo que circulaban en promedio 50 ómnibus por hora por esa calzada, una carga aproximada de 14 millones de kilos por día.

En agosto de 2006 esa esquina estuvo cortada tres semanas porque se había desencajado una boca de registro. En noviembre de 2007 pasó lo mismo en 25 de Mayo y Córdoba.

Finalmente, ocurrió el hundimiento de 2016. El ómnibus fue sacado seis horas después y el colector, reparado íntegramente y rellenada y pavimentada la cuadra. Desde entonces se mantiene normal la intensa circulación vehicular por la calle del “río subterráneo”.

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