Un rock libre con el que se evitó la cofradía

“El rock argentino se creó con una diversidad muy grande de elementos porque, como era nuevo, todos ponían sus cosas. Para mí, es genial porque no siento que tenga que responder a una cofradía”, afirma Emilio del Guercio, uno de los fundadores del llamado movimiento progresivo en el país, que está cumpliendo medio siglo de existencia.

El ex integrante de Almendra y de Aquelarre y compañero de escenario de Luis Alberto Spinetta, Edelmiro Molinari y Rodolfo García, entre muchísimos otros en los años iniciáticos, sigue en plena actividad. Este viernes se presentará en Buenos Aires, con un recorrido por viejos temas (como “Que el viento borró tus manos”) y otros inéditos que están siendo parte de su próximo disco como solista. En una entrevista con la agencia Télam, el músico defendió la libertad estilística con la que se mueve dentro de su repertorio: “así como de chico caminé libremente por todos lados, ahora hago lo mismo”.

Pese al tiempo transcurrido de sus primeras composiciones, Del Guercio sigue reconociéndose en ellas, según confiesa. “Yo estoy dentro de ellos. Puedo decir que un tema es más naif comparado con otro, pero me siento muy cómodo haciéndolos. A mí no me pasa eso de renegar de los temas del pasado. Por supuesto que me gusta tocar temas nuevos, pero no siento esa aversión que sienten algunos artistas con los temas viejos. Los tengo integrados como si fueran parte de mi emocionalidad, que obviamente es diferente a la que tenía a los 19 años, los veo con cierta ternura”, señala.

Y en esa identidad común es que conviven las creaciones de los 60 y 70 con las nuevas. “Se acercan solas desde lo sonoro porque están cocinadas en la misma olla. En los comienzos, estábamos influenciados por el folclore y el tango pero hacíamos un esfuerzo para tomar distancia porque buscábamos nuestra identificación; estábamos creando un nuevo lenguaje y necesitábamos vestirlo con signos muy claros. Ahora, que ya hemos transitado 50 años, personalmente no sé si hago rock, pero no me preocupa. Lo que quiero es que las canciones que hago tengan un alcance más allá de lo que el mercado circunscribe al rock”, puntualiza.

Uno de los cambios más sensibles que registra el artista es el impacto de las nuevas tecnologías: “antes sabías qué destino iba a tener un disco pero ahora, que mucho pasa por lo virtual, no sé qué destino tiene esa música o cómo se conecta la gente con ella; para mí, el disco es una obra aunque ahora se escuchan temas desvinculados de esa estructura”.

El cumpleaños del rock argentino, definido por la fecha en que Tanguito y Litto Nebbia compusieron “La balsa”, conduce a la revalorización de los fundadores, lo que Del Guercio considera muy halagador. “No tanto por la obra en sí, sino por el gesto que quisimos marcar a partir de la obra -apunta-. Creo que eso es lo que valora ahora la gente, más allá de que algunas canciones te puedan gustar más que otras”.