“¿Quién le dice gato a mi hijo?”

“¿Quién le dice gato a mi hijo?”

Un hombre defendió a un motociclista acusado de arrebato que finalmente quedó detenido

CON PRECINTOS. El sospechoso del arrebato quedó tendido en la esquina. la gaceta / foto de héctor peralta CON PRECINTOS. El sospechoso del arrebato quedó tendido en la esquina. la gaceta / foto de héctor peralta
27 Agosto 2015
Tres personas heridas y tres motocicletas desparramadas en el piso. Esa era la escena en la esquina de Muñecas y Bolivia ayer al mediodía, cuando un joven se accidentó, aparentemente mientras intentaba escaparse tras arrebatar una cartera.

Hilda Valeria Rosino circulaba en su moto por Muñecas al 1.300. A mitad de cuadra, un motociclista que vestía un pantalón vaquero y camiseta de Atlético se acercó a ella y le arrebató la cartera, según denunció. A causa del fuerte tirón, la joven de 27 años perdió el equilibrio y cayó del rodado.

El arrebatador escapó en su moto con la cartera. En la esquina de Bolivia y Muñecas se produjo un choque entre dos motociclistas, y según la Policía uno de ellos era el ladrón. El otro hombre se desplazaba por calle Bolivia. Testigos del accidente contaron que este segundo motociclista voló por los aires y cayó sobre una vereda. El ladrón, en tanto, quedó tendido en el pavimento.

Al ver el choque, Rosino se levantó del piso. Con las rodillas lastimadas corrió hasta la esquina, se acercó a uno de los heridos y le arrancó su cartera de las manos. En ese momento llegaron policías y la joven les indicó que esa persona le acababa de robar. Los uniformados pidieron una ambulancia por teléfono y le ataron las manos con precintos al supuesto arrebatador, que había quedado boca abajo, con la cabeza ensangrentada, en medio de la calle. El otro motociclista, en tanto, parecía estar más grave. Fue al primero que subieron a la ambulancia para trasladarlo al Centro de Salud, junto a la víctima del robo.

Más tarde se supo que se trataba de Ángel Prado, un hombre de 55 años que trabaja como repartidor de medicamentos para la obra social Prensa. Afortunadamente sólo sufrió golpes por el choque y se encontraba fuera de peligro.

En la esquina del accidente, mientras tanto, continuaban las tres motos y el arrebatador tirados en el piso. Los policías, además de varios curiosos, rodeaban al joven a la espera de una segunda ambulancia. Entre la gente se asomó una mujer que lloraba de manera desconsolada y repetía: “es mi hijo”, mientras se agarraba la cabeza. Estaba acompañada por su esposo, quien se encargó de decirles a los policías que su hijo no es delincuente y que sólo se dirigía a la escuela para buscar a su hija. “Él trabaja en una empresa de seguridad”, afirmó el hombre.

Desde el piso, el arrebatador pedía a gritos que lo soltaran. “Miren cómo me dejaron”, “no soy ningún ‘gato’” y “revísenme a ver si tengo algún celular”, eran algunas de las frases que pronunciaba. Cuando por fin llegó la ambulancia, los policías lo levantaron y lo acompañaron hasta el vehículo.

Uno de los curiosos comenzó a gritarle “gato” y el padre del arrebatador se enfureció. “¿Quién le dice gato a mi hijo?”, preguntó con tono amenazante. Entonces los policías le advirtieron que se retirara del lugar. El hombre y su esposa subieron a su auto y siguieron a la ambulancia.

Como el joven sólo presentaba golpes leves, lo llevaron a la comisaría. Personal de la seccional 5ª lo alojó en el calabozo, donde deberá permanecer hasta que la fiscala Mercedes Carrizo resuelva su situación.

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