El destino de nuestro fútbol

El destino de nuestro fútbol

El buen año de River, decreto presidencial y la crisis de representación de los jugadores.

CAMPEONES. El plantel de River festeja el titulo obtenido cerrando el 2024. CAMPEONES. El plantel de River festeja el titulo obtenido cerrando el 2024. Gentileza José Gómez

River, aún con sus lagunas, se confirmó como el mejor equipo del año. Su victoria del viernes por la noche en Santiago del Estero contra un entonado Rosario Central fue categórica, incluído un comienzo de alto vuelo. Buen final de año que dio alivio al DT Martín Demichelis y cerró de buena manera un año futbolero siempre difícil, y que lo seguirá siendo mientras continúe habiendo 28 equipos en una Primera División que debería ser de 20. Habrá debate fuerte en 2024 por el Decretazo del nuevo gobierno de Javier Milei que incluyó el tema de los Clubes SA, pero eso no será central para la calidad de nuestra Primera división. Sí lo seguirá siendo en cambio la necesidad de que en esa máxima categoría haya menos equipos, sea más competitiva, ofrezca duelos fuertes en cada una de sus fechas.

La alegría de River quedó opacada apenas después de la victoria, cuando Claudio “Diablito” Echeverri, apenas le pusieron el primer micrófono en la boca, dijo con total naturalidad y desparpajo que no renovará su contrato y que solo seguirá en Núñez medio año o, a lo sumo, un año más. Cuentan que el propio jugador buscó calmar luego las aguas. Pero recibió duras críticas en sus propias redes. Demichelis y el presidente Jorge Brito buscaron calmar la situación. Pero la bomba ya había estallado. El pibe estrella de las selecciones Sub 17 de Argentina anunciando su partida justo cuando después de ser titular. ¿Demoró Demichelis en hacerlo? Difícil respuesta: allí en esa posición están Esequiel Barco figura, Manu Lanzini fichaje flamante ruidoso, el retornado Pity Martínez y hasta Nacho Fernández. Echeverri jugó y bien. Y, se sabe, el futuro puede ser todo suyo.

Horas antes, habíamos visto brillar en Arabia Sautida a Julián Alvarez. Dos goles y una asistencia en la goleada 4-0 de Manchester City a Fluminense en la final del Mundial de Clubes. Las crónicas de todo el mundo resaltaron que “La Araña” era campeón mundial de clubes y de selecciones. Campeón de Champions y de Libertadores. Ganador de 14 títulos. Y con goles en casi todas las finales. Y recordaban esas crónicas esta temporada logró titularidad solo gracias a la lesión grave del belga Kevin De Bruyne. Julián casi como “número 10”. Ahora se lesionó Erling Haaland, acaso el mejor futbolista de 2023, y Julián entonces pasó de 9. Se encarga de casi todas las ejecuciones de pelota parada. Todo eso, le sucede en el mejor equipo del mundo. Y, lo más notable aún, le sucede cuando tiene apenas 23 años. ¿Por qué sorprendernos entonces ahora con la posible partida precoz de Echeverri?

Es el destino de nuestro fútbol. Con crisis o no. Devaluaciones o moneda fuerte. Afuera los jugadores ganan mucho más dinero. Y obtienen el doble de reconocimiento y vidriera global. Por eso lo de Qatar es una excepción. Porque todos los Julián Alvarez dejan a sus patrones europeos y juegan para nuestra selección. Cuando el duelo es de club a club las diferencias quedan a la vista. Fluminense fue justo campeón de la Libertadores. Mejor que Boca en el Maracaná. Pero fue humillado por el City de Pep Guardiola que, además, llegó sobre la hora a Arabia Saudita y levantó el pie del acelerador en el segundo tiempo. Fue tan clara la diferencia que un portal brasileño, que iba comentando online el partido, en un momento expresó: “la TV de Brasil está trasmitiendo un entrenamiento de Manchester City”. Feliz Navidad. 

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