24 Agosto 2015
El empresario que degolló a su ex esposa siguió apuñalándola después de muerta
El abogado defensor intentará demostrar que Gustavo Farré actuó en un estado de emoción violenta cuando mató a Claudia Schaefer La fiscala Carballido les tomará declaración hoy a los dos letrados que estuvieron en el country al momento del hecho
MINUTOS DESPUÉS DEL CRIMEN. Farré está acostado en el piso, esposado con sus manos en la espalda y varias manchas de sangre en el cuerpo. Diario Tag
BUENOS AIRES.- Llegó con dos valijas para buscar la ropa que le faltaba llevarse de la casa de su ex marido. Mientras Claudia Schaefer buscaba sus pertenencias en el vestidor, Gustavo Farré levantó dos cuchillos de la cocina, la encerró con llave y la degolló. Ahora la fiscala Carolina Carballido intentará probar si, tal como sostiene la defensa, el femicida actuó en un estado de emoción violenta.
El sangriento crimen ocurrió el viernes, poco antes del mediodía, en el exclusivo country “Martindale” de Pilar. Allí está la casa donde había convivido el matrimonio, junto a sus tres hijos, desde 2000, cuando se casaron. Pero la mujer, que lo había denunciado por violencia de género, abandonó la vivienda el año pasado y se mudó a un departamento de Recoleta.
A partir de aquella acusación, la Justicia le ordenó a Farré que no intentara acercarse a su ex esposa. Sin embargo, ambos volvieron a verse la cara el viernes cuando fueron autorizados a encontrarse en la casa de Pilar para que ella se llevara algunas cosas que había dejado. Por eso ambos se dieron cita en el country, cada uno de ellos acompañado por su abogado. Además, había asistido la madre del hombre.
Encuentro a solas
Fuentes del caso relataron que, en un momento, Schaefer pidió hablar a solas con su ex marido. Entonces la madre de Farré y los dos abogados salieron de la casa. La pareja se quedó conversando en la cocina y allí comenzaron a discutir. El motivo de la pelea habría sido el trámite de divorcio. El intercambio de palabras se tornó violento y Schaefer se fue al vestidor para buscar su ropa y poner fin a la discusión. Según las fuentes, Farré levantó dos cuchillos y la siguió. Luego cerró la puerta con llave y la atacó. Alarmada por los gritos de la mujer, la madre de Farré intentó abrir la puerta, pero no pudo. Poco después, vio salir a su hijo y observó a su ex nuera tirada en el piso, ensangrentada. Los abogados también corrieron hacia el vestidor, pero la mujer ya estaba muerta.
Minutos más tarde llegó la Policía y detuvo al femicida. Las fotografías del instante en que Farré fue reducido se conocieron ayer. En las imágenes puede verse al hombre con los ojos desencajados y manchas de sangre.
Según los resultados de la autopsia, Farré la atacó por detrás y la habría seguido apuñalando cuando la mujer ya estaba muerta. Además, el informe determinó que previo al degüello hubo una tremenda pelea, ya que casi le cortó la falange de un dedo y el imputado también presenta lesiones en las manos.
Las fuentes confirmaron que para cometer el crimen se emplearon los dos cuchillos secuestrados. Uno de ellos fue clavado con tanta saña que se le dobló la punta.
“Deprimido”
Farré fue presentado el sábado ante Carballido, quien es jefa de la Unidad Fiscal de Investigaciones de Delitos Conexos a la Violencia de Género de Pilar, pero se negó a declarar. La fiscala les tomará testimonio hoy a los abogados que estuvieron en el country al momento del hecho. También solicitará pericias psiquiátricas para el femicida.
En tanto, el abogado que defiende a Farré, Gustavo Álvarez, sostuvo que su cliente atravesó una situación de “emoción violenta por la forma en que se desarrollan los actos y el final que tiene”. Además, aseguró que el femicida no recuerda cómo sucedió el hecho y que se encontraba en un estado depresivo. “Hace dos meses se metió a un tratamiento psicológico y psiquiátrico, le indicaron pastillas como antidepresivos, relajantes musculares, Clonazepam”, aseguró, y aclaró que “ese día (por el viernes) no tomó las pastillas”.
Por último, el letrado señaló que Farré “fue víctima de una denuncia” por parte de su esposa, en alusión a la exclusión de hogar que planteó la mujer tras una serie de incidentes que tuvo la pareja.
Farré, que tiene 52 años, era un empresario exitoso en la industria de los cosméticos y llegó a ser gerente de la firma “Coty”. Pero el año pasado lo despidieron. Schaefer, por su parte, tenía 44 años y era secretaria del directorio de las bodegas “Saleteien”. Ambos tuvieron tres hijos de ocho, 12 y 14 años.
El sangriento crimen ocurrió el viernes, poco antes del mediodía, en el exclusivo country “Martindale” de Pilar. Allí está la casa donde había convivido el matrimonio, junto a sus tres hijos, desde 2000, cuando se casaron. Pero la mujer, que lo había denunciado por violencia de género, abandonó la vivienda el año pasado y se mudó a un departamento de Recoleta.
A partir de aquella acusación, la Justicia le ordenó a Farré que no intentara acercarse a su ex esposa. Sin embargo, ambos volvieron a verse la cara el viernes cuando fueron autorizados a encontrarse en la casa de Pilar para que ella se llevara algunas cosas que había dejado. Por eso ambos se dieron cita en el country, cada uno de ellos acompañado por su abogado. Además, había asistido la madre del hombre.
Encuentro a solas
Fuentes del caso relataron que, en un momento, Schaefer pidió hablar a solas con su ex marido. Entonces la madre de Farré y los dos abogados salieron de la casa. La pareja se quedó conversando en la cocina y allí comenzaron a discutir. El motivo de la pelea habría sido el trámite de divorcio. El intercambio de palabras se tornó violento y Schaefer se fue al vestidor para buscar su ropa y poner fin a la discusión. Según las fuentes, Farré levantó dos cuchillos y la siguió. Luego cerró la puerta con llave y la atacó. Alarmada por los gritos de la mujer, la madre de Farré intentó abrir la puerta, pero no pudo. Poco después, vio salir a su hijo y observó a su ex nuera tirada en el piso, ensangrentada. Los abogados también corrieron hacia el vestidor, pero la mujer ya estaba muerta.
Minutos más tarde llegó la Policía y detuvo al femicida. Las fotografías del instante en que Farré fue reducido se conocieron ayer. En las imágenes puede verse al hombre con los ojos desencajados y manchas de sangre.
Según los resultados de la autopsia, Farré la atacó por detrás y la habría seguido apuñalando cuando la mujer ya estaba muerta. Además, el informe determinó que previo al degüello hubo una tremenda pelea, ya que casi le cortó la falange de un dedo y el imputado también presenta lesiones en las manos.
Las fuentes confirmaron que para cometer el crimen se emplearon los dos cuchillos secuestrados. Uno de ellos fue clavado con tanta saña que se le dobló la punta.
“Deprimido”
Farré fue presentado el sábado ante Carballido, quien es jefa de la Unidad Fiscal de Investigaciones de Delitos Conexos a la Violencia de Género de Pilar, pero se negó a declarar. La fiscala les tomará testimonio hoy a los abogados que estuvieron en el country al momento del hecho. También solicitará pericias psiquiátricas para el femicida.
En tanto, el abogado que defiende a Farré, Gustavo Álvarez, sostuvo que su cliente atravesó una situación de “emoción violenta por la forma en que se desarrollan los actos y el final que tiene”. Además, aseguró que el femicida no recuerda cómo sucedió el hecho y que se encontraba en un estado depresivo. “Hace dos meses se metió a un tratamiento psicológico y psiquiátrico, le indicaron pastillas como antidepresivos, relajantes musculares, Clonazepam”, aseguró, y aclaró que “ese día (por el viernes) no tomó las pastillas”.
Por último, el letrado señaló que Farré “fue víctima de una denuncia” por parte de su esposa, en alusión a la exclusión de hogar que planteó la mujer tras una serie de incidentes que tuvo la pareja.
Farré, que tiene 52 años, era un empresario exitoso en la industria de los cosméticos y llegó a ser gerente de la firma “Coty”. Pero el año pasado lo despidieron. Schaefer, por su parte, tenía 44 años y era secretaria del directorio de las bodegas “Saleteien”. Ambos tuvieron tres hijos de ocho, 12 y 14 años.
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