30 Enero 2024
Joaquín Ibáñez debutó en 2016 en Los Andes. Prensa CASM
Sacrificio y esfuerzo definen a la perfección el camino de Joaquín Ibáñez, uno de los recién llegados a San Martín. De último paso por Colón, el extremo mantiene presente el arduo camino que tuvo que realizar para llegar a convertirse en futbolista profesional, que comenzó cuando él tenía 13 años.
“En ese momento, Lanús había realizado una prueba en mi ciudad (Venado Tuerto) y fue Roberto Puppo quien hizo todos los trámites para llevarme. Hice las inferiores ahí hasta que llegué a Primera”, dice el santafesino, que debió instalarse en la pensión del “granate”. “Costó mucho porque me tuve que ir muy chico de mi casa. Fue algo muy difícil porque estás lejos de tu familia y la realidad es que sos un nene. Pero todo ese esfuerzo valió la pena porque era el sueño que tenía”, puntualizó el ex Almirante Brown.
En dicho proceso de formación y gracias a sus buenos rendimientos, Ibáñez llegó a integrar la Selección Sub-17 que se consagró campeón sudamericano en 2013, torneo en el que disputó tres partidos.
Así, llegó a disputar el Mundial de Emiratos Árabes Unidos en el que la Selección finalizó en la cuarta posición. En esa competencia, Ibáñez marcó cuatro goles en seis encuentros siendo una pieza clave de la “albiceleste”.
Dos años más tarde, sería parte del plantel que se consagró campeón del Sudamericano Sub-20 que se disputó en Uruguay en donde jugó siete partidos.
Pese a que integró el plantel de Lanús que conquistó la Copa Bicentenario en 2016, lo cierto es que Ibáñez no sumó minutos en aquel certamen.
Sin encontrar posibilidades dentro del club que lo formó, Ibáñez decidió irse de préstamo a Los Andes, club en el que tendría su ansiado debut. A los 72 minutos, el extremo ingresó en duelo frente a Atlético Paraná que terminaría en victoria para los entrerrianos. “Estaba nervioso porque tenía 17 años y era mi primera vez. Estaba mentalizado en jugar, nada más. Se te pasan muchas emociones por el cuerpo. Me puse muy contento”, confesó.
Luego pasó a Arsenal de Sarandí, club en el que no pudo sumar ni un minuto. Esta situación lo obligó a salir en búsqueda de un equipo que le garantizara una mayor cantidad de minutos.
Así, recaló en Almirante Brown en donde logró marcar su primer gol. Fue en la victoria frente a Deportivo Español. En esa misma temporada, Ibáñez lograría el ascenso a la Primera Nacional después de consagrarse campeón de la Primera B Metropolitana.
En la “fragata”, además, encontró mayor regularidad: jugó 76 partidos y marcó 10 tantos. Entre ellos, hizo uno frente a San Martín en el empate 2-2 en la temporada 2021 en La Ciudadela. “Fue en medio de la pandemia. Esa fue la primera vez que jugué en La Ciudadela”, dijo.
En relación a su último paso por Colón, Ibáñez reconoce que una sinovitis en una de sus rodillas le impidió poder sumar más minutos.
“Tuve esa lesión y empecé a perder terreno. Estuve como un mes parado por la recuperación. Eso después se conjugó con decisiones del técnico y, después, me costó bastante. Son cuestiones que los jugadores de fútbol tenemos que afrontar constantemente”, explicó, recordando que con la camiseta del “sabalero” jugó sólo nueve partidos y marcó un gol.
Al igual que en otros casos, el llamado de Diego Flores fue fundamental para su desembarcó en San Martín. “Me llamó el entrenador y me gustó mucho su idea y su forma de trabajar. Siempre quiere que seamos ofensivos, que presionemos alto y que juguemos corto. Eso me gusta”, dijo, dejando en claro y resaltando su polifuncionalidad para jugar por cualquiera de las bandas. “Me formé como carrilero. Pero también juego como extremo. Más allá de eso, no tengo problemas en hacerlo en el lugar en el que me pongan”, añadió.
Por último, el santafesino dejó en claro que espera cumplir la gran meta con el “santo”. “Tenemos un grupo muy bueno. Espero que podamos comenzar bien el torneo y, sobre todo, que podamos lograr el objetivo”, cerró.
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