“El jazz es las Naciones Unidas de la música”

“El jazz es las Naciones Unidas de la música”

Javier Malosetti e Inés Estévez presentan una selección de temas clásicos del género nacido en EEUU, que recibe aportes mundiales.

TALENTO POR DOS. Inés Estévez aporta su voz y Javier Malosetti, las cuerdas, para disfrutar los clásicos del jazz.  TALENTO POR DOS. Inés Estévez aporta su voz y Javier Malosetti, las cuerdas, para disfrutar los clásicos del jazz.
26 Mayo 2016

ACTÚA HOY
• A las 21.30
, en el teatro Alberdi (Crisóstomo Álvarez y Jujuy).

Javier Malosetti respira música desde chico. Los acordes de los clásicos del jazz sonaban entre los dedos talentosos de su padre, el gran Walter Malosetti, emblemático guitarrista argentino y referente del género en toda América Latina. Pero él prefirió la batería a las cuerdas en su inicio, y deambuló por grupos de rock (mayormente con Luis Alberto Spinetta) hasta que el barco lo dejó donde había zarpado.

El muelle de esta noche se llama teatro Alberdi, y la cita tiene una coprotagonista de lujo: la actriz y directora Inés Estévez se hará cargo de las canciones. El escenario (y la vida) une a los dos artistas de proyección internacional, en un recorrido que parte de los temas norteamericanos más conocidos para llegar a los aportes de la música francesa y la samba brasileña. A Estévez en la voz y Malosetti en guitarra, bajo y voz, se le suma el clásico formato del jazz, con piano acústico, contrabajo y batería con escobillas.

“El jazz es la música menos racista, y más desprejuiciada y abierta que hay. El tango o el rock es mucho más sectario o fundamentalista. En cambio, el jazz se forma con los diferentes lenguajes del lugar donde se toca y acá se mezcló con el tango y el folclore; en Cuba con la conga y en Europa es más de cámara. Es como las Naciones Unidas de la música, absorbe todas las culturas para agrandar su lenguaje y expandir sus fronteras”, describe para LA GACETA.

- La voz de Inés tiene mucha personalidad, aunque no se la identificaría inicialmente con el jazz...

- Me gusta su forma de cantar por no tener los tics de la cantante clásica de jazz. Está desinfectada de todos esos gorgojeos, esos fileteos o esos ribetes. Simplemente canta la melodía de la canción tal cual es, con buen gusto y sin deformarla. Uno canta y disfruta de la música con la voz que tiene. Nosotros tocamos algo súper puro.

- ¿Te marca de algún modo haber tenido semejante padre?

- Es un caballo al que no me quiero subir. Gratis no es ser hijo de ese tipo y tocar música de culto y no muy masiva. Algo debe pasar, pero prefiero apostar a la mayor naturalidad posible. Estos recitales son una forma de honrar la música que había en nuestras casas, y tanto mi viejo como al de Inés, Carlos Estévez, que tocaba y cantaba con gran pasión aunque no era profesional. Eran dos gringos muy bohemios y emotivos.

- ¿Esa naturalidad es buscar una manera propia de tocar?

- No, eso es parte intrínseca del artista, más cuando tocás un género en el que la improvisación es un eje central, como se da en el jazz en todas sus ramas. Comprender cómo se debe tocar un género define mucho a un músico; algunos no pueden hacerlo si no está escrito lo que deben tocar, mientras que otros están más en contacto con lo lúdico, con jugar todo el tiempo con el tema, hacerlo de uno u otro modo y que los que están con vos interpreten lo mismo y te acompañen. Es fascinante.

- ¿Sentís esa libertad que describís en todos los aspectos de tu vida?

- Más que nada con respecto a la música. Se puede trasladar la improvisación a algunas situaciones de la vida, a veces con mejores suertes que en otras. Pero es cierto que el escenario es una consecuencia de tocar un instrumento con pasión.

- ¿Cómo ves el género?

- Se hizo más abstracto en el último tiempo, se quedó un poco solo con el correr de las décadas aunque se haya transformado en la música clásica del siglo XX. Perdió su carácter cancionero y popular; es lo que estamos tratando de rescatar.


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