Faltan definiciones sobre temas energéticos

Faltan definiciones sobre temas energéticos

Hay que determinar qué rol tendrá Tucumán en el desarrollo de la política nacional de energía, en la cual la presencia del Estado deberá ser activa. Por Fernando García Soto - Redacción LA GACETA.

25 Septiembre 2006
Sin dudas, el sector azucarero tucumano está llamado a ser gran protagonista en el desarrollo de la nueva política energética argentina, al menos en el mediano o largo plazo. No ver esta realidad es querer tapar el sol con una mano: el reemplazo de los combustibles de origen fósil -como los derivados del petróleo- es un hecho en todo el mundo y, en este proceso, el alcohol -derivado de la caña- parece que irá ocupando un lugar preponderante. Frente a este escenario, el Estado nacional avanzó este año en la sanción de una ley de promoción de los biocombustibles, pero se demora un debate serio y profundo sobre la manera en que se desarrollará el cambio que se avecina en la matriz energética del país.
Por ahora, los empresarios azucareros eluden referirse al tema biocombustibles, un poco por el sabor amargo que dejó en el sector la anterior experiencia con la fabricación de alconafta -emprendimiento adelantado para su época (finales de los 70 y principio de los 80)-, y otro poco por tratarse de una actividad cuyos integrantes a menudo se aferran demasiado al statu quo. Pese a haber surgido del seno de los sectores más conservadores del país, la actividad azucarera fue objeto a lo largo de su historia de numerosos cambios que muchas veces resultaron dolorosos, como por ejemplo el cierre de 11 ingenios en los 60, o la aparición y desaparición del plan alconafta, o la desregulación de principios de los 90.
Pero el silencio de los azucareros no significa exactamente que los empresarios de este sector estén “sintonizando otro canal”. Aunque desde el Gobierno tucumano no surja la iniciativa de propiciar una discusión sobre el tema y de establecer una posición de la Provincia en torno de los biocombustibles, en los ingenios ya están concretándose inversiones para hacer más eficientes y ampliar las destilerías de alcohol. Por caso, en el ingenio La Florida se inaugurará en los próximos días una nueva destilería, que elevará de 110.000 a 350.000 litros la producción diaria de alcohol etílico.
Los ingenios en la Argentina elaboran el alcohol a partir de la melaza, una vez que no se le puede sacar más azúcar, lo que es mucho más económico que producirlo directamente de la caña. La proporción es, aproximadamente, 10 litros de alcohol por cada 100 kilos de azúcar. Fabricar alcohol sin pasar por el azúcar podría redundar en 75 litros con la misma cantidad de caña, aunque los expertos aseguran que esta ecuación no cierra en lo económico, cosa que podría cambiar si continúa la suba sostenida del precio del petróleo. De cualquier forma, no vendría mal un estudio sobre la verdadera potencialidad de Tucumán para producir alcohol, o el impacto ambiental que provocaría este proceso, por mencionar sólo un par de puntos de los cientos que habría que evaluar.
Y mientras en nuestra provincia se avanza muy lentamente -y a ciegas- con el desarrollo de los biocombustibles, el Gobierno nacional lanzó días atrás un nuevo desafío: que los ingenios inviertan entre U$S 5 millones y U$S 10 millones cada uno en generadores de energía para aportar electricidad a la red. Según este proyecto, que subsidiaría la Nación, los ingenios utilizarían residuos de la caña para generar energía, lo que a priori parece una gran idea, ya que con este método se resolvería definitivamente la dañina quema de caña. Pero, a su vez, el esquema presenta al menos un par de puntos oscuros que merecen ser puestos en consideración. En primer lugar, el transporte de residuos desde los cañaverales a los ingenios demandaría un movimiento vehicular mayor que el actual durante la zafra. Ello redundaría en un caos vehicular en las principales rutas, por donde los camiones transitan para evitar los caminos alternativos, que siempre se encuentran en pésimo estado. Por el mayor movimiento de automotores pesados también se produciría una mayor contaminación con partículas de polvo -principal causa de polución ambiental en Tucumán- debido justamente al mal estado de la red vial en la provincia. También los azucareros deberán definir qué grado de seguridad habría en sus inversiones, ante un Gobierno nacional que actúa espasmódicamente, ya que un mal día del presidente Néstor Kirchner podría hacer caer todo el proyecto en marcha (preguntar al respecto a los exportadores de carne).
Más allá de lo que se decida hacer, los planes energéticos demandarán una combinación de esfuerzos y de estrategias de los sectores productivos y de los gobiernos (nacional y de la Provincia). Se sabe que en todos los países donde hubo desarrollo energético a partir de la caña de azúcar, el Estado cumplió un rol preponderante y definitorio en el diseño y en el sostenimiento de los programas.

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