Cartas de lectores: médicos rurales para el mundo

Cartas de lectores: médicos rurales para el mundo

14 Noviembre 2023

René Favaloro, junto a su hermano José, fueron médicos rurales en La Pampa, en un pequeño poblado llamado Jacinto Arauz. René migró después a los Estados Unidos, a donde desarrolló la técnica del By Pass, para luego regresar a su país donde erigió, con mucho esfuerzo, la Fundación que lleva su nombre, y que es un ejemplo y emblema de institución de excelencia en salud en toda América del Sur. Como historia paralela, pero muchos años antes, un inglés llamado William Worral Mayo se unió al éxodo del Viejo Mundo y viajó al país del norte a mediados del siglo XIX. Allí estudió y se recibió de médico y fue a vivir a un pequeño pueblo rural llamado Rochester, en Minnesota, y junto a sus dos hijos Will y Charles ejercieron la noble profesión hasta que, a causa de un ciclón y falta de un lugar adecuado para atender los heridos, decidieron emprender la construcción de un centro médico. Y así nació la Clínica Mayo. Hoy, después de 130 años de fructífera labor y vida es considerado el mejor centro multidisciplinario de los EEUU (sobre un total de 6.000 establecimientos de salud) y uno de los mejores del mundo. Los hermanos Mayo (eximios cirujanos) solían decir: “Nuestro padre nos enseñó. Él fue nuestro cimiento. No éramos genios, pero sí trabajadores incansables”. Alguien dijo alguna vez de ellos: “En ese compañerismo de inquebrantable fraternidad debe haber residido la fuerza mediante la cual ambos habrían de escalar las cumbres”. Un verdadero ejemplo de iniciativa personal y privada y de adhesión a la cultura del trabajo y del esfuerzo. Todos ellos: René Favaloro, William W. Mayo y sus dos hijos Will y Charles fueron médicos rurales. Los cuatro tuvieron postulados parecidos y fueron cuatro hombres extraordinarios. Primero porque nos dieron su ejemplo y después porque nos legaron las prestigiosas instituciones que fundaron y que lo fueron solo gracias al sacrificio, la tenacidad y el compromiso de ellos con la humanidad. En el específico caso de nuestro querido Favaloro su trágico final nos destrozó el alma, pero seamos conscientes de que si recordamos los conceptos que esbozó para su institución (extrapolables también para el país) sentiremos que su paso por este mundo no fue en vano. Él siempre enunciaba: “1) Trabajar con honestidad, 2) Hacerlo con pasión, esfuerzo y sacrificio, 3) Evitar ser influenciado por inútiles dogmatismos, 4) Siempre en ambiente de libertad, 5) No apartarse jamás de la ética, 6) Trabajar en equipo, 7) Sacrificar todo en aras de la verdad, 8) Que el único privilegiado sea el paciente (léase también el país) y 9) Que el máximo premio verdadero lo sea el placer del deber cumplido”. El 3 de diciembre, en homenaje al Dr. Carlos Finlay, se celebra el Día Internacional del Médico, que nunca fue feriado para nosotros. Seguramente hemos de saludar con afecto a nuestros queridos galenos. Vaya, pues, nuestro homenaje a todos los que abrazan y abrazaron a nuestra noble profesión y asimismo no dejemos de recordar a todos los que nos dejaron su huella marcada, para mejorarla y transmitirla y/o su preciado legado como el de estos 4 médicos rurales que también fueron 4 médicos para el mundo. La Fundación Favaloro, así como la Clínica Mayo son y serán el recuerdo viviente de ellos, a su imagen.

Juan L. Marcotullio                          

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