26 Agosto 2016
GESTOS. La declaración de las testigos se frenó varias veces porque el acusado y sus familiares se hacían señas. la gaceta / foto de Antonio Ferroni
“Hola, buen día”, dijo al llegar a Tribunales -con una sonrisa y muy tranquilo- David Véliz, acusado por el homicidio doblemente agravado por aborto de su ex pareja Noelia Carla Rivero, quien se encontraba embarazada de cuatro meses de una pareja que tuvo después.
El 17 de mayo de 2014, la víctima se encontraba en el comedor de su casa, a la noche, compartiendo unas pizzas junto a su mejor amiga y su ex pareja. A ambos les mostró la ecografía de su bebé de cuatro meses que estaba esperando. Más tarde llegaron al lugar la hermana de Rivero y su cuñado, quienes se dirigieron a la habitación para prepararse para salir a una fiesta junto a los demás.
Aparentemente, el tema de conversación puso celoso a Véliz, quién “apuró” a Noelia para irse al festejo y ésta le contestó: “no te hagas el malo que falta mi hermana”. Esa frase habría sido suficiente para que sacara el arma y realizara dos tiros a la cabeza de su ex. Desde ese año, Véliz se encuentra con prisión preventiva.
El tribunal, presidido por Eduardo Romero Lascano e integrado por Gustavo Romagnoli -en su primer juicio luego de asumir como camarista- y Wendy Kassar, escuchó ayer a las testigos presenciales del hecho: Lorena Rivero y Graciela Bartoloni, la hermana y la mejor amiga de la víctima correspondientemente.
Pero antes de que ambas ingresaran a la sala para contar su versión, la querellante de la causa, Natalia García Salemi, pidió que le pusieran custodia a una de ellas, ya que habría recibido amenazas por parte de la familia del acusado. El pedido fue concedido.
“Hombre peligroso”
Los relatos de las testigos coincidieron en que Véliz era “un hombre problemático en el barrio, que siempre estaba armado y que ya había sido detenido por un presunto robo de moto.
El tribunal interrumpió algunas veces los relatos para advertir a los familiares del acusado que mientras declararan las testigos, no le realizaran señas a Véliz o saldrían de la sala por mal comportamiento.
Rivero y Bartoloni afirmaron que el último novio de la víctima y el acusado jamás se habrían cruzado, aunque ella seguía manteniendo una relación de amistad con su ex. Además, luego del hecho, ambas especificaron que la moto en la que se habría escapado Véliz pertenecía a la víctima y que jamás volvió a manos de los dueños.
Vecinos de la cuadra de Rivero, que vivía en una casa con sus dos hijos, su hermana y su sobrino -según detallaron las testigos- habrían visto al acusado mientras escapaba del lugar en la moto de la joven asesinada.
Descargo
Cuando el Tribunal le consultó al acusado si declararía, sólo atinó a contestar: “soy inocente”. Inmediatamente después, su abogada, Cristina del Valle Pastor, tomó la palabra para anunciar que lo haría durante otro momento del debate.
La primera vez que fue llamado a declarar, el 21 de mayo de 2014, se abstuvo. El 3 de marzo de este año fue la primera vez que contó su versión de los hechos, donde especificó que nunca tuvo una relación con Rivero, que se enteró de su muerte por televisión, y que la noche anterior al homicidio, el actual novio de la víctima lo golpeó con una pistola en la cabeza y lo desmayó.
La curiosidad del juicio se dio cuando le tomaron los datos al acusado y se dieron con que no tenía DNI. Véliz esgrimió que hizo los trámites pero nunca se lo entregaron. Incluso, Véliz llegó a contar que estaba casado y con hijas “que no llevaban su apellido porque no tenía el documento”.
Sin embargo, luego informó que era chofer de una distribuidora de muebles. Este dato motivó a que inmediatamente le preguntaran cómo había conseguido la licencia sin tener su documento. Ahí tuvo que confesar que la había sacado con un DNI trucho. La audiencia continuará el martes.
El 17 de mayo de 2014, la víctima se encontraba en el comedor de su casa, a la noche, compartiendo unas pizzas junto a su mejor amiga y su ex pareja. A ambos les mostró la ecografía de su bebé de cuatro meses que estaba esperando. Más tarde llegaron al lugar la hermana de Rivero y su cuñado, quienes se dirigieron a la habitación para prepararse para salir a una fiesta junto a los demás.
Aparentemente, el tema de conversación puso celoso a Véliz, quién “apuró” a Noelia para irse al festejo y ésta le contestó: “no te hagas el malo que falta mi hermana”. Esa frase habría sido suficiente para que sacara el arma y realizara dos tiros a la cabeza de su ex. Desde ese año, Véliz se encuentra con prisión preventiva.
El tribunal, presidido por Eduardo Romero Lascano e integrado por Gustavo Romagnoli -en su primer juicio luego de asumir como camarista- y Wendy Kassar, escuchó ayer a las testigos presenciales del hecho: Lorena Rivero y Graciela Bartoloni, la hermana y la mejor amiga de la víctima correspondientemente.
Pero antes de que ambas ingresaran a la sala para contar su versión, la querellante de la causa, Natalia García Salemi, pidió que le pusieran custodia a una de ellas, ya que habría recibido amenazas por parte de la familia del acusado. El pedido fue concedido.
“Hombre peligroso”
Los relatos de las testigos coincidieron en que Véliz era “un hombre problemático en el barrio, que siempre estaba armado y que ya había sido detenido por un presunto robo de moto.
El tribunal interrumpió algunas veces los relatos para advertir a los familiares del acusado que mientras declararan las testigos, no le realizaran señas a Véliz o saldrían de la sala por mal comportamiento.
Rivero y Bartoloni afirmaron que el último novio de la víctima y el acusado jamás se habrían cruzado, aunque ella seguía manteniendo una relación de amistad con su ex. Además, luego del hecho, ambas especificaron que la moto en la que se habría escapado Véliz pertenecía a la víctima y que jamás volvió a manos de los dueños.
Vecinos de la cuadra de Rivero, que vivía en una casa con sus dos hijos, su hermana y su sobrino -según detallaron las testigos- habrían visto al acusado mientras escapaba del lugar en la moto de la joven asesinada.
Descargo
Cuando el Tribunal le consultó al acusado si declararía, sólo atinó a contestar: “soy inocente”. Inmediatamente después, su abogada, Cristina del Valle Pastor, tomó la palabra para anunciar que lo haría durante otro momento del debate.
La primera vez que fue llamado a declarar, el 21 de mayo de 2014, se abstuvo. El 3 de marzo de este año fue la primera vez que contó su versión de los hechos, donde especificó que nunca tuvo una relación con Rivero, que se enteró de su muerte por televisión, y que la noche anterior al homicidio, el actual novio de la víctima lo golpeó con una pistola en la cabeza y lo desmayó.
La curiosidad del juicio se dio cuando le tomaron los datos al acusado y se dieron con que no tenía DNI. Véliz esgrimió que hizo los trámites pero nunca se lo entregaron. Incluso, Véliz llegó a contar que estaba casado y con hijas “que no llevaban su apellido porque no tenía el documento”.
Sin embargo, luego informó que era chofer de una distribuidora de muebles. Este dato motivó a que inmediatamente le preguntaran cómo había conseguido la licencia sin tener su documento. Ahí tuvo que confesar que la había sacado con un DNI trucho. La audiencia continuará el martes.
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