Por Carlos Páez de la Torre H
07 Diciembre 2016
TOMÁS GODOY CRUZ. El Congreso empezó a tratar sus denuncias sobre el diputado electo José Moldes.
La sesión del Congreso del 7 de diciembre de 1816, se inició con la lectura de documentación del Provisor de Buenos Aires sobre su asiento en el coro del templo. Luego, se trató la acusación que hizo Tomás Godoy Cruz, el 29 de octubre último, contra el diputado por Salta -electo pero no incorporado- coronel José Moldes, y una nota de este último tachando de calumniosa la acusación.
Se resolvió que el Congreso no podía ocuparse del asunto, “sin grave perjuicio de la causa pública”, por lo que fue nombrada una comisión, que formarían Esteban Agustín Gascón y Teodoro Sánchez de Bustamante. Pero ambos solicitaron que se los excusase, “por motivos que cada uno hizo presente” y que el Congreso juzgó legítimos. Se designó entonces a Tomás de Anchorena y Pedro Ignacio de Castro Barros.
Se declaró luego, dice la crónica de “El Redactor”, que esa comisión debía “organizar la causa y sus incidencias, seguirla hasta ponerla en estado de sentencia y prestar dictamen”. Ante ella correspondía plantear todas las recusaciones, si es que las hubiera, y el Congreso debía conocer sobre ellas. Este cuerpo resolvería, asimismo, “las apelaciones de los autos interlocutorios que infieran gravamen irreparable”.
Posteriormente, el diputado Mariano Boedo (Salta) inquirió si la comisión se constituía “solamente para calificar si el delito de que se acusaba al diputado Moldes era bastante para impedir su incorporación al Congreso, o también para aplicarle pena”. Planteó igualmente, para el primer caso, si “la causa había de ser sumaria u ordinaria y de lato conocimiento”. El Congreso acordó que procediera “conforme a Derecho”.
Se resolvió que el Congreso no podía ocuparse del asunto, “sin grave perjuicio de la causa pública”, por lo que fue nombrada una comisión, que formarían Esteban Agustín Gascón y Teodoro Sánchez de Bustamante. Pero ambos solicitaron que se los excusase, “por motivos que cada uno hizo presente” y que el Congreso juzgó legítimos. Se designó entonces a Tomás de Anchorena y Pedro Ignacio de Castro Barros.
Se declaró luego, dice la crónica de “El Redactor”, que esa comisión debía “organizar la causa y sus incidencias, seguirla hasta ponerla en estado de sentencia y prestar dictamen”. Ante ella correspondía plantear todas las recusaciones, si es que las hubiera, y el Congreso debía conocer sobre ellas. Este cuerpo resolvería, asimismo, “las apelaciones de los autos interlocutorios que infieran gravamen irreparable”.
Posteriormente, el diputado Mariano Boedo (Salta) inquirió si la comisión se constituía “solamente para calificar si el delito de que se acusaba al diputado Moldes era bastante para impedir su incorporación al Congreso, o también para aplicarle pena”. Planteó igualmente, para el primer caso, si “la causa había de ser sumaria u ordinaria y de lato conocimiento”. El Congreso acordó que procediera “conforme a Derecho”.
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