Victoria Baratta: “Hay muchos Alberdi”

Victoria Baratta: “Hay muchos Alberdi”

“Hay más de un Alberdi; el libro nació en enero, cuando el presidente Javier Milei había sacado la Ley Bases y había un amparo contra la ley. También Cristina (Kirchner) había citado a Alberdi y yo tuiteé diciendo que hay un Alberdi para cada político de la actualidad en Argentina: hay uno prorrosista, otro antirrosista, uno liberal y otro más conservador, monárquico o republicano”, comenta la historiadora e investigadora María Victoria Baratta, autora de Alberdi, libro publicado por editorial Crítica en el que la autora recorre la vida y la obra del tucumano. Es un prócer sin feriado, opacado en la Historia argentina de Bartolomé Mitre.

Victoria Baratta: “Hay muchos Alberdi”
24 Noviembre 2024

Por Flavio Mogetta

Para LA GACETA - BUENOS AIRES

-Al margen de los vaivenes y las contradicciones de Alberdi, él en buena parte de su vida busca la unidad, conciliar distintas posiciones.

-La generación romántica a la que pertenece cuando es joven -donde también están (Juan María) Gutiérrez, su amigo; Marcos Sastre y Esteban Echeverría- comparte esa idea. Tienen ideales que tienen que ver más con la Revolución de Mayo, con las luces, pero están viviendo el rosismo y no quieren caer en los errores de los unitarios. No quieren tratar de imponer esas ideas que tienen más que ver con la razón y el liberalismo, imponer esas ideas europeas a la realidad rioplatense, sino conciliar un poco sus ideales con la realidad. Alberdi, cuando es joven y está en Buenos Aires, lo intenta. Publica Fragmento preliminar al estudio del derecho antes de los 30 años, y tiene una lectura comprensiva de Rosas y también una suerte de intento de que Rosas lo leyera y lo tuviera en cuenta. A ellos no les gustaban las formas del rosismo, pero reconocían que Rosas había logrado imponer un orden y querían que Rosas prestara más atención a sus ideas. Eso no sucedió y de hecho tuvieron que exiliarse porque si no juraban fidelidad al régimen podían ir presos o perder la vida. A lo largo de su vida hay una obsesión por el término medio, por la mesura de sus propuestas para el país.

-También durante el exilio de Rosas se da otro intento de acercamiento.

-En la primera etapa de su exilio en Montevideo tiene una postura muy antirrosista y organiza de manera intelectual -el aspecto militar lo va a llevar adelante Lavalle-, un levantamiento armado contra Rosas. Una vez que cae Rosas, Alberdi es diplomático en Europa representando a la Confederación de Urquiza, y tiene encuentros con él en los que vuelve a esa actitud más comprensiva. Rosas no puede volver a la Argentina porque tiene un juicio por traición a la patria y sus bienes han sido expropiados. Alberdi lo considera una especie de revanchismo en ese momento de Buenos Aires, de Mitre, de Sarmiento. Nunca le gustaron las formas del rosismo. El rosismo lo que hizo demoró o impidió la sanción de la Constitución que Alberdi inspiró, pero de todas maneras en el exilio en Europa se encuentran en reuniones, intercambian ideas y en algún momento los dos piensan que la solución para la Argentina era establecer un régimen monárquico. No terminaron odiándose.

-El libro propone una lectura ágil por la vida de Alberdi y hay momentos en que avanza al ritmo de novela histórica como cuando aparece la travesía en mulas desde Chile a Argentina y a través de los Andes de los originales de las Bases para la Constitución.

-Traté de agarrar ese momento que estaba mencionado al pasar en otras biografías y e hice una narración más literaria pero basada en los estudios históricos de la época acerca del camino para cruzar Los Andes en 1850 y 1852, quiénes eran los encargados, por dónde se pasaba, para darle verosimilitud al relato. Con Alberdi como personaje hay una dificultad y es que es una persona que más que moverse o llevar adelante una acción militar, lo que más hizo fue escribir. Por eso darle movimiento era difícil. Vivió en distintos lugares, pero una vez allí se quedaba quieto y escribía. Ahí encontré una manera de poner de relieve la noción de lo fuerte que era su presencia en ausencia. Podía volver a la Argentina pero no vuelve y manda un texto fundamental. Alberdi hace cuando dice, su decir es hacer.

-En el libro ocupa un lugar importante el intercambio epistolar con Sarmiento.

-Se chicaneaban mutuamente. La disputa que tuvieron fue más a nivel personal que en las ideas, donde había muchas coincidencias. Quizás en Sarmiento hay una valorización de Buenos Aires que a Alberdi le cuesta más. La idea educativa que tienen es distinta. Sarmiento es el padre del sistema educativo y Alberdi tenía una idea de la educación más instrumental, la educación para el trabajo manual. Pero más allá de estas diferencias, el debate es muy personal. Sarmiento le pega donde a lo largo de la vida varios le pegaron, en el hecho de que Alberdi no vuelve a la Argentina y que no pelea contra Rosas en el Ejército Grande. Lo trata de cobarde y ahí empieza una disputa en la que Alberdi trata de ser, por su personalidad, un poco menos agresivo y criticar más la obra de Sarmiento, y tanto su persona, aunque al final lo hace. Le espeta que Sarmiento no tiene la educación formal que sí tuvo Alberdi, y esta es la paradoja del constructor del sistema educativo. No obtuvo la beca que obtuvo Alberdi, no fue al colegio en Buenos Aires al que fue Alberdi, no fue a la universidad. Alberdi le dice que no está lo suficientemente preparado para opinar y lo descalifica. Alberdi le pasa lista de todos los títulos que tiene, de todas las sociedades científicas y académicas de las que forma parte.

-Alberdi fue uno de los intelectuales más destacados, escribió las Bases de la Constitución, pero aún así no logra sentarse en la mesa de los patriotas de la Nación. Una posible respuesta puede darse porque quien escribe la primera Historia argentina es Bartolomé Mitre.

-Nunca me había preguntado por qué no era tan conocido. Había gente de mi entorno familiar y de amistad que sí lo conocía, pero gente que no. Eso me empieza a llamar la atención y noto que no tiene un feriado, viendo para atrás me pregunto el porqué de esto y si la primera Historia la escribe Mitre claro que no lo va a tener, porque se la tiene jurada hasta el último día, hasta el día en que un Alberdi muy anciano para la época vuelve a Europa y Mitre le arruina la posibilidad de ser embajador en Francia, que es lo que Alberdi quería y Roca le dio. La inquina venía desde la guerra contra Paraguay, que es una empresa mitrista a la que Alberdi se opone fuertemente. En su Historia argentina destaca como héroes a San Martín y Belgrano, después va a sumar a Sarmiento, todos miembros del panteón más conocido. Todos tienen su feriado y eso implica el conocimiento de esos personajes desde la infancia y la infancia. Así, todos los años por repetición los chicos aprenden sobre la Junta de mayo, la casa de Tucumán, San Martín, Belgrano y Sarmiento. Alberdi no aparece y entonces es lógico que no sea tan conocido.

-Otro dato interesante tiene que ver con su destino, con su muerte y con las tumbas vacías que deja en el camino.

-La confusión es tal que hay muchas personas que creen que el cuerpo de Alberdi está en París. Alberdi manda a hacer el monumento, la tumba en París, pero al morir en las afueras de París es enterrado en un cementerio allí y nunca va a la tumba que había construido. Miguel Juárez Celman trae sus restos de esa tumba en los suburbios directamente a la Argentina, le hacen el Mausoleo en la Recoleta, se queda ahí y durante el menemismo Tucumán reclama su cuerpo. Si bien digo que no es tan conocido en la Argentina, creo que eso en Tucumán es distinto. Si bien Alberdi se fue muy joven de Tucumán y volvió a visitarla por muy poco tiempo y nunca más volvió, también advertí la emoción, el cariño y los estudios que hay en muchos académicos tucumanos sobre Alberdi.

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