Por LA GACETA
25 Marzo 2017
Las ruinas de la ciudad sagrada de Quilmes son una de las joyas provinciales. Están enclavadas en nuestros Valles Calchaquíes, a pocos kilómetros de la ruta nacional N° 40. Se trata de un importante yacimiento arqueológico precolombino y testimonio la resistencia indígena contra el invasor español, que data aproximadamente del siglo X. Durante los últimos años, el sitio fue escenario de conflictos que lo mantuvieron cerrado al público en varias oportunidades. Una buena noticia parece haber comenzado a cerrar esa etapa de discordia. El Ente de Turismo anunció que se ha iniciado ya la construcción de un centro de interpretación que permitirá acceder a información sobre la cultura, las costumbres, las creencias, el origen y el trágico destino de los quilmes.
Según explicó un funcionario del organismo provincial, el centro seguirá las más modernas tendencias adoptadas por los más avanzados museos temáticos, albergará instalaciones artísticas de vanguardia, y dispondrá de atractivos recursos tecnológicos. Habrá un espacio para destacar la importancia del río Santa María (llamado antiguamente Yocavil). Se representará la noche de los quilmes con una vía láctea, el camino de los muertos para ellos, porque consideraban que el alma se convertía en una estrella. En una de las salas, se proyectarán videos; habrá un laboratorio para los arqueólogos, con un sector para exhibiciones.
El funcionario señaló que los trabajos se encararon con el acuerdo de la comunidad de los quilmes, que se hará cargo del centro, así como lo hacen actualmente con la Ciudad Sagrada.
Los quilmes, que constituyeron una de las etnias más desarrolladas del territorio argentino, habitaron el Valle de Santa María. En tres ocasiones diferentes, los aguerridos indígenas, confederados con los restantes pobladores de los valles Calchaquíes, se rebelaron contra la servidumbre a la cual querían someterlos el conquistador español, señala Carlos Solivérez en su artículo “Los indígenas quilmes”.
Fueron protagonistas de las Guerras Calchaquíes que tuvieron lugar entre 1560 y 1563 con la participación de etnias de Jujuy y La Rioja, prosiguieron entre 1630 y 1642, 1657-1658 y 1663-1664, cuando los indígenas fueron finalmente derrotados. “Copiando la costumbre incaica, los conquistadores españoles resolvieron terminar con las rebeliones desarraigando a todos los pueblos calchaquíes de sus tierras ancestrales. Los más bravíos, los quilmes, fueron los últimos en ser reubicados por la fuerza, en 1677, sobre la costa de la provincia de Buenos Aires en la reducción franciscana de Santa Cruz de los Quilmes, lugar donde actualmente se yergue la ciudad homónima”, cuenta Solivérez en su estudio.
La erección de este centro de interpretación es sumamente positiva porque contribuirá a divulgar una parte importante de nuestra historia poco conocida y acrecentará seguramente el caudal de turistas. Este centro podría ser también un punto de partida interesante para que el Ministerio de Educación implementara en la escuela primaria y en el secundario una materia referida a Tucumán que abordara sus distintos aspectos: historia, geografía, economía, flora y fauna, cultura.
Una parte podría estar dedicada a los pueblos originarios que poblaron el territorio provincial y el noroeste. Ello sería además un incentivo para nuestros investigadores para que buceen en profundidad sobre este período precolombino. Es también altamente auspicioso que la comunidad indígena y el Gobierno provincial hayan llegado a buen puerto para trabajar conjuntamente en beneficio de todos los tucumanos.
Según explicó un funcionario del organismo provincial, el centro seguirá las más modernas tendencias adoptadas por los más avanzados museos temáticos, albergará instalaciones artísticas de vanguardia, y dispondrá de atractivos recursos tecnológicos. Habrá un espacio para destacar la importancia del río Santa María (llamado antiguamente Yocavil). Se representará la noche de los quilmes con una vía láctea, el camino de los muertos para ellos, porque consideraban que el alma se convertía en una estrella. En una de las salas, se proyectarán videos; habrá un laboratorio para los arqueólogos, con un sector para exhibiciones.
El funcionario señaló que los trabajos se encararon con el acuerdo de la comunidad de los quilmes, que se hará cargo del centro, así como lo hacen actualmente con la Ciudad Sagrada.
Los quilmes, que constituyeron una de las etnias más desarrolladas del territorio argentino, habitaron el Valle de Santa María. En tres ocasiones diferentes, los aguerridos indígenas, confederados con los restantes pobladores de los valles Calchaquíes, se rebelaron contra la servidumbre a la cual querían someterlos el conquistador español, señala Carlos Solivérez en su artículo “Los indígenas quilmes”.
Fueron protagonistas de las Guerras Calchaquíes que tuvieron lugar entre 1560 y 1563 con la participación de etnias de Jujuy y La Rioja, prosiguieron entre 1630 y 1642, 1657-1658 y 1663-1664, cuando los indígenas fueron finalmente derrotados. “Copiando la costumbre incaica, los conquistadores españoles resolvieron terminar con las rebeliones desarraigando a todos los pueblos calchaquíes de sus tierras ancestrales. Los más bravíos, los quilmes, fueron los últimos en ser reubicados por la fuerza, en 1677, sobre la costa de la provincia de Buenos Aires en la reducción franciscana de Santa Cruz de los Quilmes, lugar donde actualmente se yergue la ciudad homónima”, cuenta Solivérez en su estudio.
La erección de este centro de interpretación es sumamente positiva porque contribuirá a divulgar una parte importante de nuestra historia poco conocida y acrecentará seguramente el caudal de turistas. Este centro podría ser también un punto de partida interesante para que el Ministerio de Educación implementara en la escuela primaria y en el secundario una materia referida a Tucumán que abordara sus distintos aspectos: historia, geografía, economía, flora y fauna, cultura.
Una parte podría estar dedicada a los pueblos originarios que poblaron el territorio provincial y el noroeste. Ello sería además un incentivo para nuestros investigadores para que buceen en profundidad sobre este período precolombino. Es también altamente auspicioso que la comunidad indígena y el Gobierno provincial hayan llegado a buen puerto para trabajar conjuntamente en beneficio de todos los tucumanos.
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