Cartas de lectores: el ajuste
22 Marzo 2024

El brutal ajuste anunciado por Milei, y ejecutado por Caputo, busca complacer al FMI, que exige un apoyo político total, para evitar un estallido, que complique la gestión del Presidente, y los planes futuros del organismo de crédito. El recorte, seguido por una liberación de los precios y tarifas, afectó al sector pasivo, reduciendo a la mínima expresión su poder adquisitivo, e imponiéndole soportar el 47% del ajuste. Nuevamente los más indefensos, son la herramienta para lograr las fantasías, esta vez libertarias, como lo hizo Macri en 2017. El modus operandi de los gobiernos liberales y libertarios, tienen una analogía que los identifica, como meros ejecutores de las órdenes del FMI, utilizando herramientas como el blanqueo de capitales, la reparación histórica etc., maniobras que en la gestión de Macri se tradujeron en la pérdida de $ 100.000 millones (“Traición”, LA GACETA, 27/09/23) a la clase pasiva. En estas maniobras, coexisten las tácticas liberales y libertarias que giran alrededor de la sensibilidad de algunos legisladores, al soborno, al apriete y a los consabidos traidores, para lograr sus objetivos. En esta emergencia, el Presidente propone como señuelo para evitar el rechazo en la Cámara Baja, una nueva fórmula de movilidad jubilatoria, ofreciendo aumentos en función de la inflación, más un 10% de compensación por el empalme de fórmulas, cuando en realidad el incremento del haber jubilatorio debe ser por lo menos del 41,5% para acercarse a la inflación del primer trimestre. El señuelo y la oferta son una prueba de obediencia al FMI, para lograr los u$s 15.000 millones que Milei necesita para levantar el cepo. Para lograr el objetivo, el Presidente deberá monitorear a los legisladores traidores a los “colaboracionistas”, a los gobernadores rebeldes, y a los que ocupan sus bancas por corrimiento de listas, que firmando un dictamen que no entendieron, pagaron la banca en diputados. Lo que está pasando hoy con los jubilados es de una perversidad inédita, porque se usan a millones de pobres en beneficio de un grupo de apostadores de la timba financiera.

José Emilio Gómez 

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