El corazón de Tevez y las manos de Sara

El corazón de Tevez y las manos de Sara

Boca eliminó a Lanús por los goles del "Apache" y las atajadas perfectas del arquero xeneize.

A COBRAR. El plantel de Boca posa con el cheque de casi $ 1 millón que cobró por pasar a los cuartos de final de la Copa. reuters A COBRAR. El plantel de Boca posa con el cheque de casi $ 1 millón que cobró por pasar a los cuartos de final de la Copa. reuters
29 Septiembre 2016
Magia en los extremos
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Boca eliminó a Lanús por los goles de Tevez y las atajadas de Sara
============09 CRED (10717696)============
reuters
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MAR DEL PLATA.- En esos dos precisos lances, ambos a la izquierda, sobre uno de los palos de los arcos del Mundialista José María Minella, Guillermo Sara construyó lo que a Boca le costó horrores y sangre durante los 90’ del partido de octavos de final de la Copa Argentina: vencer a Lanús y pasar a otra fase.
Fueron dos atajadas perfectas las del arquero “xeneize” en la tanda de penales, después del 2-2 en tiempo reglamentario. Amargó a Nicolás Pasquini y después a Diego Braghieri, y casi lo hace con Iván Marcone, cuando la cena ya estaba prácticamente servida para Boca. 
Santiago Vergini fue el héroe por cerrar el pleito con el 4-1, pero como todo defensor tiene tarea pendiente. Puede irse a diciembre, a marzo o repetir curso el equipo de Guillermo si no comienza a atar cabos. Fueron tan evidentes sus siestas en los centros que los dos festejos del “Granate” fueron calcados: tiros libres alejados con rosca; uno de la defensa duerme (en el 1-0 peinó Braghieri) y por el otro lado llega la sorpresa. Primero fue Román Martínez, después Braghieri. Antes, Carlos Tevez había vuelto a ser “Carlitos”. Apareció en los momentos indicados para marcar  (golazo en el 1-1 y buen rebotero en el 2-2) y sacó a Boca del abismo.
Este duelo no tuvo desperdicio. Hubo algo de pierna fuerte, pero no demasiada; se jugó con el corazón.
Lanús perdió porque falló donde no debía. No fueron tan evidentes sus errores como los de Boca, pero le costaron mucho. Una, porque Sara clausuró su arco ante el show de los 12 pasos y otra, porque a Boca nunca hay que darlo por vencido. En cuartos se viene Rosario Central, una final, como la de 2015.

MAR DEL PLATA.- En esos dos precisos lances, ambos a la izquierda, sobre uno de los palos de los arcos del Mundialista José María Minella, Guillermo Sara construyó lo que a Boca le costó horrores y sangre durante los 90’ del partido de octavos de final de la Copa Argentina: vencer a Lanús y pasar a otra fase.

Fueron dos atajadas perfectas las del arquero “xeneize” en la tanda de penales, después del 2-2 en tiempo reglamentario. Amargó a Nicolás Pasquini y después a Diego Braghieri, y casi lo hace con Iván Marcone, cuando la cena ya estaba prácticamente servida para Boca. 
Santiago Vergini fue el héroe por cerrar el pleito con el 4-1, pero como todo defensor tiene tarea pendiente. Puede irse a diciembre, a marzo o repetir curso el equipo de Guillermo si no comienza a atar cabos. Fueron tan evidentes sus siestas en los centros que los dos festejos del “Granate” fueron calcados: tiros libres alejados con rosca; uno de la defensa duerme (en el 1-0 peinó Braghieri) y por el otro lado llega la sorpresa. Primero fue Román Martínez, después Braghieri. Antes, Carlos Tevez había vuelto a ser “Carlitos”. Apareció en los momentos indicados para marcar  (golazo en el 1-1 y buen rebotero en el 2-2) y sacó a Boca del abismo.

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Este duelo no tuvo desperdicio. Hubo algo de pierna fuerte, pero no demasiada; se jugó con el corazón.
Lanús perdió porque falló donde no debía. No fueron tan evidentes sus errores como los de Boca, pero le costaron mucho. Una, porque Sara clausuró su arco ante el show de los 12 pasos y otra, porque a Boca nunca hay que darlo por vencido. En cuartos se viene Rosario Central, una final, como la de 2015.

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