Anarcos, punks, gays y otras yerbas de los 80

Anarcos, punks, gays y otras yerbas de los 80

Sebastián Rosso | Archivo LA GACETA.

CONTRACULTURA. “Basta” fue esfuerzo de un grupo de artistas con una mirada diferente del arte y la expresión. CONTRACULTURA. “Basta” fue esfuerzo de un grupo de artistas con una mirada diferente del arte y la expresión.
03 Mayo 2015
El final de los 80 fue en Tucumán un pequeño campo de batalla por la libertad de expresión, por los derechos de sus minorías y la publicidad de sus diferencias.

De entre tantas destacamos una que se hizo revista. En 1988 se publicaron los dos únicos números de “Basta”, una edición baratísima hecha de fotocopias abrochadas, de 26 y de 34 páginas. Se conseguía en la calle, en el bar o en la Facultad de Artes al precio de 6 australes la primera y 10 australes la segunda. En esa época la inflación fue tan voraz que llegó a desbancar la presidencia de Raúl Alfonsín. La larga sombra de la dictadura militar había cubierto de miedo los primeros años de democracia, donde lo que no censuraba el Estado era motivo de censura de la gente común. En ese clima paranoico y gris surgió la resistencia de unas minorías urbanas que buscaban crear una cultura popular fuera del alcance de los medios masivos, una contracultura que diera letra a los temas más incómodos e incorrectos.

La revista “Basta” significó la salida a la calle de una nueva forma de hacer y entender la cultura tucumana. De una gran creatividad, con una estética hecha a base de collages furiosos y dibujos muchas veces indecentes, era una versión aún más salvaje que la porteña “Cerdos y Peces”. Entre sus páginas aparecieron críticas de cine, comentarios de muestras y entrevistas a creadores jóvenes que no hubieran aparecido de otro modo. Sus editores fueron Héctor Martínez y Lobo Feroz. Se escribía sobre el rock foráneo más experimental, haciéndose especial eco del Punk y del Metal y, por sobre todo, mostró el brillo ácido del movimiento “underground” que nos hermanó creativamente con Buenos Aires. Gerardo Medina, artista icónico de la época, dibujó historietas para los dos números. Aunque todavía hoy escuchamos a un Tucumán lleno de voces funestas e intolerantes, también es (y fue) un polo de libertad y resistencia cultural, hogar de creadores completamente personales. Provocadores artistas que hicieron de esta provincia un refugio para sí mismos y para sus vecinos salteños, catamarqueños o santiagueños. Hoy aquellas minorías son tribus urbanas completamente visibilizadas, como los skaters y metaleros. O son comunidades con derechos ya ganados y amparados por leyes ejemplares como las de identidad de género y matrimonio igualitario. Así que ahí está, en medio de un montón de revistas viejas, ese pequeño mojón que fue “Basta, revista menstrual”.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios