El daño institucional también causa desnutrición

El daño institucional también causa desnutrición

La Sociedad Internacional de Periodismo advierte la necesidad de que “nadie debe escribir como periodista lo que no pueda decir como caballero”. Eso no ocurrió en el informe que hizo Luis Majul el domingo pasado. Al ministro Pablo Yedlin no lo dejaron hablar. Correspondía aún cuando lo que importaba eran los casos de desnutrición.

La fiscala Mercedes Carrizo se hizo eco de ellos y abrió una investigación. Esta magistrada es la misma que archivó la causa Funsal en la que Yedlin autorizó pagar por cursos a una fundación que se formó después de que se hicieron esos ciclos. Yedlin cometió irregularidades pero la fiscala archivó la causa.

En la Casa de Gobierno piensan con otra lógica. En aquella oportunidad quedó la sensación de que Carrizo archivaba la causa por una cuestión política y hoy razonan igual. Advierten que lo único que cambió es que el ministro de Gobierno y Justicia de aquel momento es quien hoy conduce a los fiscales desde el Ministerio Fiscal: Edmundo Jiménez.

Si la prensa no quiere escuchar, ¿cómo se hace para conocer la verdad?. Si Yedlin miró para otro lado cuando autorizó pagar lo que no debía pagar, ¿cómo se le puede creer ahora?. Si la Justicia no quiso investigar lo que podía ser una irregularidad, ¿se puede confiar esta vez? Ni la prensa, ni el funcionario ni la Justicia miran de frente al ciudadano.

Recuperar tantos valores es tan difícil y complicado como sacar del peligro de muerte a un niño desnutrido.

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