Como un as de espadas para Atlético

Como un as de espadas para Atlético

Acosta es tan importante como los goleadores, porque es él quien los asiste seguido.

DE LO MEJOR. Acosta, que se desprende del balón, y Bianchi, que intentar cortar la intención de “BB”, son dos de los exponentes de un Atlético que hace valer su regularidad dentro del campo de juego. la gaceta / foto de héctor peralta DE LO MEJOR. Acosta, que se desprende del balón, y Bianchi, que intentar cortar la intención de “BB”, son dos de los exponentes de un Atlético que hace valer su regularidad dentro del campo de juego. la gaceta / foto de héctor peralta
01 Octubre 2015
Entre Guillermo Acosta, Luis Rodríguez y Leandro González se reparten la misión de cumplir con el trabajo de Cupido. Son goleadores, sí, pero también a los tres les cabe el traje de asistidores, por lo que están a la orden del día en Atlético. Las 24 horas, podría decirse.

El que sobresale de los “generosos”, por su actualidad, es Acosta, hoy en su mejor versión: la de un todoterreno, la de una gambeteador nato, la de un enganche “mentiroso” y la de un volante central con quite y proyección. El de Banda del Río Salí está on fire y sus amigos se lo agradecen buscándolo a él cuando convierten.

“Uno entra a la cancha y quiere hacer goles, pero bueno, ahora se da al revés. Las situaciones quedan para mis compañeros, así que yo los asisto, si puedo, y que ellos hagan los goles”, acepta Acosta y confiesa que le gusta que sus colegas artilleros están derechitos con la red contraria.

Si de virtudes se trata, Acosta recalca lo que la mayoría de sus compadres. “La paciencia es una virtud, también que el grupo está muy unido”, jura quien siempre mira hacia adelante y al próximo objetivo. No se detiene ni en el pasado ni en el futuro que supere al rival de turno, al menos por estas seis fechas que restan de la B Nacional.

“Este es un campeonato largo y hay que disfrutarlo”, responde el Acosta figura. “Estoy jugando mucho y eso me da confianza. Y en cuanto a mi nivel, es parte de mi agradecimiento al técnico, porque si él no confiara en mí yo no jugaría. Hay que pagarle adentro de la cancha”, considera.

Durante los 90 minutos Acosta cambia de posición constantemente. Puede arrancar como doble volante central, pero automáticamente se acomoda como doble enganche y también como carrilero por derecha, esta última posición es la que lo hace sobresalir cuando el juego está entrando en su curva descendente. “En todas las posiciones me siento bien. No hay nada estipulado, se va dando acorde a cómo esté el partido”, explica sus constantes movimientos en el pizarrón “Bebé”.

Si hay algo que disfruta Acosta es ser líder. Y se la banca. “Sí, claro, me gusta cargar esa mochila. Hay que seguir disfrutando y ganando, que es lo más lindo que puede haber en el fútbol”, asegura e insiste que su algarabía nada tiene que ver con sentirse campeón ya. “No, quedan 18 puntos y hay que ganarlos a todos. Por eso, primero hay que pensar en Gimnasia (J) y después en mirar para arriba”.

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