Una mañana rara, distinta

Una mañana rara, distinta

No hubo pancartas con los apellidos de dirigentes políticos ni movilizaciones. Fue una ceremonia atada a un estricto protocolo.

MACRI Y MANZUR. El presidente y el gobernador, camino a la Catedral. DyN MACRI Y MANZUR. El presidente y el gobernador, camino a la Catedral. DyN
Acostumbrados a fechas patrias convertidas el mitines políticos con movilización de partidarios; el acto de esta mañana en la Plaza Independencia resultó raro, distinto. No hubo las pancartas ni afiches con los apellidos de dirigentes políticos de todas las localidades de la provincia dispersos a lo largo del trayecto del palacio gubernamental hacia la Catedral. Fue una ceremonia diferente, atada a un estricto protocolo y medidas de seguridad por la presencia del presidente, Mauricio Macri.

No hubo desbordes de entusiasmo popular sobre las vallas, sino gritos aislados en favor del mandatario, de la Patria, y una sonrisa plena del gobernador, Juan Manzur. Mueca de satisfacción, los tucumanos le regalaban a Macri lo que a él más le interesa: una bienvenida acorde a la relación que quiere profundizar en aras de la gobernabilidad de la Provincia. ¿Imagen de los nuevos tiempos, diferentes a los del kirchnerismo y del alperovichismo? Distintos, seguro. La mañana no tuvo color político ni partidario, sino el de una celebración patria, sobria, tranquila. Y por eso rara frente a lo que observó en los últimos años. Sin embargo, se tomaron precauciones; como evitar que alguien rompiera esa "tranquilidad" buscada, y hasta hubo una convocatoria subterránea a algunos dirigentes del peronismo para que hicieran presencia, sobre todo para que garantizaran que nada empañara el festejo. Patria, institucionalidad y buenas relaciones en un 9 de julio en nada parecido al de años anteriores

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