Cartas de lectores
28 Octubre 2016

Los nuevos billetes

A la luz de los acontecimientos que suceden en el país con el tema de la cacería furtiva o deportiva, lo cual no justifico por parecerme actos de crueldad para los animales, quiero hacer público mi desacuerdo con el presidente del Banco Central de la República Argentina, de emitir billetes con figuras de animales, y de cambiar toda nuestra moneda actual en curso legal, haciendo desaparecer a todos nuestros grandes próceres que son, fueron y serán parte de nuestra historia y de nuestra identidad. El hecho de que él quiera un modelo de federalismo como sostuvo en su presentación del 26/10 del billete de $ 200, con la imagen de la ballena franca austral, en la ciudad de Puerto Madryn (Chubut), no le da derecho a imponer y decir que está naciendo una Argentina nueva. ¿Qué quiere decir con eso? ¿Que el padre de Sudamérica como el general José Francisco de San Martín, o el creador de nuestra enseña nacional, general Manuel Belgrano, van a desaparecer de nuestra moneda que estuvo siempre, por unos ejemplares autóctonos de cada región de la República Argentina? Si este funcionario sostiene eso, estamos muy mal como país, de olvidar a nuestros ilustres patriotas que dieron su vida para que tengamos una nación libre y soberana, para llevar a cabo la independencia de nuestra tierra lo que costó sangre, y sobre todo un esfuerzo único de mucha gente que dejó su familia para ir al frente en las continuas batallas logrando el ansiado objetivo de ser libres. No merecen ser olvidados, o calumniados de alguna manera por esta nueva modalidad que se quiere imponer. Creo que Argentina se está olvidando de su historia y estamos perdiendo todo nuestro patriotismo, nuestro sentir, nuestra identidad frente al mundo. Hay mucha gente que no sabe qué se conmemora en cada feriado, y eso es preocupante para nuestra juventud y para todas las generaciones futuras. A mi parecer estos animales representan algo lindo de nuestro suelo, pero jamás reemplazará a nuestros compatriotas que dieron su vida por la patria.

Fernando Esteban Saade

Las Heras 319

San Miguel de Tucumán


Paro bancario (I)

Otra vez una huelga salvaje de la Bancaria que caerá como azote sobre los pobres e indefensos jubilados y todos aquellos que, de una u otra manera, necesitan de un banco para su trabajo. Quisiera que los de la Bancaria acaben ya con esto de las huelgas; demuestren capacidad negociadora; no opten por la huelga ante el primer no que reciban. La lucha tiene que ser de días, meses, o años si es posible, pero no con paros agresivos que no llevan a nada. Y miren cómo será de salvaje este tipo de medidas que eligen justamente un día viernes, en pleno pago a jubilados, como si los otros días de la semana no existieran o el banco sólo se dedicara al pago de jubilaciones. ¿Por qué hacen paro siempre pegadito a un fin de semana o a un fin de semana a largo? ¿Por qué no, otro día de la semana? A buen entendedor, pocas palabras. Sería oportuno que el Ejecutivo Nacional negocie en el Congreso los límites al derecho de huelga; de lo contrario pronto tendremos a muchos de estos personajes de bancos internacionales despidiéndose en Ezeiza, de regreso a sus países y a los bancos nacionales levantando bandera blanca de rendición, diciendo hasta aquí llegamos... y que el último apague la luz. Para pensarlo ¿no?

Luis Daniel Guchea

Publicidad

[email protected]


Hagamos patria

El jueves 6/10, a las 9.30, un grupo de aproximadamente 50 personas, la mayoría con alguna discapacidad, tenía la entrada vedada por dos policías, pues el personal del banco de Maipú segunda cuadra estaba cumpliendo una medida de fuerza. Me generó una sensación de ira e impotencia. Miré a los policías y atiné a decirles: quiera Dios perdonar al gremialista Bourlé y a todos los lobos con piel de oveja que lo apoyan en manada. Desde mis 17 años, cuando comencé a trabajar en comercios, sentí aversión por estos personajes que se denominan sindicalistas, defensores de los desprotegidos. Todo el poema dura hasta que le encuentran la vuelta, y de la bicicleta pasaron al auto de alta gama. Dicen proteger a los trabajadores, a los más pobres, pero no les tiembla el pulso para pisotear sus derechos al negarles recibir sus haberes o gestionar soluciones a sus problemas bancarios. Nuestro amado país está quebrado; el déficit fiscal que nos legó el gobierno de la abogada exitosa resultó en populismo igual a pobreza extrema. Necesitamos bajar el déficit fiscal y la inflación y eso se logra ajustándose el cinturón. No más feriados largos ni huelgas “porque sí”. Les pregunto a los Bourlé, Moyanos, Barrionuevos, si ellos invertirían sus fortunas en un país con conflictos sociales. Desde mi pequeño lugar de jubilada a la que nada le sobra, les pido desde lo más profundo de mi ser a los gremialistas, empresarios, periodistas y opositores que se pongan al hombro dos años más, que ya dejen de pensar sólo en cuidar su metro cuadrado y piensen en el otro. Cambien de actitud, se los pido a los que ganan buenos sueldos y se quejan por Ganancias. Piensen una vez, pero desde sus entrañas, en aquel 32% de ciudadanos que vive al límite. Estoy orgullosa de nuestro Presidente y de su gabinete. Confío en ellos, porque es la primera vez que piensan en los pobres y buscan la forma de salir de este flagelo de la pobreza. No les hagamos lo mismo que a otros a estas honestas personas como lo fueron Frondizi, Yrigoyen, Illia y Alfonsín. Debemos dejar de ser mediocres; aprendamos a buscar la excelencia en todos los actos de nuestras vidas. Nuestro gobierno nacional está formado por emprendedores; dejemos que trabajen tranquilos. Más empresas trabajando y mayor cantidad de ciudadanos cultos, le hará bien a nuestro país. Y para mi amada provincia quisiera una María Eugenia Vidal. Nos hace falta un “mani pulite” en todos los poderes. Algún día sabremos sobre los fondos sociales de la Legislatura o de los dineros que se incautan por allanamiento en nuestra provincia. ¿A dónde van a parar? Por si no lo saben, les recuerdo que todo el dinero obtenido con mañas, llegado el momento, les servirá como ventosa al muerto.

Ana M. R. Pérez

Publicidad

Don Bosco 3.371

San Miguel de Tucumán


Arquidiócesis

Coincido plenamente con el lector Javier José Terán en lo concerniente al Arzobispado y a las acciones y actitudes de monseñor Zecca quien se mostró como un pastor muy inteligente, espiritual y realista. Aunque su andar y aspecto aparenten altivez o lejanía para algunos, frialdad o vanidad para otros, creo que es el concepto de personas que ven solo la apariencia y el exterior, y no la esencia de las personas. Saber escuchar y mirar es un don o un ejercicio cotidiano que deberíamos ejercerlo permanentemente hasta poder entrenarlo y adquirirlo. Este puede ser un buen camino para lograr algún día obrar y actuar con caridad, justicia, equilibrio en los decires y juicios cotidianos tanto para nosotros mismos como hacia los demás. Como cristiana siento que la Iglesia católica y sus representantes están luchando en pro de la unidad, solidaridad, fe, compromiso con el bien común y en contra de los males actuales que nos duelen. Valoremos al clero y sus servidores. Sería hermoso comprometernos, ayudándolos en su pastoreo y demos gracias a Dios por su mirada a través de ellos.

Ana Chazarreta

[email protected]


Reforma política

Lo que hace falta es representación genuina. Y esta debe empezar de abajo para arriba, desde lo cercano -donde los candidatos se conocen por su entera trayectoria y no porque se hayan pasado calentando mesas de café- hacia las instancias superiores y con capacidad para reelegir o sancionar desde el lugar de origen del presunto representante. Es imprescindible que el buen vecino pueda llevar adelante una carrera de servicio público a su comunidad sin que deba someterse a la obsecuente militancia que exigen todos los partidos políticos. Y es al mismo tiempo preciso que el ciudadano elegido deba ratificar su representatividad entre sus vecinos en caso de pretender postularse para un nuevo término. Sólo así puede garantizarse que el político no escape al control de los que, en su pueblo y en su provincia, le permitieron arrancar. De lo contrario, va a continuar este desfile de tinturas, pelucas y vestidos organizados por la dictadura de los asesores de imagen que hoy dirigen a estos políticos profesionales. Porque de lo que se trata es terminar con esta profesionalización de la política que hace una real casta de un conjunto de gente que se asocia y acomoda entre sí (aunque parezcan enfrentados). Esto requiere apenas de una honesta ley electoral que permita postulación ascendente, desde partidos pero también desde otras formas de organizaciones sociales, de quienes estén dispuestos a servir. Sin esa representación genuina vamos hacia la decadencia, porque los políticos profesionales de todos los colores van a coincidir en asociarse con cualquiera tanto de adentro como de afuera, con tal de sobrevivir en medio de las ruinas.

Raúl Arizmendi

[email protected]

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios