Por qué la muerte de Francisco genera una angustia colectiva

Por qué la muerte de Francisco genera una angustia colectiva

EMOCIONADOS. Miles de fieles lloraron durante el funeral del papa Francisco, que fue ayer en el Vaticano.

Dos psicólogos analizan el impacto del fallecimiento del Papa. Lágrimas, tristeza y sentimientos de abandono pueden ser comunes en las personas.

Lucía Lozano
Por Lucía Lozano 27 Abril 2025

Se escaparon varias o muchas lágrimas mientras observaban la última despedida de Francisco. Sintieron angustia y tristeza. Algunos eran católicos y otros no. No importó eso. La muerte del Papa ha tenido un gran impacto en nuestras vidas que tal vez no lo imaginábamos.

¿Qué explicación tiene? En esta nota, dos psicólogos analizan por qué el fallecimiento del Sumo Pontífice ha generado lo que ellos llaman una angustia colectiva.

Roberto González Marchetti explica que el deceso de Jorge Bergoglio provocó dolor en la comunidad católica y también en quienes profesan otras religiones o se consideran alejados de alguna creencia religiosa. Y esto es porque más allá de todo lo religioso el Papa fue un líder mundial. Su voz por la justicia social ha sido reconocida y admirada en todo el planeta.

“Es cierto que su muerte era esperable por su estado de salud, y sin embargo había cierta resistencia de aceptar esa posibilidad. Esto sucede como una forma de preservación, para evitar la aparición de la angustia y reprimir esos pensamientos”, remarca el presidente de la Federación de Entidades Profesionales Universitarias de Tucumán (Feput).

El fallecimiento de líderes políticos, del Papa o de ídolos de la música o el deporte, que movilizan a muchas personas, estimula el sentimiento de abandono, que puede manifestarse en muchas formas, apunta el psicólogo. Pueden aparecer episodios depresivos o sentirnos desamparados.

“La muerte de Francisco provoca una herida de abandono en la población. Estas heridas están acompañadas por una incertidumbre negativa, donde ahora aparecerán noticias proféticas típicas de un pensamiento catastrófico. También puede haber temor ante la presencia de un nuevo Papa, que tenga un estilo diferente al liderazgo de Francisco. Es por este motivo que en estos días, por la ansiedad y la tristeza, se consumieron muchas más noticias del Papa. Es, a la vez, una forma de transitar la angustia, y de elaboración del duelo ante la pérdida”, evaluó.

Vacío

Muchos lo veían como un faro de luz en un mundo lleno de dificultades y desigualdades, y su partida genera un vacío difícil de llenar. “Puede aparecer un estado de vulnerabilidad, de soledad y de indefensión. En nuestra esencia de ser humano, como un ser social dependiente de otro, establecemos apegos con otro (padres), donde el líder, representa una figura de unión y estabilidad, que establece vínculos entre pares, y donde se depositan creencias de protección antes situaciones donde no podemos controlar”, señaló González Marchetti.

“La pérdida de una figura mundial, donde existía una idealización de protección, y amparo, puede tener distintas significados en la comunidad, más en los católicos argentinos, al tratarse de un Papa que vivió con sus semejantes”, insistió el profesional. Recomendó evitar el consumo de información catastrófica. En todo caso, lo ideal es buscar realizar acciones con otras personas. Por ejemplo, ir a rezar en una iglesia a un católico le sirve para transitar y reforzar su fe, en la espera de un nuevo elegido para conducir la Iglesia.

“Expresar el dolor sin esa barrera de vergüenza es parte de nuestra característica como ser humano: al final todos somos iguales y en todos nos da congoja la muerte de un semejante”, concluyó.

Lloremos

El Arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, también trató de encontrar alguna explicación al dolor generalizado: “lloramos porque se murió el padre de todos, porque ya sentimos en el corazón su ausencia física, porque nos sentimos huérfanos, porque no terminamos de dimensionar su liderazgo mundial, porque ya lo extrañamos mucho”, realzó.

Y también recordó que el mismo papa Francisco nos pedía que dejemos caer más lágrimas. El nos decía que al mundo de hoy le faltaba llorar. “Lloran los marginados, aquellos dejados de lado, los despreciados, pero aquellos que llevamos una vida sin necesidades no sabemos llorar (...) por eso hoy lloramos a Francisco, con el dolor que nos une como pueblo”, expresó Cuerva.

Para el padre Luis Zazano, de la parroquia San José Obrero (El Colmenar), en los argentinos este Papa ha generado sentimientos muy profundos porque es primer pontífice nuestro. También por todo lo que ha gestado y el legado de humildad y cercanía con los fieles que nos deja.

“Era un Papa muy cercano a la gente. Y no fue ajeno a la realidad social. Su forma de hablar simple, humana, afectuosa, llegó al corazón de creyentes y no creyentes. Representaba esperanza; simbolizó para muchos un cambio en la Iglesia: más compasión, más apertura, más atención a los pobres, a la justicia social, al diálogo. Su muerte no es solo la pérdida de un hombre, sino de un símbolo de esos valores”, señaló la psicóloga Cecilia López, y con ello aclaró que es normal si en estos días nos sentimos tristes, nostálgicos y con incertidumbre.

Por qué la muerte de Francisco genera una angustia colectiva

No obstante remarcó que también podemos sentir un orgullo y gratitud. “Era argentino. Y eso toca algo muy especial en el alma colectiva. Los argentinos solemos tener un enorme orgullo por los nuestros que logran algo grande en el mundo. Ver a un argentino en el máximo puesto de la Iglesia nos hacía sentir también parte de ese logro”, sostuvo.

Pero por otro lado, la muerte de Franscisco es una confrontación con nuestra propia muerte. “Cuando alguien tan grande y querido fallece, nos recuerda que todo en la vida es pasajero, y eso siempre genera angustia”, remarcó.

“La muerte de un ser tan especial, compasivo, amoroso, un poco rebelde, que proponía el diálogo, la paz y la fraternidad, duele demasiado en tiempos como estos, donde vivimos guerras, crisis económicas, etcétera”, añadió la psicóloga. “Es normal y tiene sentido que muchos se emocionen, estén tristes y perciban un vacío interno. No es solamente la muerte de un líder religioso, es la partida de una figura profundamente humana que supo llegar al corazón de todos”, concluyó.

Por qué la muerte de Francisco genera una angustia colectiva

Los niños

Cómo hablarles acerca de la muerte del único Papa que conocieron

Hay una generación que sólo conoció a un Papa, a Francisco. Hablamos de los chicos que hoy tienen menos de 13 años. Muchos de ellos hicieron su primera comunión e incluso la confirmación guiados espiritualmente con las ideas de Jorge Bergoglio como líder de la Iglesia Católica.

Esponjitas de todo lo que ocurre a su alrededor, por estos días seguramente los chicos están planteando preguntas referidas a la muerte del Papa y es normal que sientan angustia ¿Cómo hablamos con ellos?

La psicóloga Cecilia López nos recomienda ser honestos y con palabras simples. “Hay que decir la verdad adaptada a su edad; explicar que la muerte es parte de la vida”, remarca.

Podemos usar esta frase, propone: “El papa Francisco era una persona muy buena que trabajó mucho para ayudar a otros. Murió, y eso nos pone tristes, pero siempre vamos a recordar todo lo lindo que nos enseñó.”

“Es bueno permitir que los chicos expresen lo que sienten, aunque sea confuso: tristeza, miedo, curiosidad, etcétera. Estas son las formas de generar un apego seguro a nuestros hijos. Hay que decirles que está bien sentirnos tristes o extrañar. A veces también podemos sentirnos enojados o confundidos, y eso es normal; todas las emociones te ayudan para algo”, aconseja.

También hay que dar espacio a las preguntas. Los chicos pueden consultar: ¿Por qué murió? ¿Dónde está ahora? ¿Quién va a ser el nuevo Papa? “Es importante contestar con calma y sencillez, respetando también si no sabemos las respuestas. Decirles que aunque desconocemos, lo importante es que el Papa dejó mucho amor en el mundo y todos podemos aprender un poquito de él. Hay que rescatar su legado en positivo. Podemos enfocarnos en lo que él enseñó: la bondad, la ayuda a los demás, el respeto aunque pensemos diferente a otros, la paz, etcétera. Proponer algo sencillo como: ¿Qué podemos hacer hoy para seguir su ejemplo?, ¿Quién puede necesitar nuestra ayuda? , ¿Nos damos un abrazo?, apuntó.

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