Es amante del ciclismo, y pedaleó hasta Brasil para cumplir un sueño

Es amante del ciclismo, y pedaleó hasta Brasil para cumplir un sueño

Álvaro Corso viajó en bicicleta miles de kilómetros para ver una fecha de la Copa del Mundo de cross country.

Es amante del ciclismo, y pedaleó hasta Brasil para cumplir un sueño Foto: Gentileza Álvaro Corso
29 Marzo 2024

Los actos irracionales en pos de cumplir los sueños no son, precisamente, escasos en el mundo del deporte. Hay sobradas muestras de las locuras que los fanáticos son capaces de hacer. Una de ellas es la del ciclista tucumano Álvaro Corso, que viajó hasta Brasil en bicicleta para ver una fecha de la Copa del Mundo de cross country.

Profesor de educación física, de 32 años, Corso le explicó a LA GACETA cómo surgió su pasión por las bicicletas. “Empezó cuando le ví una bici moderna a un primo en el año 2007. Ahí me gustaron mucho, después pude comprar una propia, y cada vez la iba mejorando más y más. En 2009 conocí dos compañeros de la facultad que competían en el deporte y hasta habían participado en mundiales. Ellos me llevaron a hacer el mountain bike como era en realidad, en senderos, y ese año tuve mi primera competencia. Y desde ahí fue un camino de ida”, aseguró.

El joven señaló que durante su etapa de estudiante universitario, pudo competir pero de manera ocasional, debido al tiempo que le demandaba la carrera. “Después de egresarme, participé en carreras grandes, pero no competía con regularidad, porque el deporte es costoso y mi economía no es la mejor. Recién el año pasado competí regularmente toda la temporada, y hasta pude salir campeón en un campeonato provincial”, destacó.

Sin embargo, más allá de las competencias, Corso afirmó que su pasión tiene que ver con la bicicleta en sí. “Ando en bici siempre, y en cualquier parte; competir es un plus”, sostuvo.

¿Y cómo surgió la idea de ser espectador de una Copa del Mundo? “Soy muy apasionado del ciclismo, y más aún cuando empecé a competir y a interiorizarme en lo que son los mundiales y las Copas del Mundo. Desde que empecé a seguirlas por Internet y conocer más sobre eso siempre quise presenciar una, ver cómo son por dentro, ver los corredores y de la forma en que compiten. Entonces, cuando llegó a Brasil la Copa del Mundo el año pasado, me quedé con esas ganas de viajar a verla ya que estaba muy cerca”, detalló.

El destino le hizo un guiño cuando se anunciaron, para este 2024, dos fechas de la Copa del Mundo, nuevamente, en el país vecino: del 12 al 14 de abril en Mairipora, San Pablo, y del 20 al 21 en Araxa. “Cuando vi eso, dije 'tengo que ir a ver una, este año es mi oportunidad'”, reveló.

¿Y por qué la idea de llegar a tierras cariocas pedaleando? “Hace unos años también ví lo que era el cicloturismo y viajar en bici, que es algo que siempre quise hacer también, así que no tardé mucho en decidir que uniría ambas cosas”, reveló. Ya con la decisión tomada, Corso empezó a investigar cómo eran esas travesías en bicicleta, y luego, se puso en marcha.

Es amante del ciclismo, y pedaleó hasta Brasil para cumplir un sueño Foto: Gentileza Álvaro Corso

“Busqué mucha información, hablé con mucha gente. Parecía fácil, pero mientras lo estaba haciendo ví que no era tan sencillo, al menos para mi. Es una forma de viajar en la que creo que tenes que estar preparado mentalmente, y yo no lo estaba. Al viaje lo organicé en cuestión de pocos días y eso creo que fue uno de los errores, más allá de la falta de experiencia en este tipo de travesías”, relató el joven.

Aunque contó que físicamente está “10 puntos”, algo que le permitió recorrer muchos kilómetros por día, y cruzar la frontera en bicicleta, algunos problemas surgidos en el camino le jugaron una mala pasada, y le complicaron el viaje al llegar a Brasil. “En Argentina me sentía seguro viajando, me sentía local, pero al llegar a Brasil la cosa cambia. No me fue fácil encontrar lugar donde pasar la noche de forma segura, no quería dormir tirado en cualquier lado arriesgándome a que me roben la bici o algo peor”, contó. “El miedo y la inseguridad eran muy grandes ,así que decidí no seguir pedaleando si me sentiría inseguro cada noche, por lo que me tomé un colectivo hacia la ciudad donde se realizará la carrera”, apuntaló. Es decir, la travesía se cumplió a medias: recorrió cientos de kilómetros en bicicleta, aunque para llegar a su destino final, por seguridad, debió apelar a otro medio de transporte.

Más allá de la frustración por no haber podido completar los poco más de 2400 kilómetros que separan a Tucumán de San Pablo enteramente en bicicleta, Corso se mostró feliz por poder cumplir su sueño de ver una Copa del Mundo. “Ahora estoy hospedándome en casa de un amigo. Saldré a conocer por acá en la medida que pueda, y mientras tanto espero la fecha de primera de la Copa del Mundo”, remarcó, a la espera de que transcurran los días para ser, finalmente, espectador de un show de lujo.

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