El nieto de "Pepe" Amalfitani se radicó en nuestra provincia hace casi 30 años y hoy alentará al "fortín"

El nieto de "Pepe" Amalfitani se radicó en nuestra provincia hace casi 30 años y hoy alentará al "fortín"

Adrián se mudó a nuestra provincia por cuestiones personales, sin embargo su amor por el club velezano no cambió. Junto a su familia llegó a Santiago del Estero para disfrutar de la gran final ante el "pincha".

El nieto de Pepe Amalfitani se radicó en nuestra provincia hace casi 30 años y hoy alentará al fortín

“Mi señora es de Tucumán, yo iba cada tanto a trabajar con una empresa de Buenos Aires y ahí la conocí, nos mudamos en una época en la que todavía los chicos podían andar en bicicleta en la calle, era muy tranquilo. El tucumano es encantador, le falta un poco de comportamiento comunitario; algunos principios están fallando como en otras provincias desde hace años. Nos cuesta como sociedad, individualmente somos unos fenómenos, pero después salimos en el auto y tiramos la basura a la calle, cruzamos en rojo, es una cuestión de respeto y educación, pasa en todo el país”, Adrián Amalfitani cuenta, casi sin apuro, cómo fue que se instaló en el norte del país. En un par de horas, Vélez y Estudiantes definirán campeón de la Copa de la Liga en el Madre de Ciudades y el hombre de apellido fuerte para los fortineros parece calmo, pero como dicen, la procesión va por dentro.

Adrián es nieto de José “Pepe” Amalfitani, que vive a flor de piel en cada simpatizante velezano, pero que en los últimos días estuvo en boca de todos por el sueño de un nene que dijo que un señor grande, calvo y de anteojos le vaticinó que su equipo saldría campeón. “Es ‘Pepe’ Amalfinati”, dijeron todos en las redes. Adrián se aleja un poco del misticismo, aunque internamente desea lo mismo que todos sus pares.

“Ese chiquito no está inventando nada, posiblemente por ir al club, por ver la imagen del busto de mi abuelo, por todas las fotos que hay en el estadio, le habrá quedado esa imagen y él lo soñó. Es lindo, lo soñó, el chico lo dice con una naturalidad tremenda. Eso fue hace varios partidos atrás, Vélez ni siquiera estaba clasificado”, remarcó Adrián sorprendido por la situación que fue tendencia en redes apenas el equipo de Gustavo Quinteros consiguió el pase a la final.

 Adrián tiene 63 años y es el menor de tres nietos. “Mi papá es hijo único y mis bisabuelos llegaron a Argentina desde Italia en 1870 y tuvieron nueve hijos, ‘Pepe’ era el más grande”, comienza el relato sobre la llegada de los Amalfitani a nuestro país.

Según cuenta Adrián, su abuelo se convirtió rápidamente en el jefe de familia tras el fallecimiento de su padre. “Ahí forjó su personalidad, mi bisabuelo tenía un corralón de materiales y él fue el maestro mayor de obra, por eso fue tan importante cuando se armó la cancha, el dirigió todo”, comentó.

Don Pepe nació en 1894 y falleció en 1969, justo un año después del primer título del “fortín”, que tuvo varios tucumanos en cancha. Roque Salvador Nieva, Carlos Caballero, Eduardo Enrique “Lalo” Zóttola y José Demetrio Solórzano, fueron los comprovincianos que brillaron ese campeonato de Vélez, que fue el único que pudo disfrutar en vida Don “Pepe”. “Me acuerdo que mi abuelo en esa época no iba a la cancha, cuando termina el partido volvemos a la casa de él con mi papá y había muchísima gente. Mi papá lo abrazó y le dijo ‘somos campeones’ y el inmediatamente le preguntó: ‘sabes cómo nos fue con la recaudación’. Él era así, dirigente. Nunca dejaba de pensar en el club, aunque habíamos salidos campeones, él sabía que el lunes había que abrir el club de nuevo”, recordó Amalfitani.

Por una cuestión etaria José Amalfitani no fue uno de los fundadores de Vélez (tenía 16 años cuando un grupo de amigos en uno de los túneles donde hoy está la estación Floresta, juraron fundar el club que se llamaría Argentinos de Vélez Sarsfield, en 1910), sin embargo, esa juventud no fue impedimento para que se convierta en presidente entre 1923 y 1927.

Cuando Vélez se fue al descenso, luego de un partido entre Independiente y Atlanta, que se dice estuvo arreglado, los dirigentes organizaron una reunión para decidir como se iba a disolver el club. Era 1940, había 100 socios nada más y el sueño del club de barrio parecía terminar. “Yo no vine al funeral de Vélez”, dijo don “Pepe” en esa reunión y fue el que terminó encabezando la refundación del “fortín” que incluyó la creación de un estadio.

Pese a haber disfrutado de su niñez y adolescencia dentro del club velezano, hoy Adrián no se ve como dirigente de fútbol, por la distancia, pero también por el cambio de vida que se vería obligado a realizar. "El dirigente tiene que tener pasión y dedicarse al 100%, a mi me convocaron muchas veces, pero es una actividad muy demandante, tenes que estar en el club todo el día. Mi apellido claro que tracciona votos, pero es mucha responsabilidad. Aquí en Tucumán Atlético está creciendo, veo obras todos los días y pese a que se cumple con eso, veo que en el fútbol todavía se es ingrato y lo mismo al dirigente se lo cuestiona por todo".

El presente de Vélez

 El licenciado en Recursos Humanos y en Relaciones Institucionales que reside en Tucumán desde hace 29 años, tiene su propio emprendimiento en la provincia y trabaja para Liga Profesional (Reserva y Primera) como comisario de los partidos, es el responsable que la previa, el partido y el post salgan a la perfección. Es la representación de la Liga en los estadios. Por su ubicación, por lo general trabaja en el Monumental José Fierro, en el Madre de Ciudades y en el Mario Alberto Kempes. 

Por este motivo, se alejó un poco de la figura de "hincha" y ve desde otra óptica al deporte, sin embargo conoce muy bien a una de las figuras de su equipo: Tomás Marchiori. “Me parece un excelente muchacho, “Tomi” tuvo que bancársela aquí porque venía a reemplazar a un ídolo. Tiene una humildad muy grande, se superó a sí mismo”, dijo sobre el arquero que llegó a Vélez como refuerzo desde Atlético y se adueñó del arco fortinero.

"Nosotros (los Comisarios de la Liga Profesional) somos muy cuidadosos de eso, no generamos vínculos con los jugadores, pero lo veía cada partido. Se nota que es una grandísima persona y muy trabajador", resumió.

Sin nombres rutilantes, el equipo de Gustavo Quinteros pasó de pelear el descenso en 2023 a jugar la final de la Copa de la Liga; con el mérito de hacerlo con muchos chicos de las inferiores. "Vélez es gigante, creo que nos venía faltando un poco de suerte, ahora tenemos alrededor de 60.000 socios, es como que estamos viviendo otra vez una época de refundación, por suerte los jugadores respondieron y les cambió la cabeza después del partido con River. Ahora, después de mucho tiempo voy a ser un poquito hincha otra vez, como lo era antes. Ojalá sea una fiesta del fútbol, eso nos merecemos los argentinos", agregó.

Amalfitani, haciendo honores a su apellido, llegó a Santiago del Estero con su familia después de haber comprado los tickets como cualquier hijo de vecino. "Lo aprendí de mi abuelo, él le dejaba a mi mamá la plata para la cuota de socio de Vélez todos los meses, jamás me llevó una pelota nueva del club, cuidaba todos los recursos, ni siquiera le daba entradas a sus hermanas, cuando faltaban tres días para los partidos apagaba su teléfono para que nadie le pida entradas", recuerda Adrián con nostalgia, mientras espera que se haga el horario del partido.

Las expectativas para todos en la previa es que se vea un buen nivel futbolistico, en un estadio preparado para recibir este tipo de partidos y con dos equipos que quieren volver a gritar campeón luego de varios años de sequía de títulos. "Al fútbol argentino lo veo muy competitivo, a nivel juego es tremendo. Es muy físico, sin embargo no se pierde la técnica. Seguimos siendo el semillero, nos sobran jugadores, estamos en la cresta de la ola todavía después del mundial, tenemos que aprovecharlo", agrega.

Amalfitani también hizo referencia al hecho de jugar en cancha neutral y con las dos hinchadas. "Esto es muy lindo, ver hinchas de Estudiantes y Vélez, me parece que el tema del traslado de los hinchas fue algo complicado, porque tenían que hacer la misma ruta. Pero me parece que vamos en camino a que el fútbol se vuelva a jugar con las dos hinchadas, es una cuestión de tener ganar, asumir riesgos y educar a los hinchas. Yo no veo muy complicado, a mi criterio en Córdoba debería jugar con las dos hinchas siempre, porque es un espectáculo, además activa la economía de las provincias", finalizó.

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