¿Y si Cano no es candidato?

¿Y si Cano no es candidato?

¿Y si Cano no es candidato?
Hay una idea que comenzó a ganar consistencia en las previsiones electorales de Cambiemos: que José Cano, líder de ese espacio en Tucumán, no sea candidato a diputado este año. A decir verdad, sólo un pedido puntual desde la Quinta de Olivos hará que el titular del Plan Belgrano encabece la nómina del macrismo en esta provincia.

Varias son las razones por las que en las últimas horas se ha puesto en duda la presencia del radical en las boletas; entre ellas, la difícil misión de representar a la gestión macrista en época de inflación, mayor desempleo y economía en crisis. Pero la excusa formal guarda relación con los rivales que podría enfrentar. En el espacio opositor han tomado nota de que difícilmente sea José Alperovich el postulante del oficialismo tucumano, y que los nombres que se barajan tienen muy poco rodaje. En ese escenario, Cano no parece tener demasiadas intenciones de exponerse en una elección nacional de mitad de mandato, porque su objetivo real está puesto de aquí a dos años. Y así se lo ha hecho saber a varios interlocutores con los que analizó alternativas en estos días.

La misión del macrismo local es mantener los dos escaños que obtuvo en 2013, aunque uno haya perdido en el camino a manos de Federico Masso (Libres del Sur). Esas dos bancas además tienen una particularidad: es probable que ninguno de los que fueron electos hace cuatro años termine ocupándolas, porque Cano liberó la suya para Masso en 2016 y en las próximas horas Juan Casañas debería seguir el mismo camino, al asumir como responsable del programa Cambio Rural en la Nación (lo reemplazaría Sandra Manzone). Aquí, además, vale detenerse para analizar el rol de las postulaciones testimoniales y de las listas sábana, porque se dará el caso de que los cuatro diputados elegidos por los tucumanos en aquella elección finalice en otro cargo: la radical Silvia Elías de Pérez y los peronistas Juan Manzur y Osvaldo Jaldo habían declinado ese lugar sin siquiera sentarse alguna vez. Lo de las testimoniales es uno de los asuntos a reformar que quedaron truncos dentro del paquete de reforma electoral que volteó el kirchnerismo el año pasado.

De vuelta al dilema de Cambiemos, el mayor temor radica en que Cano sufra una derrota a manos de ignotos peronistas. A dos años de la que sea quizá su última chance de disputar con posibilidades concretas la Gobernación, en el canismo no están dispuestos a correr ese riesgo. Por eso el líder del Plan Belgrano dedicó la última semana a sondear eventuales postulantes, entre radicales y aliados, y a instalar en la alianza opositora la necesidad de que cada sector se involucre. Ahora, si Cano no llegara a ser candidato, por decantación aparecería el nombre de Elías de Pérez. Y aquí las versiones ya son contradictorias. En el entorno del funcionario aseguran que él no le propuso a la senadora encabezar la lista, en ese café -tenso- que mantuvieron el lunes pasado. En cambio, cerca de la legisladora nacional afirman que sí hubo un pedido y que ella lo rechazó de mal modo, aduciendo que no pensaba trabajar para otros. Pasado ese tramo, los relatos vuelven a unirse: la ira de Elías de Pérez es para los peronistas que desembarcaron en el macrismo: Domingo Amaya y Germán Alfaro, que gozan de los mimos de la Rosada gracias al sudor de otros. La relación de la radical con el actual secretario de Vivienda de la Nación parece no tener vuelta atrás, a pesar de un “tanteo” que -dicen- hubo desde el entorno del ex intendente para avanzar en un trabajo político conjunto y a espaldas de Cano. Desde luego, el amayismo niega tal convite y refresca aquella denuncia penal que la senadora le hizo por el uso del Plan Más Cerca en la Capital.

Eventualmente sin Cano y sin Elías de Pérez, Cambiemos enfrentaría el desafío de polarizar una elección con la Casa de Gobierno sin aparato en buena parte del interior tucumano y con una mayor dependencia en la capital hacia el intendente Alfaro, cuya cotización en ese caso podría subir algunos escalones. Aquí vale un paréntesis: el jefe municipal y el radical desayunaron a solas hace exactamente una semana, y hablaron, entre otras cosas, del lugar de Beatriz Ávila de Alfaro en la lista y de los armados de grupos de trabajo (salud, obras públicas y justicia, por ejemplo) hacia 2019.

De nuevo en los comicios que se avecinan; sin Cano, además, el anhelo de Amaya de ganarle las PASO, quitarle el rol de conductor de la oposición e invertir los lugares en una eventual fórmula gubernamental en 2019 perdería sentido. ¿Tendría Amaya en esa situación el mismo entusiasmo por ser postulante a diputado? Por lo pronto, en Cambiemos ya se lanzó un casting de candidatos, a sabiendas de que Cano tiene más intenciones de permanecer cerca del círculo rojo de poder macrista.

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