“La clave está en la flexibilidad cambiaria”, afirmó Bergara

“La clave está en la flexibilidad cambiaria”, afirmó Bergara

El presidente del Banco Central de Uruguay aseguró que los países emergentes deben ser prudentes a la hora de devaluar sus monedas.

17 Noviembre 2016
Las economías emergentes, sin incidencia en las variables globales, pero que deben estar insertas en el mundo, necesitan tomar nota de lo que sucede con el dólar. A partir de la crisis financiera global de 2008, la divisa norteamericana ingresó en un sube y baja, que planteó desafíos a los países para mantener estables sus monedas y sus variables internas.

A partir del triunfo de Donald Trump, en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, la volatilidad del dólar recrudeció. Ante este escenario, según propuso el presidente del Banco Central de Uruguay, Mario Bergara, quien disertó en la 51° reunión del Asociación Argentina de Economía Política (AAEP), los países de América Latina, deben estar atentos al dólar y tomar con prudencia las turbulencias cambiarias, para no afectar sus propias economías, hasta que Trump defina la política monetaria y las tasas de interés.

Luego del triunfo electoral del candidato republicano, algunos países latinoamericanos devaluaron sus monedas. El peso mexicano retrocedió el 12% en relación al dólar, en Brasil, el real se encareció 8%; Chile y Colombia, la devaluaron el 3%; mientras que en la Argentina y en Uruguay, el retroceso de las monedas locales fue del 1,6% y del 1%, respectivamente.

Bergara explicó que, desde la crisis financiera global de 2008, el dólar se desplomó en las economías grandes. “Como contracara, estos países llevaron las tasas de interés a cero y desplegaron políticas monetarias ultraexpansivas. Todo esto llevó a que en el mundo circulen cuatro veces más dólares que hace 10 años. Muchos de ellos se direccionaron hacia los emergentes”, recalcó. Esta expansión del dólar hacia las economías pequeñas se produjo, según Bergara, porque en los países grandes había tasas de interés cero. “Esta sobreabundancia debilitó al dólar y apreció las monedas emergentes”, subrayó.

Ahora, el desafío de las economías pequeñas es acompañar el movimiento del dólar, sin perder de vista sus variables internas. “La victoria electoral de Trump abrió una ventana de volatilidad. Los agentes económicos se inclinan por las monedas fuertes. Por lo tanto, los emergentes deben ser prudentes a la hora de pensar en devaluar. Hay que acompañar esta ola hasta que termine”, observó. “La clave está en la flexibilidad cambiaria. En un mundo donde el dólar sube y baja, y con la capacidad limitadas de las economías pequeñas, no es óptimo fijar el tipo de cambio, una de las variables relevantes para cualquier economía”, concluyó Bergara.

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