El miedo a nuevos ataques aflige a los franceses

El miedo a nuevos ataques aflige a los franceses

Hollande planea una larga lucha contra los islamista, pero muchos musulmanes pacíficos son responsabilizados por la inseguridad

01 Julio 2015
Fue un día negro más para el pueblo francés después del atentado perpetrado en una planta del sureste del país. Este desafortunado episodio, en el que fue decapitado un empresario y detenido su agresor y por poco provoca destrozos en una fábrica, recuerda demasiado bien los ataques terroristas del pasado mes de enero. En la mente de los franceses se mezclan los prejuicios en el buen sentido, generando uno de los efectos más poderosos que busca instalar el Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS): el miedo.

El viernes 26 de junio fue una nueva fecha para inscribir en el calendario del terror sanguinario de los terroristas islamistas; una nueva victoria para ellos, y un gran paso para atrás en el desarrollo de la humanidad. ISIS es una multinacional del terrorismo; la destrucción, la muerte el odio, y el miedo son sus armas más potentes. Gracias al dinero de los pozos de petróleo y las cosechas de cereales que se apropian en la región de Siria y sus alrededores, tienen los recursos suficientes para financiar su guerra religiosa. Aterrorizan para mantener el control, erradican etnias y pueblos para instaurar sus ideas, tienden a expandir su territorio para imponerse como “raza superior única” y dominar el mundo. Estas ideas remiten a varios pasajes de la historia; múltiples guerras de religión sacudieron Europa durante varios siglos y, si sacamos las armas sofisticadas, las metas del ISIS da una sensación de “déjà-vu”.

Esta impresión resulta también del recordatorio de los atentados cometidos en París el pasado mes de enero. La redacción del diario satírico Charlie Hebdo ha sido escenario de ataques terroristas, así como un supermercado kosher de proximidad; en total murieron 17 personas.

El recuerdo está todavía muy presente en las cabezas de los gallos, y este nuevo acontecimiento despertó sentimientos de enojo y de incomprensión. La población está en estado de shock, horrorizada y quiere respuestas, quiere sentirse protegida en su propio país, no quiere vivir en la expectativa de que mañana, por culpa de un grupo terrorista, sea el último día. En respuesta, el gobierno implementó medidas de control y de supervisión, gastando un millón de euros por día para hacer frente a las amenazas crecientes.

El Presidente de la república francesa, François Hollande, anunció que pusieron el plan “vigipirate” (de vigilancia terrorista) al más alto nivel durante tres días en la región Rhônes-Alpes y luego seguirá con el nivel cuatro sobre una escala de cinco puntos.

Manuel Valls, el primer ministro galo, habla de una lucha a largo plazo en el territorio francés y en el exterior, y pidió reforzar la vigilancia.

Sin embargo, el miedo se adueña de la población y genera reacciones extremas en algunos casos. Muchos franceses hacen una amalgama entre los musulmanes -creyentes pacíficos- y los islamistas extremistas.

Con este comportamiento de rechazo de la consecuente población musulmana en Francia (3,6 millones de personas), se agranda la brecha, se culpa a esta población de los problemas de seguridad que tiene el país, y por lo tanto, el inicio de una revuelta interna del pueblo contra sus gobernantes, porque ellos dejarían entrar los “peligros” en el tierra patria. Es exactamente lo que buscan los terroristas del ISIS.

Según Francisco Rubio Damián, colaborador experto del Observatorio Paz, Seguridad y Defensa de la Universidad de Zaragoza, “el Estado Islámico aplica una estrategia de victimización de civiles consistente en atacar a la población no combatiente mediante acciones planificadas sistemáticamente y sostenidas en el tiempo para conseguir objetivos políticos”.

Sin embargo, llegar a decir que “Francia está en guerra” parece exagerado. La potente amenaza terrorista no debe llevar el pueblo francés a fantasías y malinterpretaciones de la realidad. La nación francesa, unida y solidaria, tendrá así mucho más fuerzas para enfrentar el peligro del ISIS.

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