Cartas de lectores
21 Abril 2017

La cumparsita

¡Qué lío con La cumparsita! Es lo que me surgió luego de leer y releer la nota sobre los 100 años de la creación de la pieza en Tucumanos (18/4). Porque al parecer habría dos “cumparsitas”. Así pues, me pregunté: ¿a cuál se referirá Matos Rodríguez cuando dice “creo que nunca pude hacer otro tango igual”? En mi opinión, a la que llamaré “la primera”, a la melodía que le surgió como marcha estudiantil. Al respecto, transcribo: “Roberto Firpo debutó en 1916 en el café ‘La giralda’ (de Montevideo, Uruguay). Una noche le acercaron una partitura musical denominada ‘La cumparsita’ para ver qué se podía hacer con ella; el maestro corrigió la obra con partes de su tango ‘La gaucha Manuela’ y luego lo estrenó como tango, ya que era una marcha estudiantil” (Del libro de Raúl Outeda “La historia de 500 tangos”, ediciones Corregidor, 2001). “La cumparsita” que grabó dos veces Gardel parece que se llamaba “Si supieras”. En una colección que tengo, en la primera de esas dos grabaciones figura así: La cumparsita (Si supieras). Ahora bien. En 1925 Matos Rodríguez le pone la letra a “la primera”. (Dato que figura en el libro editado por José Gobello “Letras de Tangos”, selección 1897-1981).Tiene cinco estrofas y comienza así: “La cumparsa de miseria sin fin desfila en torno de aquel ser enfermo que pronto ha de morir de pena...”. Gardel no canta esa letra ni “la primera”. Pero cosa curiosa, sus tres guitarristas la graban en 1928, cuando él grabó “Si supieras” en 1925 y 1927. O sea, con posterioridad. ¿Qué habrá pasado para que ello ocurra? ¿Por qué a “Si supieras” se la presenta como “La cumparsita”? Alfredo de Angelis grabó “la primera”, de manera sofisticada, con variaciones, mientras la introduce el recitado de Rodi, quien omite una de las estrofas de los versos escritos por Matos Rodríguez. Tengo también la grabación de “la primera” realizada con toda su originalidad por Astor Piazzolla en 1967. Y en un CD titulado “Selección de intérpretes de la guardia vieja” figura “la primera grabación de La cumparsita” interpretada por el cuarteto Alonso-Minotto. No sé si será realmente la primera grabación, pero suena bien a guardia vieja. Una joyita. Lamentablemente no figura el año de la grabación. En fin, no es mi intención desatar una polémica. Simplemente me atengo a los libros mencionados y las grabaciones de “la primera” que poseo.

José E. Santillán
Lizondo Borda 1.137
San Miguel de Tucumán


La factura de EDET

La factura de EDET S.A. recibida en febrero de 2017 registró 300 Kw/h más de lo que señaló el medidor el día de la lectura, por lo que efectué reclamo 894153. Posteriormente el 8/03 denuncié ante Ersept (1098/390) en razón de que no se me informaba del estado del trámite. Hablé a la empresa y se me dijo que debía concurrir a sus oficinas a retirar la factura que enmendaba el error y que la misma debía ser luego pagada también en sus oficinas a pesar de ser yo el damnificado por negligencia de EDET. Como consideraba un castigo el ir a la empresa, pedir nueva factura y luego pagarla, o en su defecto volver a mis actividades para luego de nuevo ir allí a abonarla, para que ellos se ahorren el costo de envío y la comisión por cobro en bocas externas (a pesar de los multimillonarios aumentos que han tenido las tarifas que los benefician) para ganar más ellos, efectué nuevos reclamos (Nº. 896490 y 896480 el último está grabado por mí y avisé a la operadora que lo haría) pidiendo se me envíe la factura y se me permita pagar en cualquier boca. Se me dijo que “son normativas de la empresa a las que debo adecuarme” (grabado) por lo que deduzco que este beneficio le fue dado por los firmantes de la concesión. El 21/3 presenté otra nota al Ersept (1350/390) pidiendo que me informe si esto es así y en qué artículo, inciso, etcétera, figuran estos derechos para EDET y en contra de los usuarios. Como aún no recibí respuesta y me parecen injustas las normativas de la empresa, acudo al Defensor del Pueblo y/o a quien corresponda para que verifique si no se está cometiendo un abuso por parte de la misma y si así fuera, que se accione para que el mismo cese en forma inmediata.

Carlos A. Brepe
[email protected]

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Las salidas transitorias

Me dirijo a los señores jueces y fiscales que tienen que lidiar con esos enfermos irrecuperables que tanto dolor les causan a las víctimas y a sus familias; y que ponen en vilo a la sociedad, dejándonos marcados por el horror. Ustedes, que conocen las leyes, y que a veces son tan elásticos en función de sus criterios o complejas razones, para condenar o para evaluar con sabia cautela las “salidas transitorias” de los que cumplen condenas por abusos o violaciones, a veces asesinando a sus víctimas, ¿cómo actuarían si, a la hora de conceder estas excepciones la víctima hubiera sido su hija? Cuando alguien viola a una niña, también están violando a las hijas de cada familia. Sabemos que no todos son incapaces o inaccesibles, o soberbios. ¿ Y los que lo son? Después de haber incurrido en injusticias manifiestas, pueden declararse deprimidos o con cansancio psicofísico? ¡No, señores! Si tuvieron valor para decidir e hicieron oídos sordos a distintos consejos, sigan en su lugar, asuman sus responsabilidades, para eso son hombres de la Ley. Y si soslayan que los términos de las leyes no se ajustan entre el daño que causaron los victimarios con las condenas que reciben, canalicen sus observaciones por las vías que correspondan, a efectos de corregir lo que no es correcto. Y si en algún momento dudan, investiguen, consulten, no se sientan obligados a decidir, ni se crean dioses. Urge cambiar los años de condena para los violadores y asesinos. Como creo que cada juez que autoriza y permite salidas transitorias de condenados debe ser responsable civil y penalmente por lo que decide. Mientras nuestras vidas transcurran, nada estará dicho; y que las experiencias no se descarten ni se cajoneen, para ser analizadas exhaustivamente, a fines de efectuar modificaciones, para que podamos vivir con la certeza de que las leyes y la Justicia nos protegen, para vivir en un marco de normalidad, tranquilidad y respeto. Sólo así “será justicia”.

Héctor Bravo
Marcos Paz 340
San Miguel de Tucumán

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Robo de celulares

La telefonía celular llegó a la Argentina hace más de dos décadas y desde entonces existen los medios tecnológicos para inhibir de manera remota el funcionamiento de los aparatos robados y así aniquilar su valor de reventa. De haberse aplicado este mecanismo desde entonces se habrían evitado los más de un millón y medio de robos por año (LA GACETA 19/4), muchos de ellos violentos, que derivaron en lesiones o muerte de las víctimas. Proyectemos estas cifras a 20 años y se tendrá un escenario horroroso que pudo perfectamente evitarse, de manera simple, como ahora, y sin embargo no se hizo. ¿Por qué? Veamos (o especulemos…): cada vez que se roba un aparato en Argentina la víctima debe comprarse otro y el ladrón le vende el robado a alguien más, que lo habilita colocándole un chip nuevo que compra en cualquier parte sin ningún control y de esa manera la compañía prestadora pasa a tener un usuario más que consume su servicio. Siendo que por cada robo las compañías tienen otro usuario y teniendo en cuenta los varios millones que se han venido robando en todos estos años, no resulta difícil entender por qué en nuestro país hay más celulares que habitantes. Si pueden o no obtenerse pruebas de esto para hacer una denuncia penal que de alguna manera alivie la impotencia que seguramente atormentó en todos estos largos años a tantas víctimas de arrebatos, no es el propósito de esta nota. Sólo puedo afirmar que siento que me asiste el derecho a sospechar que un enorme e inmundo negociado puede estar llegando a su fin… claro, siempre suponiendo que las cosas se hagan bien, de manera simple, rápida, eficaz y que ni la burocracia, artificios, chicanas y corrupción terminen esterilizando lo que es una buena medida en orden al bien común, más allá que “inexplicablemente” se demoró 20 años y se llevó consigo un montón de daños y de vidas inocentes. Ojalá…

Francisco Alberto Méndez

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Violencia en el fútbol (I)

El hecho de que sea más importante para la AFA que Lionel Messi pise suelo suizo a que asesinen a una persona en una tribuna durante un partido de fútbol me supera, y por eso escribo estas líneas. Como dicen, no se puede estar bien con Dios y con el diablo, tampoco podemos pretender conformar a todos con nuestra opinión; pero yo creo que en este caso, más allá de que sea una opinión, es como deberíamos pensar todos. No podemos sostener más esto, la gente no quiere seguir llorando a sus muertos en un estadio de fútbol víctimas de violencia. Desde antes de que yo naciera existen casos de muertes en los estadios de fútbol o sus alrededores. Esto no es algo nuevo, si hasta hace muy pocos meses los partidos se jugaban sin público para evitar violencia entre barras. Lo curioso de este tipo de medidas es que sus creadores se jactan del éxito de las mismas, mientras que por atrás sigue todo igual y miran para otro lado. Si estamos todos de acuerdo en decirle basta a la violencia de género, ¿cuántas muertes hacen falta en un estadio de fútbol para que todos una vez por todas digamos basta a la violencia en el fútbol?

Jonathan Daniel Navarro
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Violencia en el fútbol (II)

Nuevamente el fútbol se tiñó de negro. Cuando leí que habían tirado a un hincha de la tribuna de Belgrano en el clásico por Talleres, tuve una sensación horrible, inexplicable. La violencia en el fútbol es algo que en Argentina parece incontrolable. Las mafias, los barrabravas, la violencia, la corrupción, todo va ligado, todo mancha al fútbol, a ese deporte tan pasional de los argentinos. Se comienza a confundir entre folclore futbolístico y violencia. En otros países, es sólo un deporte. En Argentina no, acá es una pasión, un estilo de vida. Yo soy hincha de River, y espero ansiosa todos los domingos para ver lo que me hace feliz, y si tengo suerte de ir a la cancha, está entre los mejores días de mi vida. Emanuel Balbo era un hincha de Belgrano, sin embargo, por una disputa, los mismos hinchas de Belgrano lo mataron. Nadie trató de impedir semejante barbarie, nadie discernió entre la violencia y el folclore. Ver en el video cómo corre para tratar de salvar su vida me estremece, y me pongo a reflexionar: no son pocos los hechos futbolísticos que denotan la violencia del fútbol argentino, no sólo los hinchas, los barrabravas, sino también los jugadores, los DT. Creo que no hay nadie que no recuerde un hecho violento en el fútbol argentino. Estamos todavía muy lejos de ver familias enteras en la cancha, de poder degustar ir a la cancha del rival a seguir a nuestro equipo. Estamos todavía muy lejos de volver al folclore futbolístico, de ver a jugadores de equipos rivales alabarse, abrazarse, y entender que no todo es agresión. Miro la foto de Riquelme y Aimar abrazados y sonriendo; ellos, sí... ellos entendieron todo...

Florencia Lilen Robles

[email protected]

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