26 Abril 2025
Inteligencia artificial y periodismo: entre el pánico y la responsabilidad
En tiempos en que la inteligencia artificial transforma aceleradamente múltiples aspectos de la vida cotidiana, su impacto sobre el periodismo fue uno de los ejes centrales de la Reunión de Medio Año de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Allí, dos paneles abordaron los principales desafíos y posibilidades que plantea esta tecnología emergente.
Retos y Salvaguardas en la Era de la Inteligencia Artificial
Courtney Radsch, directora del Center for Journalism and Liberty del Open Markets Institute, y Justin Hendrix, CEO y editor de Tech Policy Press, compartieron sus perspectivas en un panel moderado por Gabriela Vivanco, directora del diario La Hora (Ecuador).
Al comenzar la exposición Radsch expuso una reflexión clave: en el sector periodístico no solo debemos centrarnos en cómo integrar la IA, sino en por qué y cómo estamos cubriendo esta transición. La experta señaló que el principal desafío es encontrar nuevos modelos de negocio sostenibles. En este contexto, los derechos de autor juegan un papel crucial, ya que muchas veces el contenido creado por periodistas se usa sin reconocimiento ni compensación.
“Creo que realmente necesitamos comprender el valor del periodismo y el hecho de que si estos modelos de IA no tienen acceso a un suministro continuo de contenido creado por humanos, confiable, preciso, factual y temporal, terminarán degradándose y colapsarán”, sostuvo.
Justin Hendrix, por su parte, reflexionó sobre la dimensión local y global del debate sobre la IA. Recientemente ha observado cómo el impacto de la IA no solo se vive en las grandes ciudades, sino también en las comunidades rurales. La lucha por la infraestructura, que incluye el desarrollo de centros de datos, se está extendiendo por todo el mundo.
Hendrix también destacó una serie de preguntas esenciales para los artículos sobre IA: ¿De dónde viene la información? ¿Fue recolectada éticamente, con permiso? ¿Qué problemas de privacidad y vigilancia surgen? ¿Cómo se entrenó el modelo? ¿Qué tan transparente es? ¿Quién se beneficia de esta aplicación de IA? ¿Cuáles son las consecuencias no deseadas? Para el experto, un enfoque participativo y centrado en las personas más afectadas por estas tecnologías es esencial para abordar estos desafíos de manera efectiva.
Ambos coincidieron en que la IA es una tecnología que acelera la centralización del poder—tanto gubernamental como corporativo—y eso exige una respuesta decidida del periodismo. En un contexto global marcado por el debilitamiento democrático, el periodismo tiene un rol clave: contar las historias que otros prefieren callar y dar herramientas a la ciudadanía para actuar.
IA como herramienta para defender la verdad
Otro de los paneles relevantes del encuentro estuvo protagonizado por Cristina Tardáguila, fundadora de la Agencia Lupa, y Ana Paula Valacco, Community Manager de JournalismAI. En su exposición, abordaron el papel de la inteligencia artificial como herramienta clave en la lucha contra la desinformación.
Tardáguila introdujo el concepto de “pánico responsable”, advirtiendo que, si bien la inteligencia artificial presenta riesgos, es fundamental no perder la perspectiva y evitar la desesperación. “Es importante tener los pies bien pegados al suelo para no perder tiempo con el pánico y tener claro el alcance real del problema”, destacó.
La periodista compartió los resultados de un estudio basado en datos de la API de Google Fact Check, que analizó las verificaciones sobre IA, deepfakes y desinformación en los 10 idiomas más hablados. La conclusión: “En todo el año, solo 509 verificaciones abordaron contenidos generados por IA, lo que representa un poco más de una falsedad por día”.
La especialista concluyó que la clave para enfrentar los desafíos está en la utilización de la misma tecnología: “Para combatir la desinformación generada por IA, necesitamos usar IA dentro de nuestras redacciones”.
Por su parte, Ana Paula Valacco subrayó que la IA ya está presente en los procesos periodísticos, y no debe ser vista como una amenaza, sino como una herramienta para mejorar la producción y distribución de contenido.
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