La ansiedad es el reto de los nadadores tucumanos antes de enfrentar el cruce del Río de La Plata
La incertidumbre asusta en todos los ámbitos. Las incertezas y lo desconocido generan una mezcla de sentimientos desesperantes y altos niveles de estrés. Los nadadores Leonardo Broczkowski (55), Javier Fernández Figueroa (45), Juan José Sirimaldi (47), María Eugenia Farías (56) y Diego Martínez Álvarez (48) viven un momento de tensión en la previa a su intento de cruzar el Río de la Plata. Los tucumanos aún no saben qué día se llevará a cabo la gran aventura para la que se han preparado durante meses, debido a las condiciones climáticas. El pronóstico, en principio, anticipa buen tiempo para mañana, aunque a partir del domingo se esperan posibles lluvias en Buenos Aires. La principal preocupación de los atletas es cómo coordinar sus horarios con sus compromisos laborales, aunque ninguno quiere perderse este hito deportivo.
Los nadadores tenían previsto realizar el cruce ayer, pero la organización sin fines de lucro Nadando Argentina, a cargo de la travesía de los tucumanos, decidió postergarlo debido a las malas condiciones climáticas. La última respuesta, hasta el momento, fue que mañana se evaluarán las condiciones climáticas para ver si el río presenta las condiciones aptas para el martes 25. Vale mencionar que la posibilidad del cruce se extiende hasta el 31 de marzo.
MATÍAS QUINTANA/LA GACETA
Uno de los más afectados es Martínez Álvarez. El famaillense es profesor de Educación Física en la Escuela Técnica N°1 General Belgrano de su ciudad natal. Había solicitado licencia para realizar el cruce, pero el aplazamiento de la travesía complica su situación.
“Estoy evaluando la posibilidad de volver a Tucumán, principalmente porque la licencia en mi trabajo está por terminarse y, además, porque estoy cursando una maestría”, explicó.
María Eugenia Farías comparte la inquietud de su compañero. La científica llegó a Buenos Aires el fin de semana pasado para asistir a un evento en el sur de la provincia y, ante esta situación, improvisó una oficina para trabajar a distancia.
“No esperábamos algo así. Todo el tiempo pensamos en el esfuerzo que hicimos para llegar hasta aquí. No me tomé vacaciones para entrenarme y le dediqué cinco o seis horas al entrenamiento cada fin de semana. Fue un sacrificio enorme. Cuesta mantener la cabeza tranquila porque no sabemos cuándo podremos hacerlo”, comentó.
MATÍAS QUINTANA/LA GACETA
El grupo se encuentra hospedado en la “Mansión Criolla”, una pintoresca casa ubicada en el barrio de San Telmo. “Le agradecemos a Matías (Ola) por hospedarnos y abrirnos las puertas”, expresó Fernández. Según su página web, la construcción data de 1890 y cuenta con tres pisos, una galería al aire libre, un patio interno con un andarivel de 25 metros, un gimnasio y un quincho en la parte trasera. La casona ha sido utilizada para producciones de moda debido a su estilo ecléctico y también alberga eventos culturales para un público reducido.
Para Broczkowski, el principal desafío es el manejo de la ansiedad. El bonaerense, radicado en Tucumán, valoró el proceso de preparación. En su caso, realizó largas sesiones de entrenamiento en la pileta del club Lawn Tennis y en El Cadillal para simular las condiciones de la travesía.
Juan José Sirimaldi siente gran ansiedad por el desafío. MATÍAS QUINTANA/LA GACETA
“Si la aventura se estira una semana más o una semana menos, no pasa nada. Desde el inicio sabíamos que dependíamos por completo del clima. Estoy muy tranquilo y disfrutando, porque tarde o temprano esta aventura se concretará”, señaló.
También recordó que la idea del cruce surgió tras la “Travesía Solidaria”, un evento organizado por el Proyecto S.O.i. en Tucumán para recaudar fondos para la sala de oncología del Hospital del Niño Jesús. “Todo comenzó con gran entusiasmo y éramos 15 personas, pero algunos se fueron bajando por diferentes motivos, ya sean personales o económicos. Ahora quedamos cinco, y vamos a darlo todo para lograrlo”, afirmó.
La travesía comenzará en Colonia del Sacramento, Uruguay, y finalizará en Punta Lara, Buenos Aires. Broczkowski y Fernández recorrerán los 42 kilómetros en forma individual, mientras que el resto lo hará en relevos, es decir, aproximadamente 14 kilómetros cada uno. La estrategia será que los nadadores roten cada 40 minutos sin considerar la distancia recorrida.
María Eugenia Farías fue la última en entrenar. MATÍAS QUINTANA/LA GACETA
“Es imposible predecir cuánto podrá avanzar cada uno porque el nivel de oleaje varía bastante y no todos tenemos las mismas condiciones físicas. Somos un equipo, así que cada uno intentará aportar su granito de arena, pero si nos enfrentamos a una corriente en contra, será difícil avanzar”, explicó Sirimaldi.
El ideal sería que cada nadador cubra unos 1.500 metros por turno, aunque la intensidad del oleaje será el factor determinante. Cabe mencionar que los nadadores no podrán tocar los tres gomones que los acompañarán durante el recorrido, ya que, de hacerlo, el intento será anulado.
La ilusión de cruzar el Río de la Plata continúa intacta, aunque el grupo de tucumanos atraviesa algunos desafíos que no pueden controlar. Más allá de las imperfecciones, tienen fe de que lo lograrán y serán parte de la historia de la natación de aguas abiertas.








