Hablar de Valencia es hablar de paella, uno de los grandes símbolos de la gastronomía española que ha traspasado fronteras. Y entre los muchos templos culinarios donde probar este plato icónico, hay uno que lleva 60 años haciendo historia: el restaurante L’Alter, en Picassent, a apenas 15 minutos en coche de la capital valenciana.
Fundado en 1967 como un sencillo merendero al aire libre, L’Alter ha evolucionado hasta convertirse en un referente de la auténtica paella valenciana, conservando su esencia tradicional. Tanto es así que ha llamado la atención del prestigioso The New York Times, cuyo crítico Marc Bittman lo ha destacado como un lugar donde disfrutar de “la mejor paella” a las afueras de Valencia.
Paella tradicional a leña desde 15 euros
La clave del éxito de L’Alter está en su fidelidad a la tradición. Sus arroces se cocinan a leña de naranjo y algarrobo, cortada y secada durante dos años, lo que permite controlar la intensidad del fuego y aromatizar el grano. El propio restaurante define su cocina como una que “requiere tiempo y calidad”, donde la paciencia y la delicadeza son ingredientes tan importantes como el arroz o el pollo.
A diferencia de otros locales turísticos, L’Alter mantiene precios muy accesibles. Sus arroces a la leña se sirven por encargo y con un mínimo de dos raciones, y la paella de pollo y conejo o la de verduras se pueden degustar por 15 euros la ración.
Mucho más que paella
Aunque los arroces son la estrella, la carta incluye cocas valencianas, croquetas caseras, sopas, carnes y pescados, completando una propuesta que respira tradición en cada plato. Este negocio familiar, ya en tercera generación, mantiene vivo el espíritu con el que nació hace seis décadas.
El restaurante abre todos los días, de 13:00 a 15:30, y permite reservar mesa a través de su web. Su ubicación exacta es calle Ca Julient, 3, Picassent, convirtiéndolo en una parada obligatoria para quienes busquen la auténtica paella valenciana a precio local.
Con su historia, tradición y sabor, L’Alter demuestra que la mejor paella no siempre está en el centro de Valencia, sino en los rincones donde la cocina sigue respetando el tiempo y el fuego.