24 Marzo 2017
POSIBLE SOLUCIÓN. Sandrá podría ser trasladada a un santuario, en Borneo. lanacion.com
La orangutana Sandra, que en febrero cumplió 31 años y se hizo famosa en 2014 por ser la primera “persona no humana” reconocida por la Justicia argentina, está empeorando: sufre, según informaron dos expertos, “un estado de leve depresión porque su ambiente la está dañando”. Los peritos científicos Ricardo Ferrari y Aldo Giúdice, que la evaluaron durante dos meses por orden de la Justicia, afirmaron que el recinto donde vive la orangutana, en el Ecoparque de la Ciudad, es malo para su salud, informó Télam.
Triste panorama
“Casi todas las horas diurnas Sandra está inactiva; el lugar en el que más tiempo estuvo fueron las rocas; algo raro, porque estos animales viven en los árboles”, describió Ferrari y recordó que en la naturaleza se desplazan cientos de metros diarios y pasan tiempo erguidos, y Sandra rara vez se para. Los expertos describieron también una “clausura sensorial”: se pasa la mayor parte del tiempo tapándose la cara con trapos. Giúdice recordó que los orangutanes son los homínidos no humanos más inteligentes y aseguró que para ella cubrirse es su modo de “resistencia”, para que no la vean.
La situación es grave, pero todavía hay cosas por hacer. Según los expertos, en primer lugar el recinto debe tener mayor dimensión, incluir más desafíos y ofrecer mayor capacidad de decisión. Además debe ser tridimensional para que pueda trepar. Como solución de fondo a la situación, plantearon la posibilidad de un traslado, aunque advirtieron que un análisis veterinario deberá establecer si es posible.
En ese punto los expertos disienten. “Todo parece indicar que no puede ser liberada”, aseveró Ferrari. En cambio, Giúdice considera posible llevarla a un santuario en Borneo, a cargo de Biruté Galdikas, la principal experta en comportamiento de orangutanes. Pero aquí o allá, recomendó que Sandra, que pasó sus 31 años en cautiverio, continúe en contacto con la gente. “Es cuasihumana, de orangután no tiene nada”, añadió.
Responsables de Ecoparque se comprometieron a mejorar el recinto e iniciar gestiones para un posible traslado a Borneo.
Triste panorama
“Casi todas las horas diurnas Sandra está inactiva; el lugar en el que más tiempo estuvo fueron las rocas; algo raro, porque estos animales viven en los árboles”, describió Ferrari y recordó que en la naturaleza se desplazan cientos de metros diarios y pasan tiempo erguidos, y Sandra rara vez se para. Los expertos describieron también una “clausura sensorial”: se pasa la mayor parte del tiempo tapándose la cara con trapos. Giúdice recordó que los orangutanes son los homínidos no humanos más inteligentes y aseguró que para ella cubrirse es su modo de “resistencia”, para que no la vean.
La situación es grave, pero todavía hay cosas por hacer. Según los expertos, en primer lugar el recinto debe tener mayor dimensión, incluir más desafíos y ofrecer mayor capacidad de decisión. Además debe ser tridimensional para que pueda trepar. Como solución de fondo a la situación, plantearon la posibilidad de un traslado, aunque advirtieron que un análisis veterinario deberá establecer si es posible.
En ese punto los expertos disienten. “Todo parece indicar que no puede ser liberada”, aseveró Ferrari. En cambio, Giúdice considera posible llevarla a un santuario en Borneo, a cargo de Biruté Galdikas, la principal experta en comportamiento de orangutanes. Pero aquí o allá, recomendó que Sandra, que pasó sus 31 años en cautiverio, continúe en contacto con la gente. “Es cuasihumana, de orangután no tiene nada”, añadió.
Responsables de Ecoparque se comprometieron a mejorar el recinto e iniciar gestiones para un posible traslado a Borneo.
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