“Los argentinos no estamos reconciliados”

“Los argentinos no estamos reconciliados”

En la homilía en honor a la Virgen de la Merced, monseñor Alfredo Zecca resaltó la necesidad de ejercitar el perdón para todos.

LA GACETA / INÉS QUINTEROS ORIO LA GACETA / INÉS QUINTEROS ORIO
25 Septiembre 2016

“Tenemos que ser capaces de perdonar, y de perdonar a todos, sin excluir a nadie del perdón”, afirmó ayer monseñor Alfredo Zecca durante la homilía de la misa en honor a la Virgen de la Merced, celebrada frente a una multitud de fieles en las puertas de la Catedral. “El perdón es, además, la condición fundamental de la reconciliación no solo en la relación de Dios con el hombre, sino también en la recíproca relación entre los hombres -agregó-. Los argentinos no estamos reconciliados y no lo estaremos nunca si no somos capaces de perdonarnos, y no nos perdonaremos si no acudimos a la fuente de la misericordia, que es el misterio pascual hecho presente en la eucaristía. Volvamos nuestro corazón a Jesús, que ofreció su vida por nosotros -remarcó Zecca- e imploremos a Nuestra Señora de la Merced, madre de misericordia, que bendiga a nuestro pueblo y nos convierta a todos en verdaderos hermanos capaces de dar y de pedir perdón y de iniciar una etapa, la del tercer centenario, superando nuestras diferencias y trabajando todos juntos por el bien de nuestra patria, que necesita especialmente en estos momentos el compromiso de todos”, resaltó.

La multitud que participó de los festejos por el 204° aniversario de la Batalla de Tucumán y del Día de la Virgen de la Merced se congregó desde la siesta en los alrededores de la plaza Manuel Belgrano. A las 17, en ese paseo público, se le rindió culto a la Virgen Generala del Ejército Argentino. En esa ceremonia protocolar, el gobernador, Juan Manzur, dejó una ofrenda floral en compañía del cardenal Luis Villalba. Luego hizo su propia ofrenda el intendente de la capital, Germán Alfaro, que estuvo acompañado por el presidente del Concejo Deliberante, Javier Aybar, y por el secretario de Gobierno municipal, Walter Berarducci.

En camioneta

Durante la ceremonia en esa plaza, el titular del Instituto Belgraniano, Luis Yanicelli, recordó la histórica veneración de Belgrano a la Virgen de la Merced, tras la Batalla de Tucumán.

Tras la bendición de los escapularios, a cargo de Villalba, comenzó la procesión que trasladó a la Virgen de la Merced desde la plaza Belgrano hasta la Catedral en la caja de una camioneta de alta gama, mientras era custodiada por oficiales del Ejército, integrantes del Instituto Belgraniano y colaboradores del Servicio Sacerdotal de Urgencias.

Una extensa columna de fieles acompañó la imagen de la Patrona y Abogada de la ciudad. “¡Ahí va la virgencita!”, gritaba un grupo de niños, mientras se escuchaba el aplauso de los devotos que celebraban el inicio de la procesión.

“¡Viva la Virgen de todos los tucumanos!” se escuchó decir por los altoparlantes, mientras el público respondía con vítores y pañuelos blancos en alto.

“¡Que viva la Madre de la Iglesia!”, dijo la voz que se transmitía por a lo largo de calle La Rioja, por donde avanzaba la procesión. En el trayecto se mezclaban los aromas de azúcar quemada de los vendedores de pochoclos y praliné. Algunos devotos portaban una imagen de la virgen con una flor para saludarla a su paso.

La procesión siguió su camino, mientras los tucumanos rezaban el Santo Rosario. Al llegar a los alrededores de la plaza Independencia, la caminata se hizo más lenta por la cantidad de gente que esperaba a la Generala del Ejército.

A las 19, comenzó la misa oficiada por monseñor Zecca. La homilía del párroco fue seguida con mucha atención por los fieles. “No se puede negar que, en ocasiones, los programas que parten de la idea de justicia en la práctica sufren deformaciones -advirtió Zecca-; cuántas veces, bajo el rótulo de la justicia se esconden fuerzas negativas que la contradicen como el odio, el rencor, incluso la crueldad. A la lista de reclamos de justicia -dijo- deben agregarse ciertamente el derecho a la salud, al trabajo digno y bien remunerado, a la igualdad de oportunidades para el desarrollo humano, a la educación, y particularmente urgente son hoy en día los flagelos de las drogas y del narcotráfico y la amenaza de inseguridad que nos tiene a todos afligidos. El compromiso con estos temas es de todos -aclaró-. El gobierno en sus tres poderes, de las sociedades intermedias y de todos nosotros como ciudadanos. Todos debemos luchar unidos para superar esto. Indudablemente, un protagonismo especial le toca al Poder Judicial que debe garantizar con jueces idóneos, justos e independientes del poder político, las sentencias que conduzcan al justo castigo de los culpables, pero por supuesto en el respeto de la normas procesales. Pero la experiencia muestra que la justicia sola no es suficiente. No puede ser la justicia, la que plasme la totalidad de la vida humana, individual y social. Ese lugar debe ocuparlo el amor hecho misericordia”, remarcó. Al final, la solidaridad de los tucumanos se plasmó en la donación de alimentos no perecederos.

recorrido
la virgen fue llevada a la casa histórica, donde se rezó por la paz 
La celebración en honor a la Virgen de la Merced comenzó ayer al mediodía. A esa hora, la imagen de la Generala del Ejército fue llevada hasta la Casa Histórica, con la presencia del gobernador, Juan Manzur, y otros funcionarios. Allí, un grupo de fieles participó en la Oración por la Paz.
 

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Recorrido

La virgen fue llevada a la casa histórica, donde se rezó por la paz 
La celebración en honor a la Virgen de la Merced comenzó ayer al mediodía. A esa hora, la imagen de la Generala del Ejército fue llevada hasta la Casa Histórica, con la presencia del gobernador, Juan Manzur, y otros funcionarios. Allí, un grupo de fieles participó en la Oración por la Paz.

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