Ibarra y Cromagnón dominaron la jura de legisladores porteños

Buenos Aires.- Los 30 flamantes diputados porteños juraron ayer en sus bancas durante una emotiva ceremonia, que mostró la supremacía macrista en el recinto y marcó el retorno oficial del destituido jefe de Gobierno de la Ciudad, Aníbal Ibarra, a la política institucional.
Con el acceso a las inmediaciones del recinto fuertemente custodiado, mientras se realizaban marchas a favor y en contra del ex mandatario comunal (de familiares de víctimas de Cromagnón), la asunción de Ibarra marcó el pulso de la jornada. Fue uno de los últimos en jurar su banca, momento en el que se escucharon silbidos aislados.
Ibarra aseguró que afrontó la controvertida jornada con tranquilidad, y anticipó que buscará constituirse en un opositor responsable, en un recinto donde el PRO tendrá abrumadora mayoría, con 28 legisladores sobre 60.
“Yo voy a ser mucho más responsable en lo institucional de lo que fueron ellos”, aseguró en referencia al proceso de su destitución tras la tragedia del boliche.
Al respecto, el saliente jefe del Gobierno porteño, Jorge Telerman, cuestionó a su antecesor y flamante legislador comunal, Aníbal Ibarra, a quien se refirió como “una persona que está llena de odio”.
La sesión preparatoria comenzó con la designación del diputado Enrique Olivera para presidir la ceremonia de jura de los legisladores. Uno a uno fueron pasando los flamantes diputados y sólo dos rompieron el protocolo: Juan Cabandié, nacido en la ESMA, quien juró “por la madre patria, las Madres y Abuelas (de Plaza de Mayo) y los 30.000 desaparecidos”; y Patricia Walsh, del unibloque Izquierda Unida, que juró por “los 196 chicos masacrados en Cromagnón”.
Tras la jura, los diputados eligieron al macrista Diego Santilli como vicepresidente primero de la Legislatura; a Juan Manuel Olmos, del bloque Frente para la Victoria Concertación Plural, como vicepresidente segundo, y a Guillermo Smith (Coalición Cívica), como vicepresidente tercero. Así quedaron representadas la mayoría (PRO) y las dos primeras minorías: FPV y CC.
Padres, tíos y amigos de los chicos que perdieron la vida durante el incendio en el boliche de Once dispusieron, en la esquina de Avenida de Mayo y Perú, 203 sillas vacías, 194 por los que murieron la fatídica noche del 30 de diciembre de 2004 y otras 9 por jóvenes que estuvieron allí y fallecieron posteriormente. Cada una de las sillas estuvo identificada con el nombre, la imagen y la edad de los muertos; sobre ellas, rosas rojas homenajeaban a los jóvenes y adolescentes.
“Esto es para que la gente tome conciencia de que hay una persona que está asumiendo una banca sin solvencia moral”, explicó Nilda Gómez, madre de Alexis Benítez Gómez, una de las víctimas de la tragedia. (NA)