En el cada vez más inabarcable catálogo de series disponibles en Netflix, hay producciones que no solo entretienen, sino que dejan una huella profunda. Es el caso de Alba, una serie española de 13 capítulos que atrapa desde el primer minuto por su trama desgarradora, su enfoque realista y una interpretación poderosa de su protagonista, Elena Rivera.
Lo más curioso (y revelador) es que Alba está basada en la primera telenovela turca que llegó a España y que marcó un antes y un después en la manera en que percibimos las ficciones de ese país. Se trata de ¿Qué culpa tiene Fatmagül?, emitida por Nova en 2018, una historia que generó un intenso debate social y conquistó a la audiencia con su valentía.
Una adaptación necesaria, valiente y muy actual
Alba cuenta la historia de una joven con una vida por delante que sufre una agresión sexual grupal durante unas vacaciones en la costa. La escena, tratada con absoluta seriedad y sin sensacionalismo, da inicio a un relato que no esquiva el dolor ni las secuelas, pero que también habla de resiliencia, justicia y verdad.
Elena Rivera, conocida por su papel de Karina en Cuéntame cómo pasó, interpreta a Alba con una sensibilidad que ha sido ampliamente elogiada por crítica y público. La serie no solo refleja el trauma que sufre la protagonista, sino también las tensiones que surgen cuando se descubre que los agresores están ligados a su entorno más cercano, en particular a su pareja.
Un tema difícil, pero imprescindible
En un país como España, donde los casos de violencia sexual aparecen con frecuencia en los titulares, series como Alba cumplen una doble función: entretienen, sí, pero también generan conciencia social. "Si cuesta verlo, habremos conseguido lo que se pretendía", dijo Elena Rivera en una entrevista para Vertele. "Eso es la realidad, esto ocurre y mucho, por desgracia".
Y es cierto: Alba no busca el morbo, sino provocar una reflexión profunda sobre la violencia de género, la cultura del silencio, la presión social y las consecuencias emocionales que arrastra una víctima. Una serie que nos obliga a mirar de frente lo que muchas veces preferimos evitar.
De Fatmagül a Alba: dos historias que cruzan fronteras
La versión original turca, Fatmagül, fue un auténtico fenómeno en España y abrió el camino para muchas otras telenovelas del país euroasiático. Su éxito no pasó desapercibido, y de ahí nació esta adaptación española que, si bien mantiene la estructura general del relato, lo traslada al contexto nacional con una ambientación costera reconocible y una narrativa más directa, ajustada a los códigos de la ficción española actual.
Este puente cultural entre Turquía y España no solo demuestra que las buenas historias son universales, sino también que hay formas distintas —pero igualmente necesarias— de contarlas.
¿Por qué deberías ver Alba?
Tiene solo 13 capítulos, ideales para ver en pocos días.
Cuenta con un ritmo narrativo adictivo, sin capítulos de relleno.
Elena Rivera brilla en un papel complejo y emocionalmente exigente.
Aborda temas de gran actualidad como la violencia sexual, el consentimiento, el poder de las élites y la impunidad.
Está disponible en Netflix España, lo que facilita el acceso sin restricciones ni horarios.
Una ficción que te deja pensando
Alba no es una serie fácil, pero sí imprescindible. Nos recuerda que la ficción tiene el poder de entretener y de incomodar a la vez. Y cuando lo hace con inteligencia, sensibilidad y buen gusto, como es el caso, el resultado es una obra que trasciende el mero entretenimiento.
Si aún no la has visto, esta es tu oportunidad de descubrir una de las series españolas más valientes de los últimos años, basada en una telenovela turca que marcó historia. La tienes ya en Netflix.