La publicidad de alimentos y la obesidad infantil

La publicidad de alimentos y la obesidad infantil

Son los más indefensos. Están expuestos a todo y a menudo son blanco del poder de consumo que entra por la pantalla chica. La publicidad es el vehículo para ofrecerles desde juguetes hasta productos alimentarios que están asociados con una baja calidad nutricional. Un relevamiento relacionado con la obesidad infantil, efectuado por la Organización Panamericana de la Salud y Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) indica que si un niño mira tres horas diarias de televisión, está expuesto a 61 publicidades de alimentos durante una semana. El informe que examinó la oferta publicitaria en nuestro país a través de tres canales por cable y cinco de televisión abierta. Entre las conclusiones a las que se llegó, se indica que una de cada tres publicidades de alimentos ofrece premios o regalos para incentivar la compra.

En el informe que publicamos en nuestra edición del jueves, la OMS señala que se ha reconocido internacionalmente que existen muchos factores individuales, sociales y ambientales que influyen en lo que los niños comen. “Una de las causas más importantes del crecimiento que ha tenido la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil en los últimos años es el aumento en el consumo de alimentos altos en azúcar, grasas y sal”, indica.

La obesidad infantil se asocia con una mayor probabilidad de obesidad, muerte prematura y discapacidad en la edad adulta. Pero además de estos mayores riesgos futuros, los niños obesos sufren dificultad respiratoria, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y presentan marcadores tempranos de enfermedad cardiovascular, resistencia a la insulina y efectos psicológicos, según la OMS.

En agosto de 2012, un trabajo de la filial tucumana de la Sociedad Argentina de Pediatría sostenía que el 40% de los chicos tucumanos sufría sobrepeso y un sector importante padecía de obesidad. Según ese relevamiento, más de la mitad de los niños consultados ni siquiera pasaba una hora por semana al aire libre con sus amigos; y destinaba menos de una hora, de lunes a viernes, a actividades físicas extra escolares. En cambio, pasa frente al televisor aproximadamente 18 horas semanales. El Programa de Salud Escolar, a su vez, había realizado un seguimiento a 7.000 alumnos de la escuela primaria, de establecimientos ubicados en barrios periféricos de San Miguel de Tucumán, y concluyó que los índices de obesidad y sobrepeso llegaban al 20%.

Para prevenir enfermedades como la diabetes, la hipertensión y la obesidad, la OMS propuso la restricción de la publicidad de alimentos y bebidas no alcohólicas dirigida a los niños. Pero sin duda, son los padres los que tienen que asumir su condición y ayudar los chicos a comprender estos mensajes publicitarios, que solo buscan el consumo. También desde escuela, se puede generar conciencia hablando con los chicos sobre esta temática, incrementando además las horas de educación física. Los quioscos en los establecimientos podrían ofrecer productos que tuvieran que ver con la alimentación sana. En ese sentido, sería importante la participación activa del Siprosa y de la Secretaría de Deportes.

En la medida que cuidemos la salud mental y física de nuestros niños, favoreceremos a las futuras generaciones que probablemente crecerán más saludables.

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