“El rock actual complace a la gente, no intenta despertarla”

ACTÚA HOY
• A las 21, en Central Córdoba (avenida Alem al 700).

“El primer desafío de hacer un disco es hacer un disco”.

Germán Daffunchio no está siendo redundante ni irónico. Se le ha preguntado con qué retos se topa una banda cuando se propone producir, y entonces al cantante de Las Pelotas se le ocurre que lo básico es superar la inercia, emprenderse a la aventura de construir desde el vacío. Entre las muchas voces del rock nacional, la de él es una de las más autorizadas para hablar del tema: Las Pelotas ha lanzado en marzo “Brindando por nada”, su disco de estudio número 11 en 28 años de trayectoria.

Once crisis de la hoja en blanco superadas.

Once universos surgidos a partir del cero absoluto.

“Lo segundo es componer los temas porque hay muchos músicos que hacen discos, pero con temas de otra gente”.

Mucho tiene para decir Daffunchio de las letras, de las propias y ajenas. Las de “Brindando por nada”, señala, reconstruyen un viaje hacia adentro. “Te podés pasar toda la vida criticando lo que está fuera de vos, pero el tiempo que estás en el mundo es uno solo y tenés que aprovechar la oportunidad. Hay mucha oscuridad: podés aferrarte a ella y quedar así o prender la luz adentro tuyo y seguir adelante. Igualmente a mí me gusta escribir y que cada persona se imagine lo que quiera; creo que así funciona el arte, dando herramientas para que la gente viaje por sí misma”.

Son más categóricas sus declaraciones cuando se le pregunta si todavía opina, como en su última entrevista con LA GACETA, en 2014, que hay mucha basura en el rock nacional: “lo pienso más que nunca. Hay bandas exitosas actualmente que hacen que uno se pregunte ‘¿qué escucha la gente, cómo puede ser que esto le guste?’. En el rock se ha contagiado a lo largo de los años una gran demagogia, a muchos les encanta que les digan ‘son lo mejor del mundo, lo mejor que nos pasó’, y eso para un artista no es nada desafiante, nada riesgoso. Hay muy pocas bandas en la historia de la Argentina que han dicho las cosas que sienten verdaderamente. Por ejemplo, Soda Stereo nunca hizo un tema comprometido. Siempre hizo temas que caían bien. Eso no le quita méritos, hablo de actitudes”.

Inmediatamente, Daffunchio arremete con otro ejemplo. “El video que hicieron para la AMIA: veo los artistas que cantan y me da un poco de vergüenza, más allá de que se quiere aparentar de que los K y los anti K se unieron en pos de la búsqueda de la verdad. La mayoría de esos artistas jamás cantó un tema que tenga algo de resistencia, ¡jamás! Muy pocos tienen compromiso social, son más populistas y vendedores de ilusiones”. (N. de la R.: del video participan 100 artistas de todos los géneros; algunos de ellos son Abel Pintos, Valeria Lynch, Alejandro Lerner, Lali Espósito, Ricardo Mollo, Natalia Oreiro, Los Nocheros, Karina La Princesita, León Gieco, Miss Bolivia y más).

“Otro desafío es tratar de superarse y buscar nueva música que no repita patrones”.

A esa cualidad, Daffunchio la llama también ser consecuente con lo que uno es. “Una cosa es crear algo medianamente establecido y otra cosa es llevar adelante lo que sos. Siempre entendí al rock como una forma de resistir ante lo que nos hace mal o nos molesta, pero ahora está muy lejos de eso, está muy demagogo -insiste-. Es mucho más fácil ser complaciente y cantar lo que la gente quiere escuchar, que tratar de despertarla o decirle lo que no quiere saber. En nuestro ambiente sabemos que las canciones de amor típicas, incluso si repiten una temática poética parecida, tienen mucho más éxito que una que diga ‘con tanta hambre qué hacemos’ o cosas así. Aunque eso, decir las cosas que uno siente o jugarse por lo que cree, tiene un costo; no es que por hacerlo se te abrirán las puertas. Al contrario, se te cierran”.

Aunque hace rato que entra por la puerta grande, Las Pelotas no teme pagar costos y, según su cantante, hace prevalecer su autenticidad. En ese sentido, asegura, “Brindando por nada” es un espacio de resistencia. “Es un disco lleno de arte y de música, y lo digo con mucho orgullo. Siento que es casi nuestra obligación dar el ejemplo, simplemente porque hacemos lo que hacemos desde hace mucho tiempo, no porque nos creamos importantes”.

Y aunque no lo defina como tal, Daffunchio mencionará también el desafío que representa para una banda mantenerse a lo largo de tantos años. “No es un camino de rosas, sino de espinas; son muchas las situaciones que generan asperezas dentro de un grupo. Hay toda una inocencia que se va perdiendo en la medida que eso ocurre y, en ese sentido, a mí me ayudó mucho la experiencia que tuve en Sumo -admite, a la vez que deja caer una fórmula-. Las Pelotas ha durado lo que dura porque nos une una pasión profunda por lo que hacemos, pero también porque somos de reunirnos y hablar mucho como amigos”.