Un auto que escapaba de un control mató a un motociclista

Sergio Darío Aguilar, de 36 años, estaba ansioso. Le habían ofrecido realizar un trabajo en García Fernández. Durante todo el día estuvo pensando en la obra que podría realizar. El contratista, de 36 años y padre de tres hijos, tomó su motocicleta de baja cilindrada y salió a la ruta 157. No había terminado de ingresar al camino cuando lo chocó un automóvil cuyos ocupantes escapaban de un control policial. Voló unos treinta metros y cayó pesadamente sobre el pavimento. Murió en el acto.

El trágico accidente se produjo a unos 100 metros del hotel Las Nubes. Cerca de las 17, personal de la División Delitos contra la Propiedad se encontraba realizando un control de rutina. Hasta allí se habían llegado por los robos que se habían producido en la zona.

Un automóvil VW Suran, con al menos tres ocupantes, aceleró cuando se topó con los policías. A los 200 metros chocaron de lleno contra Aguilar. Avanzaron al menos una cuadra más, se bajaron del auto, que había sufrido daños por el impacto, y huyeron por un cañaveral.

Rápida huida

“No se escuchó ninguna frenada. El auto lo alzó directamente. Cuando salimos a ver, ya estaba el hombre muerto a varios metros de donde se había producido el accidente”, dijo Pedro Martínez, un vecino. Juan Carlos García, otro testigo, agregó: “los tipos siguieron un par de metros más y se metieron en medio de los cañaverales. Allí se escondieron porque es muy difícil de encontrarlos”.

Hasta con helicóptero

En cuestión de minutos, la zona se llenó de policías. Motoristas del servicio 911, de la Dirección de Investigaciones y hasta el helicóptero de la fuerza, realizaron recorridos en la zona para tratar de dar con los ocupantes del Suran. Hasta el cierre de esta edición, no habían podido dar con ellos. En principio, el auto no tendría pedido de secuestro.

Los investigadores tendrían identificadas a las tres o cuatro personas que se movilizaban en el VW Suran, ya que venían siguiendo los movimientos que realizaba la supuesta banda dedicada a cometer robos en las viviendas de ese sector de la provincia.

Fabián Osores estaba a un costado de la ruta, abrazando a su hermana, que estaba llorando desconsoladamente porque no la dejaban acercarse a ver el cuerpo de su esposo. “Lo único que sabemos es que los que lo atropellaron, esquivaron un control antes. Es una desgracia. Tenía tres hijos y el mayor de ellos apenas tiene siete años. Tengo un gran dolor, lo sentía como mi hermano. Hacíamos todo juntos. No merecía morir así”, dijo.