08 Abril 2017
La aparición de la Lobesia botrana puso en alerta a productores, funcionarios y técnicos en cuanto a la necesidad de adoptar medidas de control, monitoreos, capacitación y concientización para evitar la llegada de la plaga a la zona vitivinícola de Tucumán.
“El objetivo es evitar que la Lobesia se instale en la zona de viñedos de Tucumán (en los Valles), y si aparece adoptar tratamientos para disminuir su impacto. Nuestra zona prácticamente es una producción orgánica, casi con un valor diferencial por ello, porque la uva de los Valles Calchaquíes es de alta calidad”, dijo el ingeniero Gustavo Páez Márquez, director de Agricultura de Tucumán.
“Como la lucha contra la Lobesia es parte de un Plan Nacional del Senasa, ellos se hacen cargo del financiamiento, de la capacitación y las campañas de comunicación en los medios de prensa”, mencionó.
“Estuvimos en Cafayate y observamos cómo manejan ellos el Plan de Contingencia, que significa intensificar los monitoreos, entre otras medidas. Por eso, tenemos que estar prevenidos y saber cómo actuaremos si es que la plaga llega a instalarse por estas tierras”, dijo Páez Márquez.
Por eso, agregó, “tenemos que trabajar para concientizar a los productores y a los vecinos en general porque, por ejemplo, muchos vecinos tienen en sus traspatios plantas de vid, por lo que las capacitaciones deben incluirnos a todos”. “Si no se hacen los controles suficientes podemos llegar a tener problemas”, advirtió.
Páez Márquez considera que actualmente es un momento oportuno para capacitar a los productores sobre esta plaga, ya que en este momento hay algunos que están terminando la vendimia y podrán avanzar en ese sentido. “Ahora hay que capacitar a todos para que tomemos conciencia de lo que significa que la ‘polilla de la vid’ se instale en los Valles y mantener la zona libre de esta plaga. Cuanto más y mejores controles realicemos en las barreras fitosanitarias sobre la uva fresca para consumo, menos posibilidad habrá para que la plaga se constituya”, señaló.
Viñateros en alerta
El vicepresidente de la Cámara de Bodegas y Viñedos de Tucumán, Roberto Carro, aclaró que “la plaga no está en Tucumán; no estamos afectados, pero no debemos confiarnos. En mi finca, por ejemplo, tenemos trampas que el Senasa controla permanentemente”.
“Creo que todos los vitivinicultores procesamos, molemos, nuestra propia uva, por lo que se reduce la posibilidad de tener esta ‘polilla’ en Tucumán. Estamos exentos de traer uva contaminada”, indicó.
Sin embargo, Carro reconoció que faltan muchos controles. “Transitando por el cerro me crucé con una camioneta que llevaba cajones de uva que llegó a la montaña por caminos adyacentes a los controlados. Y eso se peligroso”, advirtió. “Esto es preocupante, porque si esta plaga se instala en Tucumán el daño será gravísimo”, insistió.
Y en este punto, Carro reconoció que falta infraestructura de control. “Hace tiempo que venimos reclamando controles sanitarios. Faltan controles e inversión”, remarcó. El productor vitivinícola comentó que hizo vino para otros empresarios. “Manejé uva controlada antes de la cosecha para que no haya propagación de la plaga.
Además, el transporte de la uva también debe cumplir normativas, y todo esto debe ser controlado”, planteó.
“El objetivo es evitar que la Lobesia se instale en la zona de viñedos de Tucumán (en los Valles), y si aparece adoptar tratamientos para disminuir su impacto. Nuestra zona prácticamente es una producción orgánica, casi con un valor diferencial por ello, porque la uva de los Valles Calchaquíes es de alta calidad”, dijo el ingeniero Gustavo Páez Márquez, director de Agricultura de Tucumán.
“Como la lucha contra la Lobesia es parte de un Plan Nacional del Senasa, ellos se hacen cargo del financiamiento, de la capacitación y las campañas de comunicación en los medios de prensa”, mencionó.
“Estuvimos en Cafayate y observamos cómo manejan ellos el Plan de Contingencia, que significa intensificar los monitoreos, entre otras medidas. Por eso, tenemos que estar prevenidos y saber cómo actuaremos si es que la plaga llega a instalarse por estas tierras”, dijo Páez Márquez.
Por eso, agregó, “tenemos que trabajar para concientizar a los productores y a los vecinos en general porque, por ejemplo, muchos vecinos tienen en sus traspatios plantas de vid, por lo que las capacitaciones deben incluirnos a todos”. “Si no se hacen los controles suficientes podemos llegar a tener problemas”, advirtió.
Páez Márquez considera que actualmente es un momento oportuno para capacitar a los productores sobre esta plaga, ya que en este momento hay algunos que están terminando la vendimia y podrán avanzar en ese sentido. “Ahora hay que capacitar a todos para que tomemos conciencia de lo que significa que la ‘polilla de la vid’ se instale en los Valles y mantener la zona libre de esta plaga. Cuanto más y mejores controles realicemos en las barreras fitosanitarias sobre la uva fresca para consumo, menos posibilidad habrá para que la plaga se constituya”, señaló.
Viñateros en alerta
El vicepresidente de la Cámara de Bodegas y Viñedos de Tucumán, Roberto Carro, aclaró que “la plaga no está en Tucumán; no estamos afectados, pero no debemos confiarnos. En mi finca, por ejemplo, tenemos trampas que el Senasa controla permanentemente”.
“Creo que todos los vitivinicultores procesamos, molemos, nuestra propia uva, por lo que se reduce la posibilidad de tener esta ‘polilla’ en Tucumán. Estamos exentos de traer uva contaminada”, indicó.
Sin embargo, Carro reconoció que faltan muchos controles. “Transitando por el cerro me crucé con una camioneta que llevaba cajones de uva que llegó a la montaña por caminos adyacentes a los controlados. Y eso se peligroso”, advirtió. “Esto es preocupante, porque si esta plaga se instala en Tucumán el daño será gravísimo”, insistió.
Y en este punto, Carro reconoció que falta infraestructura de control. “Hace tiempo que venimos reclamando controles sanitarios. Faltan controles e inversión”, remarcó. El productor vitivinícola comentó que hizo vino para otros empresarios. “Manejé uva controlada antes de la cosecha para que no haya propagación de la plaga.
Además, el transporte de la uva también debe cumplir normativas, y todo esto debe ser controlado”, planteó.
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