“Esperen al señor José”, ordenó la madre Alba

“Esperen al señor José”, ordenó la madre Alba

Ante el juez Rafecas, las religiosas declararon que fue la madre Inés quien le abrió la reja y la puerta al ex funcionario. “Esto traigo para el Monasterio”, les dijo. Las monjas María y Marcela declararon que la madre superiora les alertó de la visita, y que no sabían que las bolsas contenían dinero.

DECLARACIONES. Tapadas, las dos monjas del monasterio de General Rodríguez se retiran de los tribunales. Dyn DECLARACIONES. Tapadas, las dos monjas del monasterio de General Rodríguez se retiran de los tribunales. Dyn
23 Julio 2016
BUENOS AIRES.- Las dos religiosas que estaban en el convento la noche en que detuvieron a José López responsabilizaron a la nonagenaria hermana Alba por la decisión de hacer entrar al ex funcionario en el monasterio, aunque se enfrentaron en un careo por diferencias sobre el momento en que vieron el arma que llevaba el ex secretario de Obras Públicas K.

Además, las dos aseguraron que no supieron inmediatamente lo que contenían los bolsos que López intentó dejar en ese lugar, sino que recién se enteraron cuando les informó la policía.

Así se desprende de la declaración de casi cinco horas que prestaron ayer las hermanas María Antonia Casas (76 años) y Marcela Estefanía Albin (38), del monasterio de General Rodríguez, donde fue arrestado López con casi U$S 9 millones, en junio pasado.

Con el tercer piso de los tribunales de Comodoro Py blindado para que nadie pudiera verlas, las religiosas, de a una, fueron pasando al juzgado de Daniel Rafecas para prestar declaración testimonial sobre lo que ocurrió el 14 de junio. Allí las esperaban personal del juzgado, de la Oficina Anticorrupción (OA) y abogados patrocinantes.

María, monja de clausura desde hace 20 años, era la encargada de atender el timbre desde que la madre superiora Alba se enfermó, mientras que Marcela, también monja de clausura, colaboraba en todas las diligencias.

Según Marcela, a las 20 del 13 de junio, Alba les comunicó que iba a pasar “el señor José”, a quien había visto “dos o tres veces” junto a su esposa porque “visitaban tanto al monseñor (Rubén Di Monte) como a la madre Alba”.

“Esa noche la madre superiora sólo me dijo que ‘llamó José y que iba a venir’. Se hacía tarde y después a eso de las 23 y la medianoche, la madre Alba nos dijo que ‘no lo esperemos más a José’, que nos fuésemos a descansar. A eso de la madrugada, sonó el teléfono (...). Eran más o menos las 4 de la mañana”, relató Marcela.

“La madre Inés me dijo que habían tocado el timbre, miramos por la ventana y estaba el señor José, a quien reconocimos porque estaba iluminado. Abrió la puerta la madre Inés, José estaba ahí con unos bolsos. Y la madre Inés le abrió la reja y después la puerta, y él le dijo ‘esto traigo para el Monasterio’”.

Dijo que López “agarró los bolsos y la madre Inés lo ayudó a meterlos adentro de la casa” y señalo que “José y la ‘señora Mari’ (en alusión a Ana María Díaz, esposa del ex funcionario) a veces traían comida, té, fideos, arroz, también donó sábanas, ropa todo para nosotras”.

“Como creímos que eran comestibles, Inés le pidió a José que los llevara a la cocina y después de eso, él se fue a la habitación de la madre Alba. Mientras tanto Inés y yo esperamos en el comedor”, aseguró la religiosa, quien aclaró que no vio el contenido de los bolsos.

Por su parte, María afirmó que “nunca” supo “quién era o a qué se dedicaba José o su mujer”, que la noche previa a la detención lo estuvo esperando por orden de la superiora hasta la medianoche y que a esa hora, creyendo que ya no iba, “me fui a acostar a mi celda, cerré la puerta y me fui a dormir”.

“Después me llama la hermana Marcela, me golpea la puerta, y me avisa que había policía afuera del Monasterio, no recuerdo la hora; me asusté porque no entendía por qué motivo estaba la policía, me levanté, me fui al torno, y atendí el portero eléctrico, entonces ahí el policía me explica que el vecino de enfrente había visto a un hombre que había saltado el portón con bolsos para adentro”, dijo.

Añadió que entonces le avisó a la hermana Alba, quien le respondió: “que abra el portón ‘porque José se va’. Ahí me enteré yo que estaba José en el interior del Monasterio. Abrí el portón y quedó abierto. Todo lo que pasó cuando entró la policía yo no lo sé porque me quedé en el interior del convento”.

La hermana Inés -Celia Inés Aparicio-, es la tercera monja involucrada y fue llamada a declaración indagatoria el 1 de agosto, por encubrimiento. En tanto, el Cuerpo Médico Forense hacía exámenes a la hermana Alba -Alba Día de España, de 95 años-, pero el juez ya dijo que no estaría en condiciones de declarar. (DyN)

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios