Murió al quedar atrapada en un tiroteo entre narcos

Murió al quedar atrapada en un tiroteo entre narcos

Una joven de 15 años recibió al menos cinco balazos al no percatarse de la batalla que protagonizaban dos bandas de la zona. María de los Ángeles Ramallo había ido a comprar tortillas con su madre. La indignación de los vecinos por el hecho.

EN PLENA TAREA. Un perito de la Policía anota los detalles de la inspección que realiza en el lugar donde fue asesinada la adolescente de 15 años. la gaceta / foto de antonio ferroni EN PLENA TAREA. Un perito de la Policía anota los detalles de la inspección que realiza en el lugar donde fue asesinada la adolescente de 15 años. la gaceta / foto de antonio ferroni
15 Noviembre 2015
Había salido con su madre a  la panadería ubicada a dos cuadras de su casa a comprar tortillas para merendar. Dicen los testigos que, como la hacía siempre, en su rostro tenía dibujada una sonrisa. María de los Ángeles Ramallo, de 15 años, se dio vuelta al escuchar unos estampidos. Jamás se imaginó que había quedado en medio de un enfrentamiento entre dos bandas de narcos de la zona. La adolescente fue alcanzada por cinco proyectiles, pero sólo el que ingresó por su brazo izquierdo y terminó incrustándose en el corazón, le quitó la vida.

El hecho se desencadenó ayer en la esquina de Inca Garcilazo y Avenida Alem, donde existen dos canchas de fútbol. Cerca de las 17.45 hubo un enfrentamiento a balazos. “Fue un infierno. Parecían que habían tirados varias baterías, pero en realidad fueron los disparos que hicieron los delincuentes estos. De milagro no murió otra persona porque, según estimamos, tiraron como 40 veces”, explicó desencajado Juan Moreira, vecino del lugar.

La adolescente quedó tendida en el piso. Después de haber sido atendida por los vecinos, fue trasladada al hospital Padilla en un vehículo particular. Los que la vieron en esos momentos aseguran que sólo se quejaba y tomaba fuertemente la mano de su madre. La víctima falleció en el nosocomio, cuando los médicos intentaban salvarle la vida.

En un principio se sospechó que el enfrentamiento fue protagonizado por los simpatizantes de dos equipos barriales por las diferencias que se habían registrado en el encuentro que disputaban. Sin embargo, con el correr de las horas, fueron surgiendo otros indicios. Así los investigadores comenzaron a sospechar que en realidad se trató de un enfrentamiento de dos bandas de narcotraficantes que se disputan el comercio de la droga en la zona.

“En la cancha estaba jugando un grupo que le dicen ‘Los de la Vía’. Pero desde el norte en un automóvil, llegaron otras personas que comenzaron a disparar a lo loco. No les importó nada. Tiraron, tiraron y tiraron. Y es lógico que sean así. A ellos tampoco les importa vender esa porquería que termina matando a nuestros hijos”, dijo Laura, una vecina que pidió que no se publicara su apellido por temor a represalias.

Los investigadores de a poco fueron confirmando esa versión. Por ejemplo, lograron ubicar en la escena del crimen a un automóvil de alta gama -no se informaron más detalles para no entorpecer la pesquisa- que había llegado al lugar con los agresores. Los testigos también hablaron de otro vehículo -aunque no supieron detallar el modelo y color- que estaba cubierto con una enorme bandera de color verde que habría pertenecido a la otra facción.

Lo que no se pudo confirmar es que si otra persona resultó herida en el enfrentamiento. Las pesquisas sospechan que sí, ya que en el lugar donde se produjo la batalla se encontraron más de 20 vainas de proyectiles. 

Por ese motivo, por orden de la fiscala Adriana Reynoso Cuello, se pidió a la Policía que estuviera atenta al ingreso de personas con heridas de bala en algún hospital de la capital. También se ordenó a los uniformados que trataran de identificar a los integrantes de los equipos que jugaban el encuentro.

María de los Ángeles vivía a cuatro cuadras del lugar donde encontró la muerte. Todo el barrio estaba conmocionado por lo que había ocurrido. Ella vivía con su madre y su hermano mayor en una modestísima vivienda, lo único que habían heredado de su padre fallecido hace un par de años.

“Es terrible la historia de esa familia. La mujer subsistía con la venta de huevos caseros y dulces que preparaba. Los vecinos siempre le dimos una mano para que pudiera seguir adelante. Un dirigente político de la zona, en cambio, sin fanfarronear le entrega dinero para que sus hijos estudien”, reconoció.

Los vecinos maldecían sin parar a las dos canchitas. Dicen que allí, además de jugar al fútbol, los fines de semana se juntan jóvenes a tomar y a drogarse. “Siempre hay incidentes. No puede ser que no haya vigilancia en esta zona. La verdad es que hoy no hubo otro muerto de milagro. Han matado a una buena chica, no a un perro”, concluyó entre lágrimas Juan Martínez, vecino de la víctima.

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