Algunos políticos se resignaron al remedio federal

SANTIAGO DEL ESTERO (Enviado especial).- La provincia se encuentra en un atolladero de dimensiones inconmensurables. Pero hay indicadores que dan una idea aproximada de la magnitud de la crisis institucional. Por ejemplo, que los dirigentes políticos consideren que una intervención nacional es una opción más democrática que el gobierno de los Juárez. Ese es, por ejemplo, el caso del diputado radical Cristian Oliva, quien, a sabiendas de que perderá su cargo, se manifiesta satisfecho con la medida solicitada por la administración de Néstor Kirchner.
"Cuando la Legislatura rechazó este mes el pedido de desafuero de la gobernadora, entorpeció la tarea de Justicia Federal. Evidenciaron que la autodepuración institucional era imposible", cuestionó el diputado provincial. Pero Oliva, quien presentó un juicio político contra Mercedes Aragonés, lamenta las circunstancias en las que la Nación decidió intervenir su provincia. "Cuando hace 20 días se descubrió que había una verdadera Gestapo, un servicio de Inteligencia provincial con un archivo sobre 40.000 santiagueños, creí que iban a intervenirnos en cuestión de horas -advirtió-. Desde entonces, hasta hoy, lo único que ocurrió fue el congreso nacional del PJ el viernes pasado". "No me gusta que seamos la cabeza de turco de la interna del PJ", lamentó.
Según Héctor "Chabay" Ruiz, intendente de La Banda y principal referente del kirchnerismo en Santiago, no puede hablarse de que hubo un detonante de la decisión presidencial. "Hubo una acumulación de hechos que terminaron por predisponer al Presidente a intervenirnos", indicó.
"Pasó el tiempo y la Justicia y la Policía no cambiaron de actitud. No avanzó la investigación del doble crimen de La Dársena, se comprobó que había una red de espionaje gigantesca, y hay planes sociales desfinanciados desde octubre porque la provincia no remite la documentación correspondiente. Lejos de avanzar, retrocedimos", precisó.