Sánchez, amigo y consejero de los más chicos, es un ejemplo de lucha

Sánchez, amigo y consejero de los más chicos, es un ejemplo de lucha

 LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI
01 Agosto 2018

Minutos antes de disfrutar de un momento de felicidad, al enterarse por Mariano Carabajal que él para el hincha de Atlético es el “Oso Copero”, Alejandro Sánchez trabaja con Andrés Jemio en uno de los costados adyacentes a la cancha central del complejo de Ojo de Agua. No estaba haciendo fútbol el arquero, estaba realizando ejercicios específicos de reacción; de ir al piso, arrastrarse por el césped como si sus costillas fueran patines, de un palo imaginario a otro, y de volver sobre sus pies a posición vertical para evitar que le anoten en alguno de los ángulos que él y su entrenador habían tomado como punto de referencia por encima de sus brazos y hombros.

Así se pasó la mañana Sánchez, yendo del suelo al aire, y del aire al suelo. Y así como la mañana se fue, su día pudo haber concluido después del pitazo final de Ricardo Zielinski. Pudo haberse ido directamente a las duchas, pero como quien cree que la diferencia entre un utilero y un futbolista es apenas quien lleva los botines puestos el fin de semana, el arquero colaboró en el traslado de los elementos y pelotas que él había usado. “Yo soy así, me gusta ayudar a todo el mundo. A uno le enseñan valores desde chico y darle una mano a los utileros es para mí parte de la rutina. No me cambia en nada”, le comenta a LG Deportiva el arquero que vive bajo la sombra del ídolo Cristian Lucchetti, pero que también tuvo su momento cuando “Laucha” fue baja por lesión, en 2017.

Sánchez es para con los juveniles que habitan el plantel superior una voz de consulta. “Cuando necesitan un consejo, se los doy. Les hablo mucho y soy sincero. Cuando hablamos de la actualidad de Atlético les digo que hoy somos pocos y que si no juegan este año después va a ser muy difícil. Los dirigentes le están dando la oportunidad (al no traer tantos refuerzos) y ellos tienen que saber aprovecharla. El otro día, Jonás (Romero) y Tomás (Cuello) entraron muy bien contra San Martín. Y Tomás también lo hizo de gran manera en la Copa Argentina, con la jugada previa al gol. Están laburando bien los chicos, pero igual yo los tengo cortitos, porque es normal que los pibes se pierdan. No tienen que ir más allá”. A lo que el “Oso” se refiere es a las tentaciones externas que pueden nublar la cabeza de una promesa. Confundirla. “Soy un compañero, un amigo en el cual pueden contar para ir a tomar unos mates a casa, para disfrutar el día a día. No me califico como un grande, pero cuando hay que poner la cara, sí, la pongo. Y si hay que ir a pelear, se peleará. Soy uno más”, afirma quien no se vino abajo en su momento porque como “hombre de ascenso” su lucha es contínua.

El primer semestre del año sufrió un golpazo. La directiva optó por sumar a Augusto Batalla y no darle la confianza a él en el arco, habiendo sido clave tras la lesión de Lucchetti en la semifinal de la Copa Argentina, en Formosa. “No creo que no hayan confiado en mí, porque sigo estando acá. Pero no voy a ocultar que me sentí dolido. Me imaginaba arrancar 2018 cumpliendo el sueño de jugar una Libertadores. Y bueno, trajeron un arquero, le dieron toda la confianza para que él arranque. Yo apoyé desde mi lugar, pero sí, me dolió”, confiesa.

“Voy a seguir estando. Cuando me toque, voy a tratar de aprovecharlo, después dependerá del técnico quién juega o no. Y de los dirigentes también”, le dice Sánchez a LG Deportiva sabiendo que la lucha por el arco de Atlético hoy es, par él, una cruzada como la del “Quijote de la Mancha”. El sería el Quijote y Lucchetti los molinos de viento. Pero Sánchez no se desespera. Sánchez espera.

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