En la cuna de la pizza, un alcalde prohíbe el horno a leña

En la cuna de la pizza, un alcalde prohíbe el horno a leña

La prohibición afecta tanto a hogares familiares como a panaderías, restaurantes y -más polémico todavía- pizzerías. Por Elizabetta Povoledo - The New York Times

CONTAMINACIÓN. Gennaro Marano prepara una pizza en Il Cavallino. fotos Gianni Cipriano / The New York Times CONTAMINACIÓN. Gennaro Marano prepara una pizza en Il Cavallino. fotos Gianni Cipriano / The New York Times
15 Enero 2016
SAN VITALIANO, ITALIA.- Si hay una etiqueta por la que Antonio Falcone, médico convertido en líder cívico, no quiere ser conocido, es la de “alcalde antipizza”. Sin embargo, es así como la notoriedad alcanzó al jefe comunal de este pueblito del interior napolitano. A fines de diciembre, en un esfuerzo por reducir la contaminación del aire, Falcone prohibió el uso de estufas alimentadas con madera que no estuvieran equipadas con filtros que reducen el efecto de los contaminantes tóxicos.

La prohibición afecta tanto a hogares familiares con chimenea como a negocios como panaderías, restaurantes y -más polémico todavía- pizzerías que queman madera, el alarde gastronómico de un área conocida como la cuna de una de las exportaciones culinarias más renombradas de Italia. La indignación estaba garantizada.

“Hemos sido comparados con China”, se quejó Pasquale Tufano de Ristorante La Vigna. Aludía a que la media docena de pizzerías del poblado habían sido aisladas e igualadas a un país cuya capital, Beijing, anunció su primera alerta roja de esmog tóxico también en diciembre pasado.

El alcalde fue criticado en medios sociales. Hubo protestas y pedidos de que renuncie. “Me convertí en el alcalde antipizza”, dijo Falcone, y agregó que había actuado pensando en los mejores intereses de San Vitaliano. “Soy responsable de la salud de los ciudadanos de este poblado. Teníamos que empezar por alguna parte”, dijo.

De hecho, Falcone fue uno de docenas de alcaldes italianos que adoptaron medidas de emergencia el mes pasado después de que una prolongada sequía llevó los niveles de contaminación ambiental más allá de límites legales. En Roma se restringió el uso de los autos: un día para los de matrícula terminada en números pares y otro para los números impares. Milán prohibió todo tránsito durante tres días consecutivos, con escaso efecto. Esta y otras ciudades incluso prohibieron los fuegos artificiales de la Noche Vieja.

Italia es uno de los países europeos con peor calidad ambiental. Tiene un norte fuertemente industrializado, hornos privados con mantenimiento deficiente, creciente congestión de tránsito, uso generalizado de combustible diesel y años de negligente gasto en infraestructura para trenes de carga y transportación pública, afirman los ambientalistas. Hasta la geografía lastima a Italia, ya que sus montañas y valles impiden la muy necesitada circulación del aire.

En 2015, un estudio del Gobierno concluyó que alrededor de 30.000 italianos murieron por año a causa de la contaminación. A medida que los niveles de polución subían este invierno, y en medio de las prohibiciones municipales, el ministro de Medio Ambiente de la Nación sostuvo una reunión de emergencia en Roma con representantes de las regiones y ciudades.

Un enfoque integrado

El grupo propuso reducir los termostatos en hogares y oficinas, bajar los límites de la velocidad para el tránsito en la ciudad, sacar de circulación los autos más viejos, fomentar el transporte público y limitar el uso de las chimeneas. Sin embargo, ninguna de estas medidas es legalmente obligatoria, y no hay un enfoque integrado a nivel nacional para enfrentar la problemática. Por eso la responsabilidad recae en alcaldes como Falcone. En San Vitaliano las pizzerías y otros negocios tienen plazo hasta el 29 de febrero para equipar sus hornos con filtros apropiados. A partir del 1 de marzo, los inspectores empezarán a controlar. “Les estamos dando tiempo para prepararse. Es una cuestión de civilidad”, dijo Tulliano Carpino, director del departamento técnico del pueblo.

“¡Que vengan los inspectores!”, dijo un desafiante Giovanni Arricchiello, propietario del restaurante Il Cavallino, que está sobre la larga franja del centro comercial en un extremo de San Vitaliano. Como otros productores de pizza locales, Arricchiello ya tiene filtros para contaminación en sus hornos, así que la ordenanza no debería afectarlos. “No puedes obtener una licencia para restaurante sin ellos”, dijo sobre los filtros. La gran mayoría de las pizzerías de San Vitaliano -según sus propietarios- tienen operando los filtros apropiados.

Aunque dispuso las prohibiciones, Falcone dijo que las principales causas de la contaminación siguen siendo un misterio. El tránsito puede ser intenso, pero el poblado, que está a unos 25 kilómetros al noreste de Nápoles, es bastante pequeño y no hay grandes industrias. Claro que el pueblo forma parte del área densamente poblada de Nápoles, en una región conocida por la incineración ilegal de residuos tóxicos por parte de la delincuencia organizada.

Vincenzo Russo, miembro del concejo ambiental opina que una de las causas puede ser el uso de perdigones baratos, químicamente tratados, que se usan en estufas y calentadores. Agregó que la Universidad de Nápoles Federico II está realizando estudios para determinar otras causas posibles.

Un duro castigo

Algunos vecinos afirman que fueron aislados erróneamente y que están siendo castigados porque San Vitaliano es el único poblado del área que cuenta con un monitor de calidad del aire. “La contaminación es un problema rea, pero tenemos el único monitor así que terminamos atrapados en el fuego cruzado”, dijo Tufano, cuya pizzería, La Vigna, está equipada con filtros. Contó que había invertido la mayor parte de las últimas dos semanas tranquilizando a sus clientes en el sentido de que su pizzería no había sido cerrada. “Tuve que explicar que nosotros tenemos todos nuestros papeles en orden. En cualquier caso, les dije que ellos no deberían encender sus chimeneas”, comentó.

Economía verde

Las lluvias que han arrasado a lo largo de Italia desde el comienzo del año han reducido los niveles de contaminación y puede ser que ayuden a olvidar este problema como ya ha ocurrido antes.

“Somos el primer pueblo que goza de la pizza, pero la cuestión es mayor. Hay un desastre antropológico en juego”, sostuvo Falcone. “Lo importante es volver consciente a las personas”, añadió.

Algunos ambientalistas, si bien apoyan las medidas propuestas por el gobierno italiano, seguían escépticas respecto de que den resultado sin un esfuerzo nacional más concertado.

“Necesitamos descarbonizar nuestra sociedad, a eso se reduce, a invertir en verdadera economía verde”, dijo Nicola Pirrone director del Instituto de Investigación de Contaminación atmosférica en el Consejo de investigación nacional de Italia. “Aún no tenemos una visión estratégica a largo plazo”.

Los pizzeros también se burlaron, en vista del hecho más bien obvio de que el aire contaminado se mueve, y se quejaron de que la ordenanza no sería muy efectiva si se aplica solo en San Vitaliano, apenas un parpadeo dentro de la gran área metropolitana de Nápoles. “¿Qué están haciendo los demás alcaldes? Están simulando que nada pasa”, reclamó Antonio Mercadante, panadero local que dijo que sus hornos les alcanzó para pasar. Dijo que entendía la prohibición del alcalde, pero que a menos que otros poblados apliquen medidas similares, esto será solo una broma.

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