Un fin de semana redondo para San Martín

Con la tranquilidad de haber mantenido la categoría, el "Santo" venció a Gimnasia

JUSTEZA Y PRECISIÓN.  A pesar de haber adivinado la dirección del remate de Matías García, el golero Maximiliano Cavalotti no pudo impedir que el “Santo” abriera el marcador en el estadio “23 de Agosto”. Club Atlético San Martín de Tucumán JUSTEZA Y PRECISIÓN. A pesar de haber adivinado la dirección del remate de Matías García, el golero Maximiliano Cavalotti no pudo impedir que el “Santo” abriera el marcador en el estadio “23 de Agosto”. Club Atlético San Martín de Tucumán

Redondito. Así fue el fin de semana que tuvo San Martín, y la contundente victoria en la “Tacita de Plata”, la frutilla del postre para dos jornadas donde el equipo se sacó un peso de encima al asegurar su permanencia en la categoría.

Las buenas noticias habían comenzado en la siesta del sábado. Arriba del micro, en pleno viaje hacia Perico, la delegación se enteró de la victoria de Los Andes sobre Crucero que tiró por la borda los rumores de un hipotético descenso. Y ese parece haber sido el mejor suplemento en la dieta de optimismo. Porque ayer San Martín saltó al campo del estadio “23 de agosto” con un aplomo digno de un equipo que pelea por objetivos importantes.

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Se plantó en la casa del “Lobo” y no esperó a ver si el “Lobo” estaba. Lo cacheteó primero, se defendió bien cuando este intentó despertar y lo ajustició sin clemencias para llevarse una victoria enorme que suma mucho más de cara a la próxima temporada que a esta que está a punto de extinguirse.

Apoyado en Agustín Briones, que volvió a ser importante en el medio, el “Santo” sacó pecho ante un rival que venía de complicar a Chacarita en su cancha.

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Briones fue amo y señor del medio, y liberó a Matías García y Juan Galeano, quienes se encargaron de que el equipo tenga juego y peso de tres cuartos de cancha en adelante.

Eso sí, hasta el penal de Cristian Díaz los dos equipos casi no habían llegado con mucho peligro. Pero a García poco le importó. Definió con clase estableció la ventaja para los tucumanos.

Y si los dirigidos por Diego Cagna estaban cómodos hasta ese momento, a partir de ahí todo se simplificó. El “Santo” blindó el arcó del muy seguro César Taborda; achicó los espacios del medio hacia atrás; se convirtió en un equipo corto y no cometió errores, por sobre todas las cosas.

Y además, en el complemento se mostró lúcido para no dejarse avasallar por un rival que intentó llevárselo puesto. Puso la pelota en el freezer y de a poco comenzó a llevar el juego a lo que más le convenía. Así forjó dos pelotas paradas para que Rodrigo Moreira (tras gran jugada de laboratorio) y Mauro Quiroga estirarán una ventaja que se quedó corta por las innumerables chances que despilfarró luego del 3-0, cuando hizo lo que quiso con un “Lobo” que a esa altura parecía un animal inofensivo.

De esa manera, San Martín le puso el broche de oro a un fin de semana que perfecta. Demostró que puede alcanzar el nivel necesario para pelear cosas importantes en la próxima temporada, pero que también para ganarle a Nueva Chicago el viernes y superar la barrera de los 60 puntos, algo que muchos habían puesto en duda sin contar con que el equipo aparecería en el momento justo.

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