Cartas de lectores IV: vocación de Justicia

Cartas de lectores IV: vocación de Justicia

01 Octubre 2023

Tengo la dicha de poder prestar servicios en el Poder Judicial hace 26 años. Pude ser testigo de cientos de episodios internos. Para comenzar, ningún magistrado o funcionario es perfecto, los medios de comunicación son expertos en hacer una noticia del error humano de cualquier agente Judicial. Yo vi en la vieja escuela como daban la vida los empleados, funcionarios y jueces. Hace once años que soy funcionario y pude ser testigo de trabajos a destajo. El progreso de la Justicia es poco reconocido, se avanzó con la digitalización, con el actual expediente digital, que más allá de un progreso indiscutido, le da plena transparencia al proceso Judicial. Nunca me olvido de la incansable vocación del entonces prosecretario, el querido “Lalo Uro”, quien sin tener la obligación de participar en un hecho ilícito, decidió involucrarse ingresando a un domicilio, donde recibió un disparo en su rostro juntamente con un comisario de la Provincia. Recuerdo los famosos turnos en el fuero penal, donde nos íbamos a nuestro hogar a las doce de la noche, o más. Muchos dejamos la vida en nuestro trabajo diario, porque creemos en los valores mas nobles de dar a cada uno lo suyo, y de tratar el mejor servicio de justicia posible. Existen agentes judiciales que tuvieron altísimos picos de estrés, que sufrieron ACV y diversas patologías producidas por el agotamiento laboral y el compromiso de respetar la Constitución, las leyes nacionales, provinciales; principios de honradez y la búsqueda de la verdad de los hechos. En esto que estoy narrando, sería algo coherente que no se incluya a todo judicial, como se dice comúnmente “en la misma bolsa”. Recuerdo a muchísimos magistrados haber dado la vida en este trabajo, es el caso de la doctora Susana Sánchez Toranzo, quien merece mis mas altos conceptos y respetos, entre muchísimos casos similares. En Tribunales, día a día, se piensa en hacer el bien, nadie quiere que las partes salgan perjudicadas. Además, cuando somos funcionarios hacemos un juramento, donde nos comprometemos a cumplir las funciones de forma ejemplar, muchos ponemos a Dios al momento de jurar, y a nuestros más altos prestigios. Para finalizar me gustaría que se comience a reconocer al trabajo honorable que no se ve en ningún medio. Son cientos de compañeros judiciales que hacen las cosas para el bien común. La Corte Suprema de Justicia evolucionó con la manera de trabajar, con las oficinas que dan agilidad a los procesos, con las oficinas de violencia doméstica, en pos de un resguardo de la mujer o de un familiar en situación de violencia. No esperamos un pergamino, pues es nuestra obligación trabajar de la manera que lo vengo narrando.

Gonzalo Cornet Esteves

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