Diálogos imperdibles para los lectores de Saer

Diálogos imperdibles para los lectores de Saer

Comentarios ácidos, análisis y claves para iluminar su obra

EL ACTO DE ESCRIBIR SIN CONCESIONES. Poeta, docente, narrador y ensayista fue uno de los escritores más destacados de la literatura argentina. auno.org EL ACTO DE ESCRIBIR SIN CONCESIONES. Poeta, docente, narrador y ensayista fue uno de los escritores más destacados de la literatura argentina. auno.org
18 Septiembre 2016

RECOPILACIÓN

CONVERSACIONES CON JUAN JOSÉ SAER

VARIOS AUTORES

(Mansalva - Buenos Aires) 

A pesar de que los verdaderos lectores de Saer están por fuera de cualquier circuito publicitario, el hecho de que su escritor preferido cobre cierta popularidad tiene sus ventajas. Una de ellas es que se editó una serie de entrevistas que van de 1976 al 2005, realizadas por jóvenes periodistas del momento como Matilde Sánchez, Alan Pauls y Elvio Gandolfo, entre varios otros. Allí encontramos a un Saer que sostiene las mismas ideas al comienzo de su carrera literaria que sobre el final, con las mismas inquietudes y las mismas quejas. Prácticamente no hay entrevista donde no refunfuñe contra los escritores de gran alcance al público general (con especial énfasis en Paulo Coelho y Vargas Llosa), así como tampoco hay vez que no opine sobre el realismo en la literatura. También se empecina en negar, casi con rabia infantil ante la insistencia de los periodistas, la indiscutible influencia del nouveau roman en su literatura.

Más allá de lo gracioso de su odio hacia los bestsellers y el enaltecimiento de Kafka, Joyce, Juan. L. Ortiz y Faulkner, el lector de Saer podrá iluminar algunos aspectos del universo saeriano, por ejemplo que Glosa (1986) es la continuación de La vuelta Completa (1966), “porque ocurren en el mismo año y Leto ya aparecía en aquella como un personaje en segundo plano”. Otro ejemplo: “cada vez hay menos diálogos en mis novelas. El diálogo me parece siempre una facilidad: o son inexactos, pretenciosos o filosóficos o bien de una gran banalidad”. Por otra parte, es llamativo lo poco que se sabe de la vida personal del escritor, más allá de que ejercía la docencia en Francia y que le gustaba comer asado con amigos en Santa Fe. En estas entrevistas hay anécdotas y algunos –pocos– detalles de color de la vida cotidiana del santafesino.

En resumidas cuentas, el lector de Saer tiene una buena oportunidad para leer comentarios del autor sobre sus propios cuentos, novelas y poemas. Y para quien todavía no leyó al santafesino, es una buena puerta de entrada.

(c) LA GACETA

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Pablo Nardi

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