Son compañeros de equipo, y juntos, fueron campeones mundiales de futsal con Argentina

Ser campeón del mundo, y encima ganándole la final a Brasil en el deporte que sea, es una experiencia inolvidable. Ni hablar si, encima, es en casa. Eso vivieron Javier Romano y Juan Carrillo, dos tucumanos que integraron el plantel argentino que se consagró campeón del Mundial C20 de futsal en Comodoro Rivadavia. 

“Vestir la camiseta de la Selección argentina es un privilegio; y además ser campeón, es algo único. Dio la casualidad de que justo la final fue contra Brasil, que lo hace más emocionante porque es un clásico. Es algo que a todo el mundo le gustaría vivir. Es muy difícil describirlo con palabras”, expresó Romano, que es arquero, en diálogo con LA GACETA. Carrillo, por su parte, que juega de poste, y anotó un tanto en el torneo aseguró que "ganarle la final a Brasil fue la cereza del postre, y de la forma que lo hicimos (5-1) fue espectacular”.

Ambos remarcaron, además, el apoyo de la hinchada. “Se hizo sentir muchísimo, hacían filas de horas para ir a ver los partidos. Teníamos la cancha llena todos los días”, cuenta Carrillo, que todavía se emociona al recordarlo. “La verdad fue una locura, nos demostraron muchísimo cariño y de esas cosas uno no se olvida más”, agregó.

Ambos empezaron en escuelitas de fútbol y luego derivaron en el futsal. “Empecé en una escuelita de fútbol 5, 'Fabulosos'. Un amigo me avisó que iban a haber pruebas de futsal en Tucumán de Gimnasia; no lo había sentido nombrar mucho, era algo nuevo para mí”, cuenta Romano, que estuvo cuatro años en el club de Córdoba y Marco Avellaneda. Hasta que en 2021, llegó a Cariocas. “Empecé a los 13 años, en una escuela de fútbol de barrio. Nos metimos en un torneo de futsal y ahí conocí el deporte; estuve varios años jugando ahí, y en 2019 me cambié de club a Cariocas FS”, recuerda, por su parte, Carrillo. 

¿Qué los atrapó del futsal? “En un principio jugaba por mis amigos, pero luego me terminé enganchado con el deporte por la intensidad que tiene; casi siempre estás en movimiento o en contacto con la pelota. Eso, la táctica, son cosas que te llevan a enamorarte del futsal”, argumentó Carrillo.

Romano, en tanto, hizo una comparación con el fútbol en lo relativo a su puesto, el de arquero, una posición que ocupa desde que tiene memoria. “En fútbol 11 son dimensiones más grandes, y el arquero no tiene tanta participación a la hora de jugar. Lo que me llamó mucho la atención en futsal fue eso, que el arquero tiene mucha más participación que en fútbol 11, y eso me terminó atrapando”, explicó.

Haber llegado juntos a la Selección, teniendo la chance de compartir no sólo la experiencia de jugar un Mundial, sino de ganarlo, fue algo muy especial, aseguraron los dos. “Fue emocionante. Hace años compartimos equipo y selección (tucumana), y ver qué con el paso del tiempo pudimos llegar a jugar un Mundial fue algo muy importante para los dos”, apuntaló Carrillo. Por su parte, Romano indicó que las concentraciones eran mas fáciles. “No te sentís tan incómodo, porque tenes con quien hablar y juntarte los primeros días; después ya vas soltándote con los chicos de las otras provincias. Tenerlo a Juan me puso contento, porque tenía un compañero, los dos representando a la provincia y al país. Fue una alegría enorme”, argumentó.

Carrillo y Romano saben de éxitos; ambos fueron parte del plantel del seleccionado tucumano que logró el histórico título en el Argentino de Selecciones de mayores en Mendoza, el año pasado, en lo que fue la primera consagración de la historia para Tucumán. Y aunque sus pergaminos los avalan como para formar parte del combinado provincial que es un gran objetivo para ambos; sobre todo, con miras al Argentino de este año. “Es un objetivo que me pongo cada año; ya me tocó en dos ocasiones. Ahora nos toca defender el título en Comodoro Rivadavia”, indicó Romano. “Ya empezó la preparación, así que apunto a estar bien para ese torneo”, dijo, por su parte, Carrillo.

¿Y dentro del futsal, en general? Ambos descartaron tener un objetivo a largo plazo en el deporte. “No tengo nada planteado a futuro; me queda entrenar con mi club, ir al gimnasio, seguir alimentándome bien. Quizás en el futuro termine dedicándome a lo que amo, pero hasta eso, hay que tratar de dar lo mejor cada día, y centrarse en hacerlo lo mejor posible”, reflexionó Romano, que además, estudia Economía en la UNT. “A futuro no tengo nada planeado”, coincidió Carrillo, que ocupa su tiempo trabajando dentro del futsal, planillando partidos de la Asociación Tucumana. Los dos, sin un panorama claro en el deporte (con sus cortos 20 años, tienen tiempo de pensarlo), pero con el sueño de seguir triunfando dentro de la cancha.