Las dos caras de la gestión Milei

Las dos caras de la gestión Milei

La desaceleración inflacionaria, el canje y el superávit en las cuentas mostraron la faceta de la motosierra. Sin embargo, el déficit sigue estando en los acuerdos políticos para las nuevas medidas.

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Marzo y abril son meses de profundas decisiones económicas y políticas. Lo uno va atado a lo otro. El propio presidente Javier Milei había advertido que este será un período difícil en la vida de los argentinos. La realidad muestra esa faceta. 

La semana que viene se conocerá si es que el mercado de trabajo ha sentido el cimbronazo de un ajuste fiscal y de la recesión al finalizar 2023. En 10 días, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) prevé dar otro dato inquietante: la profundidad de la pobreza y de la indigencia en la Argentina. Claro que esa radiografía será la que corresponde al segundo semestre del año pasado. Al filo de esa medición hubo un cambio abrupto con una actualización de precios mayor que encareció las canastas básicas que se toman en cuenta para medir las tasas socioeconómicas. Más allá de eso, Milei transita sus casi 100 días de administración presidencial. 

En la última semana, la gestión del economía liberal sintió el peso de la presión política, mientras los indicadores macroeconómicos evidenciaban que la Argentina se encaminó hacia el segundo mes de superávit fiscal por efecto de la motosierra en las cuentas públicas. La situación es tal que los analistas de GMA Capital que la realidad del Gobierno de Milei es comparable con las antagónicas personalidades victorianas de la célebre novela de Robert Stevenson: Dr. Jekyll y Mr. Hyde.

Cara

¿Cómo se justifica la comparación? “La cara más pulcra y sobresaliente del equipo de Milei es, sin dudas, la económica”, plantea el diagnóstico de GMA. La moderación de las expectativas de inflación, la presentación del dato del IPC de febrero inferior a lo esperado (13,2% versus 15,8%) y el reacomodamiento de precios relativos con un pass through moderado fueron aspectos destacados de la semana. La sorpresa del mercado fue grande cuando se conoció la medición de febrero. En términos interanuales, el nivel general de precios avanzó 276,2%. En el primer bimestre del año acumuló un incremento del 36,6%.

“Si los políticos tienen pavor a las devaluaciones (por el costo que deben asumir), los economistas somos precavidos con el efecto secundario de esa jugada: el traspaso a precios o pass through”, señalan los economistas Nery Persichini y Mateo Carrasco como evaluación de lo que pasó con esos precios. Este fenómeno es común en economías con alta inflación y que carecen de anclas para las expectativas como la Argentina. Pero a diferencia de otros eventos del pasado, advierten los analistas, esta vez la existencia de un plan y la vocación de reducir el déficit fiscal y de cortar la emisión monetaria estarían dando sus frutos.

A Milei y a su ministro de Economía, Luis Caputo, se le dibujó una sonrisa en el rostro cuando vio el resultado del canje de deuda, que permitió rollear (reprogramar) el 77% del total de vencimientos de 2024 y despejar $ 42,6 billones.

Más allá de estos resultados, la economía sigue teniendo un lado oscuro: el cepo cambiario. Así, bajo el paraguas de las restricciones cruzadas y de los mercados segmentados, el BCRA decidió, en la previa a la publicación del IPC de febrero, relajar su política monetaria. En concreto, desde Reconquista 266 (sede del Central) tomaron tres medidas. En primer lugar, la tasa de pases pasivos fue recortada desde 100% como Tasa Nominal Anual -TNA- (8,6% de Tasa Efectiva Mensual -TEM-) hasta 80% (6,8% TEM). En segundo término, el piso de la tasa de los plazos fijos fue eliminado. Es decir, la remuneración de los depósitos a plazo ya no estará determinada por el BCRA, fomentando así la competencia entre bancos. En lugar de 110% de TNA, el costo de captación se desplomó hasta 70%.  Y tercero, el BCRA eliminará a partir de mañana los pases contra los Fondos Comunes de Inversión (FCI), afectando directamente la remuneración de los fondos Money Market.

Ceca

En las antípodas, reconoce, el lado oscuro combina la persistencia de viejos vicios y la propensión a las tensiones en la faceta política. En cuanto a lo primero, la vigencia del cepo envalentonó al Banco Central (BCRA) a reducir la tasa de interés de referencia, un movimiento contrario al que podría darse en una economía abierta. En el ring político, el rechazo del DNU en el Senado y las rispideces hacia dentro del mismo frente de La Libertad Avanza desnudan el hecho de que el oficialismo tiene “mandíbula de cristal”. El decreto sigue vigente siempre y cuando la Cámara de Diputados no lo trate y sus miembros opten por recorrer el mismo camino que sus pares del Senado. Esta situación ha llevado a la Casa Rosada a aceitar sus contactos con los sectores “dialoguistas”, con el fin de alcanzar acuerdos frente a futuros proyectos del Ejecutivo.

¿Qué podría ocurrir en la Cámara Baja? GMA recuerda que hubo solo 109 votos en contra en general en la Ley Bases, pero 154 en contra en particular en un inciso. Además, con el DNU no existe votación en particular: se aprueba o rechaza todo. En Diputados se necesitan 129 votos para el rechazo.

Frente a este cuadro de situación, las supuestas tensiones entre el presidente Milei y la vicepresidente, Victoria Villarruel, y de buena parte de los miembros de La Libertad Avanza no colaboran para calmar las aguas. “Así las cosas, la mejor arma que tiene Milei para no perder popularidad es mostrar mejoras en el plano económico y en el de las expectativas, hábitats en los que mejor se maneja”, remarca Persichini.

En este sentido, al igual que en enero, Caputo no pudo resistir la tentación de informar antes de tiempo el resultado fiscal. A pesar de la caída de 6,3% real de los ingresos totales, febrero volvió a ser superavitario. Según el tweet del ministro (única información publicada hasta el momento), el resultado primario fue de $ 1,23 billones en el mes. Si se le descuenta el efecto por pago de intereses, el superávit financiero alcanzó los $ 338.112 millones. Con estos datos preliminares, el recorte del gasto real interanual (-36,4%) pareciera ser, otra vez, el principal driver del ajuste.

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