“Hacer una película te puede llevar siete años de trabajo”

“Hacer una película te puede llevar siete años de trabajo”

El director de Medios Audiovisuales, Rafael Vásquez Rivera, justificó que el Festival Tucumán Cine premie una ópera prima latinoamericana.

APUESTA ARGENTINA. “Miss” fue dirigida por Robert Bonomo y hoy se verá a las 22 en el Espacio Incaa.  APUESTA ARGENTINA. “Miss” fue dirigida por Robert Bonomo y hoy se verá a las 22 en el Espacio Incaa.
25 Octubre 2016
Se lo nota cansado, pero satisfecho cuando promedia el Festival Tucumán Cine Gerardo Vallejo, y ya se proyectaron (en primera pasada) las 11 películas en competencia. Por primera vez, los premios ($ 200.000 para el primero y $ 100.000 para el segundo) están reservados para óperas prima de directores latinoamericanos, lo cual rompe la regla que imperó durante las 10 ediciones anteriores del certamen, que estaba reservado a filmes argentinos.

“El punto de inspiración fue ‘Los dueños’, hecha en Tucumán por dos directores debutantes (Ezequiel Radusky y Agustín Toscano), de muy buena calidad y que ganó premios en Cannes en 2013. Nos dimos cuenta de que hay proyectos en los países de la región que insumen muchísimos años de producción y de trabajo, sobre todo en filmografías donde hay aún menos apoyo que en la Argentina, México o Brasil. En el resto, está dura la cosa”, resume el director de Medios Audiovisuales del Ente Cultural, Rafael Vásquez Rivera, organizador de la cita cinematográfica anual, en diálogo con LA GACETA.

- ¿Hacer todo a pulmón garantiza calidad?

- Hacer una película te puede llevar siete años. Entonces se concretan trabajos de muy buena factura, porque fueron pensadas hasta el último milímetro de su realización, porque tuvieron tiempo y dedicación. Por eso es que comienzan a ganar premios en festivales internacionales. A eso se le suma que algunas producciones están habladas en lenguas originarias de pueblos del lugar y no en español, sobre todo en América Central.

- ¿Hay una desconexión entre las industrias de la región?

- Somos mucho más parecidos que diferentes, pero tenemos un desconocimiento muy grande del cine de al lado, y con el que hablamos el mismo idioma y que tenemos los mismos problemas, como las situaciones de marginalidad en los centros urbanos. Hay estéticas que tienen que ver con una realidad fantástica cercana al género literario. No son propuestas cerradas y que no se entiendan. Es un cine para todos, no encriptado ni de culto.

- El festival permite ver filmes que nunca pasarían por las salas comerciales.

- El mayor problema que tenemos es la distribución. Llegan las películas que son distribuidas por las grandes compañías internacionales; y gran parte de las películas latinoamericanas las tienen empresas europeas. De hecho, nos costó mucho que las películas seleccionadas para el festival lleguen a Tucumán, sobre todo cuando es el interior del país y tuvimos retenciones en la Aduana. Nosotros no pagamos un monto fijo por pasada que se haga.

- ¿Cómo fue la convocatoria?

- Es la consecuencia de un proceso en el cual vamos preguntando, nos vamos informando y vamos sabiendo cuáles son las películas que están surgiendo y caminan bien los festivales. Es un circuito: algunas se inscribieron por la suya y nosotros las desconocíamos, y había otras que nos interesaba que estén y les mandamos una invitación para que se anoten. Pero todas llegaron a la preselección en las mismas condiciones.

- ¿El Mercosur falló en la integración cultural?

- Muchas de las películas que proyectamos son coproducciones entre países de la región. Tenemos una asociación que reúne a empresas filmográficas y una comisión de institutos nacionales de cine. Sí hay que abordar el tema de la distribución zonal, y crear circuitos novedosos para que lleguen a las salas.

- ¿Por qué recortar el premio a ópera prima?

- Porque tienen una gran calidad. Además, hay muy pocos festivales que premien a los debutantes. Vuelvo a ‘Los dueños’. Yo creía que iba a pasar mucho tiempo para que una película argentina gane un premio internacional, y lo hizo antes de lo pensado. Si mantenemos este criterio, alguna producción local va a ganar pronto el Gerardo Vallejo. Además, es una oportunidad del Espacio Incaa para mostrar un cine que no se ve.

- ¿Las asimetrías entre países están vinculadas con el apoyo institucional de los respectivos Estados?

- Sí. La Ley de Cine en la Argentina es bastante elogiada en toda la región por su circuito virtuoso de dineros provenientes del propio mercado audiovisual. En el resto del continente hay legislaciones distintas y diferentes. También tiene que ver con las tradiciones cinematográficas de los países. México inspiró mucho a los centroamericanos, como la Argentina lo hizo con Uruguay, Paraguay y Chile. Este es el camino que debemos ir trazando.

- ¿Se puede pensar en el cine sin pensar en el apoyo de la televisión, como Caracol en Colombia, Telefe en nuestro país o Televisa en México?

- Es imposible y un ejemplo es el cine europeo. Esa es una estrategia que debemos pensar junto a las ventanas que surgen con las nuevas tecnologías.



Filmes en competencia 
Segunda pasada de tres candidatos
En el marco de la competencia por el premio mayor del Festival Tucumán Cine Gerardo Vallejo, hoy se concretará la segunda pasada de tres películas que pugnan por los $ 200.000 reservados a la mejor ópera prima latinoamericana. Siempre en el Espacio Incaa (San Martín 251), a las 18, se proyectará la brasileña “Amores urbanos” y a las 20, la chilena “Rara”. Los dos filmes coinciden en abordar relaciones lésbicas, pero desde encuadres diferentes: mientras que la primera lo aborda desde la juventud y los conflictos de tres amigos que buscan su identidad (en el cual la sexualidad es apenas un componente), la segunda se construye a partir de una familia constituida y se basa en la historia real de la jueza Karen Atala, a quien se le retiró la custodia de sus hijas por su orientación sexual. La jornada cerrará a las 22, con la argentina “Miss”, una comedia romántica entre un descendiente de orientales que quiere batir un récord Guinness y se enamora de quien lo ayudará.



“Gilda” se proyectó por fuera
La película de Oreiro no está en el festival
El público que anoche, al cierre de esta edición, fue al cine Atlas a ver “Gilda”, la película de Natalia Oreiro sobre la vida de la cantante popular, se enteró en la sala que la proyección estaba fuera del Gerardo Vallejo y que la entrada costaba el precio habitual. El productor del filme, Benjamín Ávila, explicó que no corresponde participar de ningún festival en el país mientras esté en cartel en el circuito comercial o por ir a certámenes internacionales, ya que podría afectar su inserción en las competencias.

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