Milei, en un acto en Italia, expresó : “Soy anarquista, desprecio al Estado y estoy adentro para romperlo todo”. Si consideramos que la anarquía es un concepto que describe la ausencia de un gobierno o una autoridad central en una sociedad y en la que no hay estructuras estatales, jerárquicas ni coercitivas, debemos concluir que este sujeto se está “autoboicoteando”, y por ello resignando su cargo, ya que en un sistema anárquico no existe la figura presidencial, tampoco existen jueces ni legisladores ni ninguna estructura estatal ni jerárquica ni coercitiva. Si esta postura de Milei es tomada a conciencia por él, resulta muy peligrosa, ya que alienta el caos, el desorden, la desorganización. Y si es tomada inconscientemente, refleja, una vez más, la inestabilidad emocional e intelectual de quien, increíblemente, conduce los destinos de nuestro país. Deberían hacerse eco de este deseo presidencial los funcionarios del poder judicial, legislativo y ejecutivos y ver la manera de evitar que cumpla con su anhelo de instaurar un sistema anárquico; si no lo hacen por el bien de la patria, al menos que lo hagan para conservar sus fuentes de trabajo e ingresos.
Oscar A. Beltrán
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